Gerardo Nieto. / Resumen Ejecutivo AP 924
Los magnates no tienen incentivo para cambiar. Son privilegiados en un país de miserables. Esto explica que los hombres de dinero sean el principal factor de oposición al cambio. Afectar esos intereses genera enemigos. AMLO los tiene en cantidades que obligan a pensar en cualquier escenario.
Andrés Manuel López Obrador quiere un cambio de régimen. En el pasado, esto fue posible sólo a partir de la violencia armada. Ésta es la primera ocasión en la historia de México que un cambio de esa magnitud se enfila por la vía pacífica. Nadie está en posibilidad de anticipar el resultado de este intento.
Pero el inicio del proceso está en curso. Hay elementos que explican el resultado de la elección del 1 de julio: la concentración del ingreso en muy pocas manos que se expresa en una masa desposeída que ha sobrevivido, pero sin tener una vida digna; la violencia irresoluble en todo el país; una oligarquía insensible.
Contra grandes intereses
Los magnates no tienen incentivo para cambiar. Son privilegiados en un país de miserables. Esto explica que los hombres de dinero sean el principal factor de oposición al cambio. Afectar esos intereses genera enemigos. AMLO los tiene en cantidades que obligan a pensar en cualquier escenario.
La esencia del cambio de régimen está en la destrucción de esos intereses. Para sortear los desafíos de la confrontación con los grupos que defienden el statu quo, AMLO requerirá la articulación de un vasto movimiento social. Y, también, de que el factor externo mantenga distancia e imparcialidad respecto al proceso mexicano de cambio político.
Reforma juarista
La reforma juarista fue posible gracias al ingenio, inteligencia y perseverancia del presidente mexicano que separó la Iglesia y el Estado, pero también y sobre todo, porque esa segunda transformación, se dio en el contexto de la guerra de secesión de los Estados Unidos. La segunda transformación, la juarista, encontró simpatías en la clase política estadounidense.
La revolución se dio en el marco de la primera guerra mundial y en su consolidación cardenista, influyó la segunda conflagración. El factor norteamericano explica que no haya habido interferencia ... “de manera decisiva contra la promulgación de una constitución nacionalista en 1917, ni contra las grandes expropiaciones de los 1930”. (Meyer, 2018:9).
Reformas cardenistas
La reforma agraria y la expropiación petrolera cardenistas se pudieron concretar, en buena medida, por el factor internacional. La Segunda Guerra Mundial colocó a Hitler y a la Alemania nazi como única prioridad en la agenda de los Estados Unidos. “En 1935 (…) Cárdenas se impuso sobre el conservadurismo de Calles En 1936, cuando la reforma agraria tomó un carácter masivo, se formalizó el Eje Berlín-Roma. En 1937, cuando Italia abandonó la Liga de Naciones y dio un nuevo golpe al sistema creado en Versalles, la guerra civil española mostró por dónde podría derivar un movimiento armado de derecha en México.
Por eso el embajador norteamericano, Josephus Daniels, consideró que estaba en el interés de Estados Unidos no desestabilizar al gobierno de Cárdenas en un momento en que los países del Eje quebraban el orden internacional.
Cuando tuvo lugar la expropiación petrolera en 1938, Washington desoyó propuestas como la británica o la de sus propias empresas petroleras, de poner toda la presión posible sobre México: la alternativa a Cárdenas eran Saturnino Cedillo o Almazán y una derecha con simpatías por el fascismo”. (Meyer, 2018:9).
Trump, enemigo de México
La cuarta transformación se enfrenta a un factor externo, el de Estados Unidos, que a la cabeza tiene a un supremacista blanco como Donald Trump, impredecible y enemigo declarado de México. El inquilino de la Casa Blanca no comparte la idea de una América del Norte de la que forme parte nuestro país, ni en lo comercial ni en lo económico. De ahí que, como tal, ya no exista el TLCAN: “ si la transformación juarista encontró simpatías en Lincoln y la de la revolución mexicana se vio favorecida por el rechazo de Woodrow Wilson al golpe militar de Victoriano Huerta y por la ‘Buena vecindad’ de Roosevelt, la ‘cuarta transformación’ difícilmente tendrá algo equivalente con la ‘America first’ de Donald Trump”. (Meyer, 2018:9).
