HUMOR OAXAQUEÑO

Por BRUNO MORENO

 

Eso de pedir fiado

 

Estaba doña Vicenta echando tortillas en su horno cuando escuchó el anuncio de que en el domicilio de doña Chana tenían a la venta ricos tamalitos de elote, de olla y de horno. Se dirigió a sus tres hijas, que estaban cada una con sus teléfonos celulares tomándose fotos.

—A ver quién de ustedes va con doña Chana a pedir fiado 100 pesos de tamalito de elote de horno para que cenemos, mañana paso a pagarle.

Ninguna le hizo caso.

— Bueno, ¿qué no me oyeron, pues?
—Yo no ma’, me da mucha pena pedir fiado, musitó Ocre, la mayor.
—Ma’ que vayan ellas yo ya barrí el patio, dijo Chipa, la menor.
—Pues yo ya lavé ropa, respondió Pepa.

 

Como vio que ninguna quería, tomó la decisión:

—A ver Ocre, tú que no tienes vergüenza pues volviste con tu marido después de divorciarte, tú vas a ir, ordenó la señora al tiempo que sacaba la última redondita tortilla del horno.

Hora de la cena
—Ma' quiero pizza.
—No hijo, eso no comemos en Juchitán.
—Entonces una hamburguesa.
—Hijo, aquí no comemos nada de fuera.
—Ma’, ¿cómo papá se comió a una de Chiapas?
—¿Qué dices? Ora por pendejo no vas a cenar.
—Ma’ es para que veas que si se come lo de fuera.

 


El Rejego

 

Una mañana de otoño llegó al Registro Civil una señora madura, costeña de armas tomar, como se verá. Recién habían terminado de almorzar los burócratas y se aprestaban a realizar sus “huizaches”.
—Vengo por un acta de defunción, dijo.
—Señora, le dijeron, es el cuarto año que viene por un acta de esas.
—¿Se le murió otro marido?, terció otra sospechando.
—Si, con éste van cuatro que mueren.
—¿Y de qué murió?
—Ja, los otros bonito se tomaron el veneno.
—¿?
— Éste otro no quiso tomar veneno, pun le di un balazo en su cabeza. Dame acta pues, ten el dinero.