Oaxaca, paraíso de la corrupción

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ASEO y IAPO, ineficaces


Homero Villaurrutia

La Auditoría Superior del Estado de Oaxaca (ASEO) sirve para muy poco. Apenas para brindar empleo e ingresos a quienes trabajan en ese elefante blanco, quienes no son auditores ni tienen la dicha de poder extraer a los Ayuntamientos su parte alícuota de la corrupción municipal.

 

Por la magnitud de los faltantes del erario estatal y municipal, la ASEO es más bien sostén y promotora del desaseo que permea toda la administración pública de Oaxaca, estatal y municipal, además de los órganos como el Legislativo, a quien ni siquiera se atreven a simular una auditoría, como a los pocos municipios que abarcan.

 

Faltan más de 8 mil millones

 

En una primera revisión, la Auditoría Superior de la Federación (ASF) anunció que el gobierno de Gabino Cué presentaba faltantes por el monto de 8 mil 655 millones de pesos. ¿Cómo pudo presentarse tan grande omisión sin que la ASEO se percatara nunca?

 

En la Secretaría de Salud el quebranto es similar, lo anuncian de 6 mil millones de pesos. ¿No se daban cuenta de ese saqueo? ¿No veían las fotos siquiera de las avionetas, motocicletas y viajes del titular de esa dependencia, Germán Tenorio? La Secretaría de Salud se encuentra dentro de lo que establecen como su “Universo de fiscalización dependencias del poder ejecutivo estatal”.

 

Según el Consejo Nacional de Evaluación (Coneval), Oaxaca es, junto con Chiapas, la entidad con más bajo desarrollo social y mayor pobreza, tiene 2 millones 660 millones de pobres, 1 millón 130 mil en pobreza extrema. El 66.8 por ciento de la población. Y no hubo obra ni desarrollo con los grandes recursos que recibió Oaxaca el sexenio recién pasado, simplemente el dinero no está.

 

ASEO exhibe con letras grandes en su portal de internet su cometido :

“Con Fundamento en el Artículo 65 bis de la Constitución Política del Estado Libre y Soberano de Oaxaca, la Auditoría Superior del Estado es el Órgano Técnico del Congreso que tiene a su cargo la revisión y fiscalización de la Cuenta Pública de los poderes del Estado, Municipios, entes públicos y autónomos que ejerzan recursos públicos y en general, cualquier entidad, persona física o moral, pública o privada que haya recaudado, administrado, manejado o ejercido recursos públicos”.

 

Si la cabeza está mal…...

 

El jefe de esta entelequia es Carlos Altamirano Toledo, Auditor Superior del Estado, ex priista devenido en perredista, colocado en esa posición no por una carrera en auditoría sino por decisión política del ex gobernador Gabino Cué. Su estadía ahí se ha caracterizado por disputas maritales que llegan a dirimirse hasta en esa institución.

 

De su misión y visión destaca un propósito: “proporcionar a la sociedad oaxaqueñas certeza y credibilidad en la rendición de cuentas y fiscalización de los recursos públicos”. Lo están lejos de cumplir..

 

ASEO en los municipios

 

Tenemos testimonios de la dinámica de los auditores de la ASEO en los municipios, donde sin documentación e incluso sin expedientes técnicos de obras, muchas veces inexistentes o inconclusas, pero con recursos ejercidos, no hacen una sola observación a la administración municipal. Incluso hasta permiten que esa documentación incompleta se mande a archivo.

 

En el municipio de Matías Romero sucede todo eso, lo cual fue señalado por un ex funcionario municipal (En Marcha 201). Que un auditor pase por alto los malos manejos de los servidores públicos es más grave que si no se hiciera revisión alguna, pues “el que paga por pecar” encuentra el camino para desviar todo lo que quiera o pueda al saber que cuenta con impunidad. Se potencia la opacidad y los fraudes al erario.

 

Caso Matías Romero

 

Señalamos el caso de Matías Romero, donde la autoridad municipal luego de ejercer más de 333 millones de pesos en tres años no entregó una obra siquiera de pequeña trascendencia, sólo hay a la vista obras abandonas. No es posible, por ejemplo, que la ASEO no se haya percatado del andador inconcluso de la entrada de esa ciudad.

