El mentado “cachorro” Vs. Garfias, el priista traidor
Un nuevo pleito se escenifica en la arena política de Oaxaca entre Murat y Diódoro, reeditando la disputa por la gubernatura de 1998, ahora con Ulises Ruiz como invitado fuerte. Si es candidato el hijo de Murat, está cantada una alianza entre Diódoro y Ulises en apoyo a Estefan, o entre Ulises y Robles Montoya. Con ambos sostiene URO viejas relaciones, como lo dejó escuchar en su difundida conversación con Hugo Scherer.
Con el argumento que el queso ya no alcanza para todos, algunos analistas explicaron la ruptura dentro del PRI desde 1988 cuando los priistas como Cuauhtémoc Cárdenas, Porfirio Muñoz Ledo, Efigenia Martínez y más tarde Andrés Manuel López Obrador, entre otros han abandonado ese partido, pues priistas a la antigua, como son, habían sido desplazados por los tecnócratas, con posgrados en el extranjero. De los que Carlos Monsiváis llamó “La primera generación de norteamericanos nacidos en México”.
Estaba claro que ya no obtendrían los mejores cargos y puestos como antes, aun siendo cachorros de la revolución como Cuauhtémoc Cárdenas, que como priista lo más que obtuvo fueron subsecretarías, no pudo ser secretario de Estado, ni director de PEMEX siquiera, la empresa asociada a su padre Lázaro Cárdenas, con trabajos fue gobernador de Michoacán. Muñoz Ledo igual, de presidente nacional del PRI, Secretario de Educación Pública, entre muchos otros cargos, quedó siempre fuera de su aspiración de ser el candidato del PRI a la presidencia. Así que a buscar queso por otro lado.
Ex priistas dirigentes del PRD
No es para nada gratuito que los primeros dirigentes del PRD hayan sido ex priistas como Cárdenas, Muñoz Ledo y Andrés Manuel López Obrador. El PRD es la válvula de escape del PRI, es centro y receptáculo de priistas que al no alcanzar una candidatura, saltan al PRD donde son acogidos con la más impúdica facilidad.
De manera que no se ha dado otro cisma en el PRI, pues la fuga de sus líderes ha sido paulatina hacia el otro PRI, o sea el PRD, casos ilustrativos son los de Ricardo Monreal en Zacatecas y hoy la de Arturo Núñez en Tabasco, prominentes ex priistas que alcanzaron el gobierno de sus estados con el PRD. También están los casos singulares de Malova en Sinaloa y Gabino Cué en Oaxaca.
El PRD también ha fungido como “petate del muerto”, sabiendo todos que se vende, alquila o se regala, cuando algunos priistas amenazan con irse a ese cómodo puntal de lanzamiento, obtienen la candidatura que desean. Fue el caso de José Nelson Murat Casab en 1998, cuando cerca estuvo de cambiarse de partido, como advertía abiertamente.
Nelsón Murat Vs. Diódoro
El encuentro de Nelson Murat aquella mañana con el dirigente perredista Porfirio Muñoz Ledo en el restaurante “Asador Vasco” de Oaxaca para ultimar detalles, y la reunión urgente del llamado “Iraquí” con el presidente de la república en ciudad de México, selló el éxito de su chantaje: Ernesto Zedillo le entregó Oaxaca, tenía la candidatura del PRI y casi el poder ejecutivo del estado. No esperaba que su ex aliado, Héctor Sánchez López, iría por el PRD y le haría ver su suerte, tanto que por poco le arrebata el triunfo, si no es que Héctor ganó, como fue versión extendida.
De lado quedaba el consentido, el crecido a la sombra de Diódoro Carrasco, el delfín de éste, José Antonio Estefan Garfias, también de ascendencia árabe como Murat (y Gabino Cué), quien se quedó con toda su propaganda que ya tenía impresa y preparada como virtual candidato que era. El enemigo de su grupo se alzaba con el triunfo y a peregrinar. Diódoro fue protegido por Zedillo como sub secretario de Gobernación y más tarde lo hizo titular de esta importante Secretaría.
