El gobernador Ulises Ruiz Ortiz delegó buena parte de su poder durante todo su mandato: Prácticamente Jorge Franco Vargas se hizo cargo; pero lo que no ha soltado Ulises desde hace por los menos dos años, son los hilos de su sucesión. Tanto por la importancia del tema como porque en ella se le va su vida política. Si lanza a un candidato con posibilidades de perder, sus expectativas de incorporarse a la política nacional, después de dejar el cargo de gobernador, se verían seriamente reducidas.
Cuando en el 2000 perdió el PRI la elección presidencial, el cambio democrático que se esperaba no se produjo. La alternancia sólo fue eso, un cambio de partido en el poder, pero no se realizaron las esperadas y necesarias transformaciones estructurales que requería el país. Los gobiernos del PAN, con Vicente Fox primero y ahora con Felipe Calderón, no hicieron sino repetir las prácticas viciadas del priismo, sólo que le sumaron una gran torpeza en su actuación.
A fines de octubre, la justicia federal otorgó un amparo a Juan Manuel Martínez Moreno, quien está preso acusado de ser el presunto autor material del asesinato del periodista estadounidense Brad Will. Entre los argumentos del juez de distrito para ordenar la liberación del reo, se encuentra que las acusaciones carecen de sustento, puesto que no existen pruebas e incluso señala la posibilidad de que las que se presentaron hayan sido fabricadas.
15 de noviembre. Ulises Ruiz cumple con la formalidad de entregar su quinto informe de Gobierno a la Legislatura local. El encargado de la entrega física es su secretario general de gobierno, Jorge Toledo. Al día siguiente, el mandatario, en una ceremonia en el inmueble que durante años albergara al palacio de gobierno, y que en este sexenio se convirtiera en museo, da un mensaje “al pueblo de Oaxaca”.
Contradiciendo su tradición de férrea defensa del status quo; contraviniendo su historial de desapego a las demandas sociales de responsabilizar a gobernantes por agravios en contra de sus gobernados, inusitadamente la Suprema Corte de Justicia de la Nación, resolvió que en Oaxaca, en el 2006, hay una responsabilidad lisa y llana de Ulises Ruiz Ortiz, por violación grave a garantías individuales. Algo a lo que no se habían atrevido las instituciones procuradoras de justicia en México.