Nochixtlán, Waterloo del gobierno

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Homero Villaurrutia

 

El domingo 19 de julio, el Pueblo de Asunción Nochixtlán vivió una de sus experiencias más terribles, la más grande pesadilla de su historia, dicen ellos, con la incursión violenta de las fuerzas policíacas enviadas por el gobierno federal. Policías Federales, la Gendarmería y de Seguridad Regional, además de efectivos de la Policía Estatal. Durante ocho horas hubo combates y refriega. Al final un saldo duro: 9 muertos y 102 heridos.

 

La población de Nochixtlán estaba con su plaza llena, de fiesta con el día del padre, día de tianguis, día de mercado, cuando se reúnen varias poblaciones para intercambiar sus productos en ese pueblo de origen prehispánico. De por sí que el trabajo de propaganda de los maestros ya había permeado en los pueblos, pues llevaban una semana de bloquear la carretera a México, junto con la inconformidad por la pobreza y los malos gobiernos, con lo que ante la agresión policiaca la rebelión prendió como en una pradera.

 

Operativo improvisado y abusivo

 

No pudo ser peor la decisión de intentar desalojar el bloqueo ese domingo, tanto porque había mucha gente en ese punto, lo que lo hacía más difícil, como por estar la plaza llena de personas de otras poblaciones. Éstos últimos al escuchar de la refriega acudieron a auxiliar a sus paisanos. La batalla estalló después de las 10 de la mañana. El gobierno federal, a través de la Secretaría de gobernación exhibió su incapacidad, su operativo ha sido calificado como improvisado y abusivo. Que mostró lo que el columnista León García Soler llamó “Incapacidad oficial de imponer el orden y la insensatez de disidentes empeñados en un combate de exhibicionismo constante.”

 

Las ocho largas horas de enfrentamiento mostró en toda su dimensión la confusión del gobierno federal, que encabezó el ataque, por supuesto que con la autorización del gobierno de Oaxaca que pidió ese auxilio. Más de mil efectivos policiacos atacaban, la mitad policía estatal. Nadie asume haber dado la orden de disparar, pero los civiles empezaron a caer, sólo civiles murieron, ningún policía aunque sí tuvieron heridos.

 

La peligrosa ineficiencia de los mandos policíacos salió a la luz con toda claridad, primero dijeron que los efectivos policíacos iban desarmados, que eran sólo cuerpo antimotines habilitados con toletes nada más; luego que fueron emboscados por los inconformes, por lo que pidieron refuerzos que llegaron esos si armados. También dijeron esos mandos que los antimotines eran protegidos por policías armados.

 

Ni emboscada ni desarmados

 

Este concepto de emboscada fue de inmediato criticado por los comentaristas pues emboscar es por definición “poner oculta a una tropa para sorprender al enemigo” y aquí ambos estaban a la vista, frente a frente. Ni lo de la emboscada, ni que fueran desarmados se sostuvo, estos argumentos del Comisionado General de la Policía Federal, Enrique Galindo, caían apenas eran expresados.

 

Lo único que ha dicho la policía federal y no ha sido desestimado es que de los inconformes, del contingente de maestros y población hayan salido disparos contra ellos. Dos testimonios le dan fuerza: el del IMSS, donde fueron atendidos los heridos, reportó que uno de los heridos fue alcanzado por una bala calibre 22 que no usa la policía; el segundo es el del reportero Jorge Luis Plata, corresponsal de Carmen Aristegui, quien estaba del lado de los manifestantes y sostiene que escuchó salir disparos de ese lado, no conozco de armas dijo pero fue el percutir de una ametralladora. “… no puedo decirte si fue un cuerno de chivo, igual fue un arma corta, en fin, tenía bastantes ráfagas, no te puedo decir, pero si empezaron las detonaciones del lado del magisterio”. http://aristeguinoticias.com/2106/mexico/habla-el-fotoperiodista-que-documento-a-la-pf-armada-en-nochixtlan/

 

Hay que destacar que si bien el testimonio de Jorge Luis Plata sustenta que los civiles dispararon sobre las tropas policiales, sus fotografías también testimoniaron que esa policía si venía armada, cuando los mandos policiacos sostenían lo contrario. Lo que también fue confirmado por fotografías de fuentes prestigiadas como AP y Xhinua.

 

Policía y población enfurecidos

 

La furia que las policías desplegaron sorprendió a pobladores, periodistas y observadores. El cura del pueblo hizo sonar las campanas para llamar a la población a la defensa. La iglesia sirvió de refugio y centro de detención de dos policías federales. Quienes al día siguiente fueron intercambiados por detenidos civiles, según la crónicas de los medios.

 

La batalla fue intensa, tráileres quemados, vehículos, hasta pollos destinados al mercado de la ciudad de Oaxaca fueron quemados vivos. Las decenas de heridos saturaron los centros médicos. La policía desató una persecución igual de desordenada. Desde temprano irrumpieron en el panteón municipal y detuvieron a las personas que excavaban una sepultura; entraron a los hospitales con violencia y los rociaron de gases lacrimógenos, donde habían mujeres que recién habían dado a luz.

 

La violencia se apoderó de todos, los federales lanzaban gases lacrimógenos por todas partes y hasta señalan los pobladores que ellos quemaron el camión de pollos en pie; la población quemó el rancho de uno los caciques políticos locales, Herminio Cuevas, de nuevo rumbo a la diputación local. El palacio municipal donde despacha como presidente su hermano, Daniel Cuevas, también fue incendiado.

