Reelección de los peores: Santa Lucía, Matías, Oaxaca, Salina Cruz, Xoxo, San Juan…
La reelección es como un referéndum en las democracias desarrolladas, si los votantes no están de acuerdo con el desempeño de su representante, simplemente le quitan el empleo al no votar a su favor. Y los rechazados no andan pensando en hacer trampa o usar el erario para torcer la voluntad en las urnas.
La reelección en los cargos públicos es una dinámica natural en las democracias desarrolladas. El ejemplo más notorio se da en los EU donde el presidente de la república puede serlo en dos ocasiones, si gana su segunda postulación.
En México el sufragio efectivo, no reelección fue divisa necesarísima después del movimiento de 1910 que lo primero que hizo fue forzar la renuncia del dictador Porfirio Díaz, quien no supo dejar el poder en manos de algún sucesor y metió al país en la guerra de la revolución.
La tentación reeleccionista de Obregón y Calles acabó por establecer entre la nueva clase política el acuerdo central de no reelección. Por eso se dice que en nuestro país cuando alguien quiere reelegirse se desata la balacera. Lo que sucedió con Obregón que iba a tomar de nuevo posesión como presidente y fue asesinado por León Toral. O la hipótesis de que Luis Donaldo Colosio fue ejecutado porque en él se estaba reeligiendo Carlos Salinas. La hipótesis es que Colosio era tan débil que no sólo no iba a prescindir de su benefactor, sino iba a pedir a gritos su ayuda.
Con la demagogia de que nuestro país vive ya en una democracia consolidada se han estado produciendo leyes y reformas en ese tenor, una de ellas es la aprobación de la reelección de legisladores y ediles. Los diputados y senadores tienen poca atención por parte de la ciudadanía.