Taxistas asesinan a delincuente

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linchamiento_salina_cruz_3Salina Cruz. El pasado jueves 18 de febrero, luego de capturar a un joven, presunto delincuente, numerosos taxistas de este puerto, lo golpearon sin piedad, escarneciéndolo de diversas maneras, intentaron ahorcarlo frente al palacio municipal de este lugar, y después de llevarlo  en busca de sus cómplices a  Tehuantepec y La Noria, lo regresaron a un crucero de esta ciudad donde le prendieron fuego y ahí dejó de existir el infortunado Jordi Alberto, de 16 años de edad. Sin que las autoridades hicieran nada por evitarlo a pesar de que estuvieron enteradas desde el principio del incidente.
La poca efectividad de las autoridades para investigar y detener a los asaltantes y homicidas de taxistas y  peor aún, la terrible desconfianza en los juicios orales, implementados desde hace más de dos años en la región del Istmo y que permite a delincuentes —en la mayoría de los casos— obtener de manera casi inmediata su libertad, hizo crisis esa madrugada, cuando uno de dos jóvenes que habían asaltado y herido a un taxista de este puerto, fue detenido por otros trabajadores del volante, quienes, después de golpearlo, le prendieron fuego: “para escarmiento de la delincuencia”, según declararon a los medios de información.

linchamiento_salina_cruz_1linchamiento_salina_cruz_2Una muy corta vida
Jordi Alberto no conoció a su padre. A los dos años de edad su madre, Maraí Ortega, nativa de Río Grande, Pinotepa Nacional, contrajo nupcias con el mecánico Candelario Gómez, vecino de Salina Cruz. La pareja se fue a vivir al fraccionamiento La Noria, ubicado entre Tehuantepec y el puerto. Esta nueva unión procreó tres hijos: un varón de 13 años y dos niñas de  8 y 6 años.
linchamiento_salina_cruz_4El pequeño Jordi estudio la escuela primaria en la Paul T. Harris, ubicada frente a su fraccionamiento. Los jóvenes de su edad lo recuerdan  como un chico tranquilo. “Fue después de que se juntó con el ‘Oso’ que empezó a cambiar… a drogarse”.
Se dice que por motivos económicos, Maraí tuvo que regresar a Río Grande y abandonó a su familia. Jordí ya no estudiaba y las malas   compañías eran objeto de llamadas de atención de su padrastro. En el velorio se comentó que alguna vez, a causa de los regaños, Jordi le dijo al marido de su  madre: “¡cuando te duermas te voy a matar!”. Tal vez por ello el mecánico decidió llevarse a sus hijos con todo y muebles y dejarle la casa vacía al futuro delincuente. Poco después los tres niños también se fueron con su madre a la Costa.
Ya sólo, sin que a nadie le importara, Jordi utilizaba la vivienda, ya sin agua ni luz eléctrica, como refugio para otros jóvenes descarriados. Se supone que se mantenía de producto de ilícitos o de pequeños préstamos a sus conocidos, como comentó una vecina muy compungida el día del entierro: “Ese día me vino a pedir prestados veinte pesos, y yo no se los di. Me siento mal porque si lo hubiera hecho, tal vez no habría muerto”. Seguramente Jordi ignoraba que, en un mes de febrero, pero de hace 18 años, también quemaron a tres personas en la Villa de San Blas Atempa; pero de haberlo sabido nada cambiaría su destino.

