Incursiona Reyna Figueroa en lo editorial

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Además de invasiones de tierras, mototaxismo y partidos

Lo que Alberto Reyna firma como autor debió hacerlo como recopilador, pues son relatos y chistes que le envían a un programa de la radio “pirata” de la cual es dueño en Juchitán, donde también es dueño de la línea de mototaxis Maíz y dirige una de las tribus de la COCEI.

 

Hace unos días presentó en Juchitán, por sus pistolas, el político de una secta de la COCEI, Alberto Reyna una publicación titulada “Xcua´Sa´, 33 cuentos en zapoteco”. Para empezar no son cuentos sino relatos de chascarrillos orales de la localidad; la estructura del cuento es otra.

 

El novato “escritor” no conoce los géneros literarios. Y por sus pistolas, porque no figuraba en el programa del Festival Cultural del Istmo. Contó con la ausencia total de la élite cultural zapoteca de Juchitán, ninguno de los escritores conocidos ni los promotores del idioma asistieron.

 

Incluso el director de la Casa de la Cultura de Juchitán, Vidal Ramírez Pineda, tampoco estuvo presente. Se sabe que cuando Vidal fue regidor de cultura, Beto Reyna como presidente municipal nunca apoyó ninguna gestión cultural del hoy director de la famosa Casa de Cultura juchiteca.

 

 

Reconocido invasor de terrenos

 

El líder de la facción COCEI-Morena, reconocido impulsor de invasiones de terrenos, del mototaxismo pernicioso (es dueño de la línea MAIZ) y ex presidente municipal cuestionado por desvíos y excesos, eso sí, con su clientela política abarrotó la sala en su pretenciosa presentación.

 

Uno de los presentadores dijo —no sin un dejo de ironía— que esperaba ver en los alrededores de la sala mototaxis y camiones, pero qué bueno que Beto Reyna publique, ojalá —dijo el veterano presentador— deje la política y se dedique a escribir… o sea…

 

Lo cierto es que lo que Reyna firma como autor debió hacerlo sólo como recopilador, pues son pequeños relatos y chistes que le envían a un programa de la radio pirata de la cual es dueño es esa ciudad de Juchitán.

 

Y dale contra el idioma español

 

Un joven anunciado como poeta, también comentarista, dio vuelo a la retórica indigenista, y entre la perlas que expelió destaca que la literatura en zapoteco nada le debe al español de los conquistadores. ¿Nada?, sólo el alfabeto que le toma prestado para escribir el zapoteco que no cuenta con grafía propia.

 

Viene a nuestra memoria el amistoso regaño del maestro Miguel León-Portilla a Víctor de la Cruz, después del discurso de éste en su ingreso a la Academia de la Lengua, de lo que fuimos testigos en el Palacio de Bellas Artes. Fue respecto a una posición algo similar a la aquí comentada sobre el español.

 

“El maestro narró que un mazateco comentó en cierta ocasión: ´Hablo dos lenguas, este mazateco que mamé y me permite hablar con mi familia y miles de paisanos míos, y tengo el español que me permite hablar con 500 millones´.

 

“El académico relató que otro poeta de lengua indígena, Natalio Hernández, en un congreso de la Academia en Puebla hace algunos años dijo: ´El español también es nuestro´.

 

“Si no fuera así, preguntó León-Portilla, en Oaxaca donde hay más de 15 lenguas distintas ¿Cómo se podría comunicar un zapoteco con un mixe o con un huave? Es necesaria una lengua general, en una época lo fue el Náhuatl y ahora es el español”. http://revistaenmarcha.com.mx/miscelanea/cultura/1075-victor-de-la-cruz-unico-oaxaqueno-en-la-academia-mexicana-de-la-lengua.html

 

Todo es negocio

 

Dejemos esto aquí para que quien tenga oídos, que oiga, pues a esta generación de caciques pueblerinos en realidad poco les interesa el dulcísimo zapoteco. Sin duda, con esa alharaca, sólo van por los recursos que el Estado destina a los seudo defensores de un indigenismo redituable en recursos y reconocimientos fáciles.

 

Finalmente, progresista, el recopilador de gracejadas, anima el espíritu de los suyos con la imagen del alcoholismo local en la portada de la publicación. ¿Acaso ya habrá extendido sus giros a venta de “chelas”? Y quiere vender a 150 pesos el cuestionado producto de la editorial de su propiedad. ¡Vaya!, hay quienes no tienen límites. (Cuauhtémoc Blas)