Asimismo, si una enseñanza deja la sobrerreacción de los mercados financieros ante el anuncio de eliminar las comisiones bancarias mediante una ley que regule esos cobros, es que ahora, el complejo bancario y financiero está fuertemente engarzado, a nivel internacional, con grupos que se benefician del estado de cosas existente en México y que, por supuesto, no tienen ningún incentivo para cambiar.
Los mercados son una abstracción, pero con engranajes muy objetivos. HSBC, Citi Banamex, BBVA Bancomer o Santander, por citar solo cuatro de los mayores bancos extranjeros que operan el sistema de pagos mexicano, expresan en su composición de capital los mismos intereses que históricamente se han opuesto a las sucesivas transformaciones de México.
La conclusión base es que, a diferencia del contexto internacional prevaleciente en la transformación juarista o la revolución, la cuarta transformación del país, ya en curso, se registra a pesar de esos grupos económicos e intereses trasnacionales. ¿Puede esto marcar la diferencia entre los procesos históricos? Nadie lo sabe, pero es un hecho que la oposición interna al cambio de régimen, no es distinta a la que mostraron los partidarios de la monarquía en la época de Juárez o de las facciones que impulsaron la decena trágica maderista y, luego, el cuartelazo de Victoriano Huerta.
Carlos Salinas reaparece agresivo
Hace unos días, reapareció en la escena pública Carlos Salinas con motivo de la celebración de los 500 años de la obra de Nicolás Maquiavelo: El Príncipe. Fue, a juzgar por la centralidad que algunos medios dieron a lo dicho por Salinas en ese evento, algo para llamar la atención sobre su tesis política: la conservación de la República o su extinción. “Estamos en un momento maquiavélico porque la República está ante un gran riesgo, el de renacer o desaparecer ” (Carlos Salinas citado por Rodríguez Cortés, 2018:11).
El exmandatario mexicano abunda en la idea que tiene del riesgo por el que pasa el país. “El riesgo es alto para la República si las circunstancias cambian y el gobernante no cambia su forma de proceder....Lo más difícil para un gobernante es cambiar su actuar ante un fenómeno inesperado”. (Ibidem).
Parece un exceso discursivo el de Salinas, pero no lo es. Forma parte de la construcción de un relato que tiene por finalidad advertir sobre la amenaza que representa la cuarta transformación: “...la República, como ha dicho Carlos Salinas en reciente conferencia sobre el pensamiento de Maquiavelo está en riesgo de renacer o desaparecer. Lo segundo será la extinción...”. (Cardona, 2018:3).
No es un juego de palabras el del ex presidente, es un juego de poder; una provocación y, al mismo tiempo, una advertencia. “Salinas siembra la idea del fin de la República. Anuncia una ofensiva contra el nuevo gobierno y su pretensión de cambiar el régimen. ¿Pasará por su cabeza un golpe de Estado? La idea es sobrecogedora en medio del enardecimiento que se ha visto durante las últimas horas...y la clara sensación de un atentado físico contra el presidente electo...”. (Rodríguez Cortés, 2018:11).
Carlos Salinas encarnó, en la narrativa de AMLO el origen de todos los males del país. Fue y es, en muchos sentidos, la personificación de la mafia del poder. Ahora, ese mismo vector sirve para equiparar al próximo Presidente y a su equipo, como parte de una nueva mafia del poder y, con esa interpretación, enviar un ominoso mensaje entre líneas: la asociación y, al mismo, tiempo, el enfrentamiento entre la antigua mafia con la nueva, en un contexto de descomposición. Lo que, con una lógica elemental, podría derivar en escenarios potencialmente disruptivos: “ los mexicanos tendremos que lidiar con una nueva mafia del poder, asociada, obviamente, con la vieja mafia del poder. Esa asociación es inevitable porque las mafias pelean y se enfrentan, arrebatan y se reconcilian. Es su naturaleza”. (Pascoe, 2018:7).