El asalto y la tragedia
Jordi Alberto Gómez Ortega, junto con un adulto: Guillermo de Jesús Espinosa Rodríguez (a) “El Oso”, a las tres de la mañana de este jueves fatídico, le hicieron la parada al taxi número 1230 del sitio Salina Cruz, conducido por Ángel Manuel Jiménez Vázquez de  46 años de edad y le pidieron que los llevara a la carretera Costera.
En el trayecto, uno de los jóvenes sacó una navaja y amenazó al chofer para que les entregara el dinero de la cuenta y al resistirse, el taxista fue herido en un hombro y abandonado en las inmediaciones de la agencia municipal de Las Salinas del Marqués. Los asaltantes se llevaron la unidad.
Herido y desangrándose el taxista logró llegar hasta un domicilio donde lo auxiliaron y le prestaron un teléfono, con lo que se comunicó a la base de los radio-taxis para reportar el asalto y robo de su unidad.
A su vez, alertados por la radio, los taxistas detectaron el taxi número  1230 del sitio Salina Cruz cuando circulaba sobre una céntrica avenida e iniciaron la persecución. Cerca de la escuela Obrero Mundial un taxi se le cerró a los asaltantes, y cuando el chofer del taxi robado se echó en reversa para huir del lugar, se impacto contra otra unidad, por lo que sus ocupantes bajaron y uno de ellos, corriendo, logró escapar.
El joven Jordi Alberto Gómez Ortega, fue alcanzado por un taxista que lo embistió con la unidad y al ser interrogado, dijo que a otros integrantes de la banda de asaltantes de taxistas los conoce con los nombres de Guillermo de Jesús Espinosa Rodríguez “El Oso” de unos 25 años, vecino de La Noria, Daniel “N”, alias “La Muda”, con domicilio en el barrio Santa María de Tehuantepec y a uno más como “Levitier”.

linchamiento_salina_cruz_5La policía impávida
Al llevarlo al palacio municipal de Salina Cruz, el joven Jordi Alberto buscó refugio dentro del inmueble del gobierno, de donde fue sacado por los trabajadores del volante, sin que los uniformados que estaban de guardia, hicieran algo por  impedirlo. Ahí intentaron colgarlo del poste donde se instala cada año el árbol de Navidad.
El joven, quien ya había sido golpeado, había mencionado también que en el zapotal (ubicado entre Salina Cruz y Tehuantepec)  tenían cuatro unidades robadas con anterioridad y que en La Noria estaba el domicilio de otro integrante de la banda. Los taxistas, en una caravana de aproximadamente 50 unidades, se trasladaron hasta el crucero de Tehuantepec.
Aquí bajaron al joven de nuevo y lo golpearon, es de destacar la saña del hijo del taxista herido al golpear bestialmente al escuálido chico. Ahí, los taxistas amenazaron con quemar al muchacho: “¡Porque las autoridades luego los sueltan y ya estamos hasta la madre de estas pinches ratas!”.
Taxistas de Tehuantepec y Salina Cruz, después de meter al joven, quien ya respiraba con dificultad, a una cajuela,  acordaron trasladarse hasta el fraccionamiento La Noria, y en uno de los domicilios que el joven había señalado, exigieron a una señora que salió, les entregara al asaltante que ellos  aseguraban, estaba ahí.
La mujer dijo que en su domicilio no había ningún asaltante,  reconoció al joven de quien dijo respondía al nombre de Jordi Alberto Gómez Ortega y que sí vivía en La Noria.
“¡Hay que quemarlo! ¡Los policías nos lo van a quitar!”, gritaba uno de ellos, y uno más alentaba: “Si el comandante ya nos dijo que lo quememos antes de que llegue el Ejército o la Armada… entonces sí, ya valió madres”.
El joven, quien era ya arrastrado por el suelo, inconsciente, quizá ya no sentía los golpes que le propinaban los enardecidos taxistas, principalmente del hijo de Ángel Manuel Jiménez. Lo volvieron a meter a la cajuela de un taxi y de ahí se lo llevaron al crucero de la Costera en Salina Cruz frente a la réplica del “Faro de Cortés”.