 

Los de (des) ASEO nada se cansarían si tan sólo hicieran un trabajo de escritorio en ese municipio, por ejemplo, de los ingresos de la Feria Anual de San Matías que organiza y recauda el Ayuntamiento. En el año 2004 en el informe del entonces presidente municipal panista Ernesto Altamirano Lagunas consignó un ingreso de 1 millón 800 mil pesos por ese concepto. (Ver Revista En Marcha número 61 de abril de 2004, página 37).

 

En este 2016, 12 años después el también panista Etelberto Bernardino Rodríguez Terán consignó en su tercer informe que sólo entraron en la feria 1 millón 2 mil 250 pesos. Ahora que todo lo cobran más caro, se calcula que como mínimo entrarían 3 millones de pesos.

 

Oaxaca, Santa Lucía, Salina Cruz, Pochutla…

 

Similar dinámica se da en el municipio de Oaxaca de Juárez, Santa Lucía del Camino, Salina Cruz, Pochutla, Santa Cruz Xoxocotlán… Con serios señalamientos de malos manejos, incluso a la vista, , aunque algunos de éstos si tuvieron observaciones de la ASEO nada pasó, se van a disfrutar de su retiro con la mayor tranquilidad

 

No es lógico que ayuntamientos que ni siquiera han reportado algún número de obras ni mucho menos cantidades en sus ejercicios fiscales, no tengan siquiera una observación. O sólo ese máximo castigo de la ASEO: publicar en su invisible portal un cuadro donde indica los montos que no han sido solventados. http://www.aseoaxaca.gob.mx/pdf/resultadoAuditoria/2015/cuentaPublica2015.pdf
Que se sepa, ningún presidente municipal está en la cárcel, ni siquiera preocupado por esa posibilidad. Los funcionarios de la ASEO dicen que ellos hacen la denuncia pero la Procuraduría no actúa.

 

San Jacinto Amilpas, un ejemplo

 

Ese castigo es que escriban adelante del nombre del municipio y los recursos revisados “No solventado”, o “Con salvedad” o “Abstención de Opinión”. Hay municipios pequeños como San Jacinto Amilpas, por ejemplo, que aparece como no solventado casi todo su presupuesto de 2004, de un total de 26 millones 460 mil 746.95 pesos, sin solventar 21 millones 728 mil 357.55 pesos.

 

Entendemos que no ha justificado esa cantidad, pero ¿en qué debió invertirse? ¿Qué es lo que no hizo o no construyó ese Ayuntamiento? ¿Dónde está ese dinero? No hay información precisa, sino una muy general que no aclara casi nada a los ciudadanos.

 

Instituto de Acceso a la Información Pública, igual

 

En esta dinámica también participa el Instituto de Acceso a la Información Pública y Protección de Datos Personales de Oaxaca (IAPO). No obstante su gran publicidad, cuando uno requiere la información no la entrega, ni dentro de sus plazos máximos ni nunca.

 

Le solicitamos informaciones al IAPO del municipio de Oaxaca de Juárez y de la Secretaría de Finanzas, de ambas no obtuvimos respuesta. Ni siquiera alguna nota de que nuestra petición no estaba bien hecha o fundada. Como si tuvieran mucho trabajo, pues muy pocos ciudadanos le solicitan información.

 

Paraíso permitido y legislado

 

Así las cosas, no entendemos el motivo de la LXII legislatura —ya manejada notoriamente por los del gobierno priista entrante—, de cambiar tan groseramente la constitución local, en contra de la federal, reduciendo las atribuciones de los órganos de fiscalización al capricho del legislativo, al ya no actuar apegados a criterios técnicos, sino casi por chismes “cuando haya presunción de violaciones a la ley”.

 

Asimismo, redujo a tres años el lapso de prescripción de responsabilidades administrativas de los servidores públicos, cuando la Constitución Federal establece siete años. Pero la idea del promotor de esta contrarreforma, que en vez de inhibir promueve la corrupción, Adolfo Toledo Infanzón, era, sin duda, crear ese paraíso por ellos tan querido.