AMLO, voltean su discurso contra él
Esto trata de una cosa sencilla: construir un relato contra AMLO con sus mismos argumentos. Más que maquiavélico, muy salinista el esfuerzo. Lo grave es que todo esto, va más allá de lo anecdótico y más bien apunta hacia una situación a la que, con recursos de diversos grupos, facciones y camarillas, buscarían trastocar el proceso de cambio político en curso.
Esta narrativa de las mafias pone énfasis en los códigos: “ las mafias son las mafias y tienen sus códigos y lenguajes Es por ello que vemos bodas entre empresarios y políticos, empresarios y jueces, políticos y reinas de belleza, narcotraficantes y reinas de belleza las mafias son parecidas, independientemente de sus intereses en conflicto”. (Pascoe, 2018:7).
No hay ninguna necesidad de ser explícitos porque las alusiones están ahí, para quien las quiera leer. Hay una concatenación de esfuerzos para construir esa narrativa de la nueva mafia, que como todas, se enfrentará a otras, en este caso a la del viejo orden, sin que haya claridad sobre el resultado. “Están sentando las bases para una nueva mafia en el poder la nueva mafia es tan perversa como la anterior: corrupta, autoritaria, voraz y ciega”. (Pascoe, 2018:7).
La mafia del poder a la que AMLO aludió y alude desde hace muchos años, reaccionó de manera virulenta al ver trastocados muchos de sus negocios. Cuando el Presidente electo anuncia la fractura de la connivencia entre el poder político y el económico, esos intereses reaccionaron y lo hicieron de la manera que saben hacerlo: alimentando el desasosiego, esparciendo rumores y creando una narrativa sui generis del cambio.
Es su manera de hacer las cosas y está en su naturaleza. La pregunta es si esto habrá de modificar la ruta de la cuarta transformación, o será cuestión de tiempo para tocar en México el corazón de la oligarquía; de esos barones del dinero que el capitalismo de cuates prohijó al amparo de un neoliberalismo rampante que encontró en las privatizaciones la forma cómoda de hacer negocios.
La cabeza de la pirámide de poder ha cambiado y detrás de esa cabeza, habrá un movimiento social que está llamado a ser el apoyo estructural al proceso de cambio de régimen. La elección del 1 de julio fue la expresión que adquirieron esfuerzos que vienen de muy atrás en la historia del país que pugnaban por una transformación del sistema.
El cambio de régimen se enfrentará, como ya es evidente, “a los grupos, a las personas y a las clases sociales, que se beneficiaron en el pasado y que hicieron hasta lo imposible por señalar que Andrés Manuel era un peligro para México. Las que usaron formas legales e ilegales para detenerlo”. (Meyer, 2018). Pero a menos que haya algo extraordinario que trastoque el curso de la historia, en México habrá cambio de régimen a pesar de la oligarquía financiera, de los barones del dinero y de las camarillas políticas del viejo orden.
Referencias
Cardona, Rafael (2018), El cristalazo. La crónica de hoy. México, noviembre 07, 2018 p.-3.
Meyer, Lorenzo (2018), Agenda ciudadana. Reforma, México, noviembre 11, 2018. p.-9.
Meyer, Lorenzo (2018), Noticiario Despierta con Carlos Loret de Mola. Disponible en: <https://www.youtube.com/watch?v=Z96uHjHdLKY>. Consulta: 10 de noviembre de 2018.
Pascoe, Ricardo (2018), Mirando al otro lado. El Heraldo. México, noviembre 11, 2018 p.-7).
Rodríguez Cortés, Raúl (2018), Gran angular. El Universal. México, noviembre 07, 2018 p.-11.