Cuauhtémoc Blas
Las acciones violentas de los oaxaqueños contra Oaxaca son más graves en tanto las realizan nada menos que quienes debieran ser parte de un sector más civilizado por su adscripción a una institución universitaria. Desde las máximas autoridades formales de la Universidad Autónoma Benito Juárez de Oaxaca (UABJO), hasta los empleados han mostrado sus deficiencias.
Las autoridades universitarias, se vieron duramente cuestionadas desde diciembre pasado por sus fallas en las comprobaciones de los recursos públicos que administran. El Órgano Superior de Fiscalización del Estado de Oaxaca (OSFEO) puso en jaque a la UABJO al entregar al Congreso del estado las malas cuentas de esa universidad.
La rectoría en pleno, con personalidades de las facciones que dominan la institución se apersonaron a presionar sin argumentos a los diputados, pero con grupos de alumnos acarreados para ello. Hicieron un mitin en el patio del Congreso y recordaron a los opositores de ayer, hoy diputados, que en la UABJO se refugiaron en el 2006, que la Radio universitaria les sirvió de trinchera.
De muy poco sirvió esa especie de chantaje, el aumento estatal al subsidio fue de menos del 1 por ciento, cuando ellos pedían un 45 por ciento de aumento. El gobierno federal ya había anunciado que no daría más dinero a universidades con millonarios e inexplicables adeudos, y lo cumplió. De manera que cobra sentido lo expresado por uno de los dirigentes de cuatro de los seis sindicatos de la UABJO, unidos en el actual paro de la institución: La rectoría ya veía venir que no tendría para pagar y no hizo lo suficiente para salvar la situación. Y se pusieron, por su parte, a estrangular violentamente las vialidades de la capital del estado.
No hay dinero, pero nuevas escuelas
Por el contrario, sostienen, siguieron abriendo licenciaturas y centros universitarios, contratando académicos para afiliarlos al sindicato oficial SUMA, como la maestría en Lenguas Indígenas iniciado este mismo 8 de enero. Y no sólo eso, en una actividad con visos de futurismo político, el rector, Eduardo Martínez Bautista inauguró el año pasado nada menos que 10 módulos de Centro de Educación Continua, Abierta y a Distancia (CECAD). Cuando no pueden ni sostener lo que ya tienen. El déficit con que la UABJO cerró 2019 fue de 640 millones de pesos.
“El CECAD ofrece ocho licenciaturas, 2 bachilleratos en las modalidades abierta y a distancia, así como la maestría en Sistema Penal Acusatorio Adversarial. Dichos servicios educativos están presentes en las comunidades de Chauites (sic), San Pedro Tapanatepec, Santo Domingo Zanatepec, San Francisco Ixhuatán, Santiago Niltepec, Ciudad Ixtepec, El Espinal, Villa de Etla, San Pablo Huitzo y ahora en San Juan Bautista Jayacatlán”.
Los anterior, es información oficial de la Institución. Con la inauguración de este último, ubicado en el municipio de donde es oriundo el ex rector Abraham Martínez, el rector Bautista Martínez cerró sus giras por esos municipios de la entidad. Imposible evadir la sentencia de los ancestros y menos en estos días de sismos: “Ven el temblor y no se arrodillan”; ven que no hay dinero y actúan cual si estuvieran en jauja, bueno tal vez ellos sí, pero ¿y los modestos empleados sin el dinero de sus quincenas para sus familias?
Reformar ley orgánica
Es urgente atender a la UABJO, evitar el desperdicio de recursos que significa tenerla con media o un tercio de vida. La diputación actual de Oaxaca puede cambiar la ley orgánica universitaria, reformar esa dañina forma de elección de su rector; separar a las preparatorias o quizá de plano suprimirlas, cada vez menos estudiantes acuden a ellas.
Ahora que la LXIV Legislatura ha tomado un papel más protagónico, al exigir, por ejemplo, que el Fiscal haga su trabajo y “Si no puede que le dé chance a otro”; que el gobernador Murat ajuste su gabinete con funcionarios que sirvan; así como equiparar delitos con ácido con el feminicidio, de 40 a 60 años de prisión. Es vital entrarle al embrollo universitario, empezar por la ley orgánica, el voto universal ha probado su fracaso, tiene en el sótano de calidad académica a la UABJO. Transparentar el uso de los recursos, detener los negocios de la “Familia Real Rural”, léase el saqueo y despilfarro que hacen con su prestanombres Eduardo Bautista.
El fracaso de la UABJO es innegable, académico y administrativo, pero hay que decir que fracaso para Oaxaca pero éxito para quienes la han expoliado hasta dejarla en el anémico estado de hoy, en los huesos.
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