El linchamiento
La mayoría de taxistas sólo iban de espectadores, era un grupo de veinte o treinta los que estaban más enardecidos, su ira también se enfocó contra la prensa: “¡No tomen fotos!” “Hey tú, saca a estos cabrones a la v…!”. Un señor y una señora pidieron a los taxistas no hicieran justicia por su propia mano; trataron de calmar los ánimos, pero era demasiado tarde.
Todo esto ocurría ante la mirada de un grupo de policías preventivos del estado, que nada hicieron para evitar el linchamiento. Finalmente, lo rociaron con gasolina y le prendieron fuego.
El joven delincuente ya no se movió cuando sus ropas se prendieron y empezó a arder. El terrible olor a carne chamuscada cubrió el ambiente.
Después, todos los taxistas, que se convirtieron en lo que tanto condenan, perpetradores y cómplices de este homicidio, se dieron a la fuga, se retiraron presurosos del lugar dejando una tea humana, tal vez pensando que al acelerar dejaban atrás sus culpas.
Cinco minutos después llegaron los policías preventivos, sólo pudieron echarle agua encima y evitar que se siguiera consumiendo el cuerpo. El levantamiento de los restos  fue más tarde, ante la ya inútil presencia del subprocurador regional de justicia y los comandantes regionales de la Agencia Estatal de Investigación y de la Policía Preventiva del estado.

linchamiento_salina_cruz_6Becerril acepta incompetencia de sus policías
Por su parte, Hector Becerril Morales, presidente municipal priista de este puerto, entrevistado por Isabel López de “El Sol del Istmo” (19 de febrero de 2010), señaló: “La inseguridad es un asunto que nos compete a todos y de la que nadie está exento, lo que pasó en el puerto no tiene excusa ni perdón, a pesar de los motivos que orillaron a s los taxistas a tomar justicia por propia mano. No nos deslindamos a tomar parte en el asunto para encontrar a los culpables: pronto actuaremos”.
El hoy cuestionado edil, sostuvo sin vergüenza alguna, como si más de dos años en el poder no fueran suficientes para atender las deficiencias de su policía, un pilar de cualquier Ayuntamiento: “La policía tiene un grave problema de ineficiencia, debido a que no está capacitada ni cuenta con armamento ni transporte para su fácil traslado al lugar de los hechos”. También señaló que está en espera (¡todavía!) de la confirmación de la Sedena para que la policía municipal pueda portar armas de fuego y no sólo toletes.
Sin embargo, ese “pronto actuaremos”, aún no comienza. Tampoco dijo cuántos años más serán necesarios para capacitar a su policía y dotarlos de lo necesario para el cumplimiento de su deber. Tal vez los criminales deban perpetrar sus ilícitos dentro de la cárcel municipal para ahorrar el trabajo de traslado a la policía de Becerril ya que ni frente al palacio municipal actuaron.

linchamiento_salina_cruz_7Jóvenes piden justicia para asaltante linchado
Tres días después del cobarde asesinato del joven transgresor, un grupo de jóvenes y algunos padres de familia, vestidos de blanco, marcharon para exigir castigo para los taxistas por el asesinato de Jordi Alberto Gómez Ortega. Aseguraron que también son culpables los cuerpos policiacos, que no hicieron nada para evitar la barbarie
“Justicia, justicia, castigo para los taxistas asesinos, no más violencia, queremos paz”, era el clamor de más de un centenar de jóvenes que marcharon a las cuatro de la tarde y partieron del fraccionamiento La Noria de Tehuantepec hasta llegar al crucero que forman la carretera costera en Salina Cruz en donde se encuentra la réplica del “Faro de Cortés” a donde arribaron a las 17:30 horas.
Allí los manifestantes cerraron momentáneamente la carretera y externaron su repudio en contra de los taxistas por el asesinato de Jordi Alberto. “No se merecía morir así”, decían y exigieron que se haga justicia para el joven linchado.
Los carteles decían: “¿Quién acusa y quién mata a un político ladrón donde está la seguridad prometida Becerril?”.
Posteriormente los inconformes continuaron su marcha hacia la biblioteca pública donde se concentraron otro grupo, que se congregó para manifestarse contra la inseguridad que priva en Salina Cruz. Después marcharon hacia el palacio municipal, donde manifestaron su repudio contra la actuación de la policía municipal como la estatal quienes, por omisión, “son los verdaderos culpables de la barbarie”.
Ahi externaron que sí hay autores materiales en el linchamiento pero los verdaderos culpables son los que no hicieron nada para evitar la muerte del joven, “por eso vamos a exigir su salida, la del presidente y del jefe de la policía municipal”.
Expuso que las autoridades municipales que preside Héctor Becerril Morales no han cumplido con sus responsabilidad de brindar seguridad a la población por lo que piden su salida porque “tiene abandonado en todos los aspectos a Salina Cruz y sólo está pensando en ser diputado local o en ver a quien le conviene más dejar como su sucesor”.

