Catedral de Tuxtepec, otra historia de una Iglesia decadente

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Días antes de que murieran cuatro trabajadores con la caída de la cimbra donde colaban el techo de la nueva catedral de Tuxtepec, hubo un accidente premonitorio: un hombre cayó desde lo alto, 20 metros, y se rompió ambas piernas. No se sabe que ha sido de él, si corre con la misma mala suerte que sus otros compañeros heridos que no son auxiliados por sus patrones.

 

Este proyecto tiene su historia, a 10 años de haber sido concebido y 6 de estar en construcción, su ya larga historia similar a las otras igualmente depredadoras de los cristianos puestos a construir iglesias, templos y conventos.

 

Desde que iniciaron los trabajos para la renovación de la Catedral de Tuxtepec, inició también la polémica. Estaban los defensores de la anterior construcción, quienes señalaban que ésta tenía un valor histórico. Y los defensores de la nueva obra, quienes con datos históricos sostenían que el recinto ya había sido modificado con anterioridad, después del llamado “año cero”, el del terremoto de 1944 donde aparece una fotografía con las torres de la Catedral diferentes, que serían modificada en el transcurso de más de 50 años.

 

En busca de financiamiento

 

La magna obra que las autoridades religiosas vendieron a sus feligreses cómo “una necesidad” para el pueblo católico en constante crecimiento, para que pudieran tener un espacio mayor, ya que no bastaba con la anterior catedral, para su mayor comodidad. Fue así cómo presentaron el proyecto de La Barca.

 

La forma de embarcación, se asociaba al Río Papaloapan, por donde conviven las etnias indígenas de los chinantecos y mazatecos. El proyecto fue encabezado por el entonces obispo de Tuxtepec y actualmente ascendido a arzobispo de Durango, José Antonio Fernández Hurtado.

 

El proyecto inició 10 años atrás, la construcción de la obra hace seis. Formaron una asociación civil llamada “Naveguemos en la Barca” que inició dirigida por Fernández Hurtado. Realizaron eventos masivos cómo el Radiotón, junto con la radio local, además de otras actividades que los más devotos apoyaban, cómo vender antojitos, realizar rifas, pedir dinero, shows calientes, entre otras.

 

El primer evento de Radiotón recaudó más de un millón de pesos; 500 mil pesos en el segundo. A partir de ahí se lograrían diversas cantidades, en 2014 con diversas actividades recaudaron casi 700 mil pesos. De acuerdo al portal muro.mx, la A. C. Naveguemos con la Barca reportó ese mismo año a la Secretaría de Hacienda y Crédito Público tan sólo 83 mil 500 pesos. Una suma muy por debajo de lo recaudado; hasta la fecha los religiosos no han explicado sobre el destino de la mayoría de esos recursos. Se entiende que invertidos en la construcción de la nueva catedral, sin embargo para ello se requieren decenas de millones de pesos, y no sólo esa escasa cifra que se anuncia como recaudada.

 

Semana santa, corrupción y tragedia

 

Con el arribo de esta semana mayor de la iglesia en este 2016, consideraron que ya era hora de acabar la obra. Por tanto la cimbra se convirtió en prioridad; los trabajadores tenían que acabarla antes de Semana Santa, en sólo unos días, por lo que trabajaron a marchas forzadas. La razón principal, que los medios de comunicación explicaron, fue la negligencia en la revisión de los trabajos que provocó la falla.

 

Tragedia y corrupción en la catedral de Tuxtepec podría llamarse esta historia provocada por el clero y el poder político. Donde 30 trabajadores se vieron duramente afectados en sus vidas; junto con la cimbra que cayó de La Barca, cayeron 29 de los 30 trabajadores desde 20 metros de altura; de ellos 17 terminaron seriamente lesionados y 4 murieron. Sólo uno se refugió arriba en un lugar seguro, y bajó al final.

 

En la catástrofe, sorprendió la unidad de la ciudadanía y cuerpos de rescate, incluso de ciudades vecinas de Veracruz, como Boca del Río, Cosamaloapan, Tres Valles, Tierra Blanca, además de otros municipios de Oaxaca. La ayuda brotó espontánea. Una masa humana se unió para quitar tablones, varilla, morillos. Se utilizaron retroexcavadoras, el trabajo de soldadores, todo lo que hiciera falta. Asociaciones civiles y cientos de mujeres preparaban comida para rescatistas, policías, soldados, ciudadanos, para todos los que ayudaban.