 

Fracaso policíaco

 

El asalto fue ordenado para liberar el bloqueo que maestros y miembros de organizaciones sociales o grupos políticos de la Mixteca y de otras partes tenían sobre la carretera en el tramo Cuacnopalan rumbo a la Ciudad de México. Una semana de bloqueo que ya ponía en crisis a las poblaciones de la región y a la capital del estado.

 

Era notoria la mayor presencia de las organizaciones que del magisterio en este bloqueo. Representativos de la Mixteca están MAIZ, MULT, FIOB, CODEP. Incluso, reporteros enviados comentan como después de unos días y ante la magnitud del impacto de su protesta, los maestros quisieron levantar el bloqueo pero fueron detenidos por los miembros de las organizaciones que les dijeron “Ahora no nos vamos, ustedes nos llamaron, ahora nos quedamos acá todos”.

 

Ese mismo día la policía, después de fracasar en su intento de desalojo en Nochixtlán, avanzó hacia la ciudad de Oaxaca, en cuya entrada en Hacienda Blanca volvió a toparse con barricadas que no pudieron despejar del todo. Además, aquí en Nochixtlán, en Salina Cruz, en Zanatepec la policía retiraba un momento el bloqueo y barricadas, y poco más tarde los inconformes los reinstalaban.

 

Similitudes y diferencias con 2006

 

Este movimiento es similar al del 2006 por la vinculación magisterio y organizaciones sociales o grupos de presión (FPR, Comuna, FACMEO, FALP), por la participación espontánea de la gente, por la presencia de la iglesia con sus ONG´s afines (de nuevo aparece Wilfrido Mayrén, cura “Uvi”); también están los partidos, ahora de manera destacada MORENA y su líder Andrés Manuel López Obrador y el PRD. Es similar por los métodos violentos de las partes en conflicto, por las barricadas y fogatas, por un lado y el uso de la fuerza para distender.

 

En 2006 casi todo se circunscribía a la ciudad de Oaxaca, la capital de estado, salvo cuando había mega marchas y agitación podía transitarse de día y por las noches el toque de queda virtual con barricadas donde se estrellaban las caravanas de la muerte.

 

La diferencia sustancial es que ahora no es sólo la ciudad de Oaxaca, sino las principales regiones de la entidad donde se resienten los daños a la actividad económica: Valles (Oaxaca de Juárez), aislado por el bloqueo en Nochixtlán, Mixteca, Costa, Istmo y Tuxtepec. Se han anunciado 32 puntos de bloqueo en carreteras de la entidad.
Destacan la de Nochixtlán, en Cuacnopalan sobre la súper carretera con destino al ex DF; la de Matías Romero rumbo a Veracruz; la de Zanatepec rumbo a Chiapas; la de Huamelula que limita a Huatulco, Puerto Escondido y Guerrero; la de Valle Nacional a Tuxtepec; la de Jalapa del Marqués que bloquea al Istmo de Tehuantepec, y dentro del Istmo el bloqueo en el Puente Caracol para llegar a Tehuantepec, la carretera a la altura del Canal de riego 33 en Juchitán.

 

Algo inédito es también lo que pasa en el terreno político. El PRD, partido al que se acogió finalmente el gobernador saliente Gabino Cué anunció su deslinde del gobernador y amenaza con llamarlo a juicio político. Incluso el ex candidato de Cué al gobierno de Oaxaca, José Antonio Estefan Garfias, planteo esta decisión.

 

Cué, solo y prescindible

 

Por su parte Gabino Cué intenta deslindarse inútilmente de la violencia y los muertos, acusando a sus antiguos aliados de estar infiltrados en el movimiento magisterial. Convertido en enemigo de quienes fueron la base de su lanzamiento a gobernador, magisterio y organizaciones como FALP, Comuna (APPO), Cocei, Servicios del Pueblo Mixe (Adelfo Regino) entre otros, además de la iglesia católica y sus ONG´s filiales como EDUCA.

 

Al final el gobernador se quedó solo, hasta dos de los titulares de dos secretarías “bonsái” de su gobierno le renunciaron, Adelfo Regino Montes de la Secretaría de Asuntos Indígenas y Daniel Gutiérrez de la Secretaría del Trabajo. Dos pequeñas oficinas desdeñadas por el gabinete y el gobernador, pero que hoy le pegan en medio del repudio generalizado. Se esperaba igualmente la renuncia de Arturo Peimbert Calvo, titular del la Defensoría de Derechos Humanos estatal, posición del Arzobispo y de Comuna de Flavio Sosa.

 

A Gabino Cué, por un lado la sociedad ya ni lo contempla, el vacío de poder es tal que pocos voltean a él ni siquiera para criticarlo y se avoca a pedir solución a México; por el otro lado sus ex aliados piden su cabeza, aunque sin entusiasmo, el pleito ahora es con el dueño del circo, el poder ejecutivo federal, por echar abajo la reforma educativa y obtener la libertad de sus líderes, por lo que se agudizó este conflicto que lacera y empobrece más a Oaxaca.

 

El magisterio de la Sección 22 y CNTE, empero, se anotó su primer triunfo como resultado del ataque violento de las corporaciones policíacas que levantó la protesta e indignación nacional e internacional y obligó al gobierno federal a acordar la mesa de diálogo que habían estado demandando y que se les negaba tajantemente.