“El culpable es el ‘Oso’”
La madre del joven  quemado, Maraí Ortega exigió justicia para su hijo, y dijo, que el verdadero culpable es Guillermo Espinosa (a) “El Oso”, con quien cometió el asalto, robo e hirió al taxista Ángel Manuel Jiménez Márquez.
Maraí Ortega públicamente señaló que Guillermo Espinosa  es protegido por una señora del fraccionamiento La Noria y que los taxistas no estaban equivocados, ya que en la casa que llegaron a buscar esa trágica madrugada al otro  asaltante, allí lo estaban protegiendo.
“Guillermo Espinosa, él es el verdadero culpable, porque es un verdadero delincuente. Mi hijo sólo era un joven equivocado”, expresó la madre de Yordi.
Los jóvenes indicaron que continuarán con sus manifestaciones para exigir nuevamente castigo en el asesinato del joven asaltante, por lo que exigirán la renuncia del director de Seguridad Pública municipal que, aseguran, recomendó para ese cargo el presidente del tribunal superior de justicia, Héctor Anuar Mafud.

“Impunidad y corrupción, las causas”
En la ciudad de Oaxaca, el presidente de la Barra Oaxaqueña de Abogados y Pasantes de Derecho (BOAPD) Francisco Ángel Maldonado, externó que la corrupción y la impunidad de las Agencias del Ministerio Público, son dos  de las causas que han llevado  a grupos inconformes a aplicar la “Ley del Talión”, por lo que se deberá reflexionar sobre nuestro agotado sistema de justicia donde “los criminales son detenidos y liberados al día siguiente”.
Afirmó que nadie debe hacerse justicia por propia mano, sin embargo, esta crisis de credibilidad en la impartición de justicia lleva a actos desesperados a la sociedad, por lo que se debe designar al frente de la Procuraduría de Justicia  a quien tenga fuerza moral y la calidad para limpiar la dependencia “donde la justicia se vende al mejor postor”
Por su parte, Heriberto Antonio García, presidente de la Comisión para la Defensa de los Derechos Humanos de Oaxaca (CDDHO), exigió fincar responsabilidades a las autoridades involucradas por omisión ante el linchamiento de Jordi Gómez.
El funcionario dijo que se integró el expediente CDDHO/CA/14/RI/2010 contra quienes resulten responsables por el  linchamiento.
También el legislador panista salinacrucense, Gerardo Henestroza, sostuvo que el linchamiento es resultado del vacío de autoridad que priva en el puerto, donde para más de 300 colonias sólo existen 160 policías mal capacitados, que nada hicieron cuando les presentaron al presunto delincuente.
Por ello, señaló, “se tiene que actuar primero contra el presidente municipal, Héctor Becerril,  por su omisión y desinterés de actuar en contra de la delincuencia, ya que no ha tenido la capacidad de responder a los reclamos de la sociedad”.
Por lo pronto la Procuradurìa de Justicia ya tiene a cinco taxistas en investigaciòn y el comandante regional de la Agencioa Estatal de Investigación, Albino Sánchez Osorno, ya fue cesado.
Fotos: Cortesía Semanario Evidencias