Al terminar el sexenio de Zedillo, Murat seguía en el gobierno de Oaxaca y sus ataques contra Diódoro arreciaron, hasta que lo orilló a dejar el PRI e irse (caso excepcional no al PRD) al PAN donde fue ungido diputado federal plurinominal. Murat arremetía contra todo lo que oliera a Diódoro, pocos obtenían su gracia, hasta diodoristas de toda de la vida como Jorge Bustamante García adjuraron y denostaron a su ex jefe, amigo y favorecedor, Diódoro.
Estefan, los pasos de Diódoro
Estefan no salió del PRI, se ocupó en el IMSS de Puebla y regresó a Oaxaca como operador de algo en el 2006, cuando su pupilo Jorge “El Chucky” Franco Vargas logró colarlo al gabinete como Secretario de Administración, donde operaron la defensa del “Tirano” Ulises Ruiz en esa terrible crisis. Por cierto, a ellos ¿cuándo los va a llamar Solalinde a declarar? Estefan Garfias y Jorge Franco deben ser llamados aunque sea para que el cura los confiese y le dé la absolución como a Martín Vásquez Villanueva, el ahora boyante empresario hotelero.
Pero ¿qué vemos hoy?, es patético, parece fuera de lugar. Estefan Garfias arremete contra su partido después de que fuera presidente del PRI, Secretario de Finanzas, Secretario General de Gobierno y precandidato a gobernador (todo con Diódoro); además de Secretario de Administración con Ulises Ruiz, también precandidato a gobernador con URO (una de las “aspirinas” de entonces) y titular de Transporte en Oaxaca con Gabino Cué, sin dejar su partido.
Pero hoy, finales de 2015 Estefan se encuentra convertido en el peor detractor de su reciente ex partido: Hay que impedir el retorno del autoritarismo, dice. No a la restauración autoritaria, clama. A seguir la transición (diversión) democrática, reza.
De ahí la oportuna expresión que soltara otro istmeño como él: “¡Pero cómo va a decir todo eso, es un tehuano traidor!” Pues sí, es hasta patética esa postura, ciertamente, él menos que nadie puede ser tan crítico con su partido. No sólo por haber sido de los principales protagonistas del viejo autoritarismo priista, sino también por ser de los acusados de reprimir a los perredistas en el sexenio de Carrasco.
Es más, su alma, corazón y vida siguen siendo priistas, sólo hay que ver el video donde hoy siendo diputado del PRD vota a favor de algo diciendo: “José Antonio Estefan Garfias, del PRI, a favor”. Hasta su primo el otro diputado Estefan (“el Estefan que sí es del PRI”, dijo) lo ironizó. Y es que “Pepe Toño” en su afán de avanzar en busca del poder ante las puertas cerradas de su partido —se entiende que cerradas por José Murat—, salió del PRI para ser diputado federal por su natal Tehuantepec (distrito).
Rumbo al choque de tres trenes
Gana Estefan la candidatura con la gran ayuda de Murat, quien envió a su peor emisaria, Sofía Castro y se aprestan de nuevo a combatirse los enemigos históricos, Murat y Diódoro. Este último ahora apoyados por el gobernador de Puebla, Rafael Moreno Valle—con quien Diódoro trabaja en la pretensión de la presidencia de la república—y quién habría financiado fuertemente la campaña de Estefan a diputado. Quienes anduvieron cerca de esa campaña aseguran “lana no faltó”.
El otro ex patrón de Estefan, Ulises Ruiz trae a su candidato de siempre, Eviel Pérez Magaña. Equipo también peleado a muerte con Murat, desde que éste participara en la revuelta de 2006 para derribar a Ulises. Tampoco este pleito tiene arreglo, así que al grito de que “el enemigo de mi enemigo es mi amigo”, si es candidato el hijo de Murat está cantada una alianza entre Diódoro y Ulises en apoyo a Estefan, o entre Ulises y Robles Montoya; con ambos sostiene URO viejas relaciones, como lo dejó escuchar en su difundida conversación con Hugo Scherer. Ya se verá.