 

Para quienes conocen de construcción no hay duda alguna que el origen de la falla fue una total negligencia y falta absoluta de conocimiento en materia de construcción, cuya responsabilidad directa es del encargado de la obra y del dueño o poseedor de la misma, el cura de la iglesia.

 

Responsables: cura y arquitecto

 

El encargado es el actual director de Desarrollo Urbano del ayuntamiento de Tuxtepec, el arquitecto Wulfrano Barranco Gutiérrez; y el supervisor es el propio párroco, Alejandro Fernández Romero, sin ninguna experiencia para definir los detalles técnicos de los trabajos, y sobre quien las acusaciones apuntaron primero.

 

El arquitecto Barranco, al ser cuestionado después del accidente donde perdieron la vida 4 trabajadores, señaló que la responsabilidad era de la constructora Lobato, que se encuentran en la ciudad de Oaxaca. Días más tarde ya no mencionó más a dicha constructora.

 

Luego del incidente, los trabajadores de la construcción y familiares externaron que trabajan horas extras sin remuneración, así como un sueldo bajo, ante el convencimiento de que “sería una obra para el Señor (Dios)”.

 

Mala calidad

 

Algunos técnicos señalaron que la colocación de los tablones fue un factor, estos estaban torcidos, lo que ocasionó que la cimbra no soportara el peso y cayera estrepitosamente. Entre otras deficiencias, que el propio arquitecto Barranco señaló, tales como el material, que dijo, era menos grueso de lo requerido.

 

Los muertos

 

Los trabajadores fallecidos fueron, Roberto Campos Vera, de Cuitláhuac, Veracruz; Roberto Joaquín Cabrera de Tuxtepec; y los que eran padre e hijo, Gabriel Dionicio Esteban y Randi Dionicio Roque, ambos de Tuxtepec.

 

Con ataúdes modestos, que se presume fueron aportados por el ayuntamiento y las autoridades religiosas, en sus respectivas entidades fueron despedidos. Los familiares esperan recibir una indemnización, ya que los fallecidos representaban el sustento familiar en sus respectivos hogares. Más tarde denunciaron que nada han recibido, ni siquiera de las colectas que hace la diócesis entre la población.

 

Nueva tragedia

 

Después de la inundación en 1944, Tuxtepec no había vivido una tragedia que conmoviera a la ciudadanía como ocurrió con el desplome de la techumbre de La Barca. Tal vez porque un gran porcentaje de la población es religiosa, principalmente católica, que el derrumbe de Catedral significó un motor para que la población se sumara a los esfuerzos de rescate y ayuda.

 

Pasaban las tres y media de la tarde, algunos policías comían en los restaurantes cercanos, cuando feligreses alterados corrían a pedir ayuda. Decían que un trabajador se había caído de la construcción. Pasarían unos minutos cuando se conoció la verdad, no era uno, sino 30 los afectados.

 

Las ambulancias de la Cruz Roja, bomberos, Cruz Ámbar, policía municipal no se daban abasto. El patio de Catedral simulaba un campo de batalla, puesto que estaban heridos algunos de los albañiles, a la espera de ser atendidos, mientras los más graves eran llevados a las clínicas de salud.

 

Transcurrían las horas y de entre los escombros, salían por toneladas tablones, varilla, concreto y cuerpos humanos que iban saliendo. Hasta antes de las ocho de la noche, no había confirmación de muertos. Como en una película de terror seguían apareciendo personas con vida, salían de entre los escombros.

 

En lo alto, en una orilla, estaba el único albañil que había logrado salvarse de caer. En estado de shock, cuando fue rescatado por paramédicos, aterrado no se atrevía a dar el primer paso. Había visto desde arriba cómo sus compañeros cayeron y como el polvo se levantó como una nube.

 

Cerca de las diez de la noche se daba a conocer el primer muerto. Más tarde, al filo de la media noche, confirmaban otros dos cuerpos enterrados a la mitad, sólo sobresalían sus piernas. En la madrugada confirmarían al cuarto fallecido. Los trabajos continuaron hasta levantar el último escombro, cerca del mediodía del día siguiente.

 

Obra clausurada

 

La construcción fue clausurada, luego que se realizara una denuncia de oficio, que externó el subprocurador de la Cuenca, José Matus Cruz. También dijo que se habría una denuncia en contra de quién o quienes resulten responsables de la tragedia.

 

El Papa Francisco envió sus condolencias a la ciudadanía de Tuxtepec. ¿Castigará al clero irresponsable que prácticamente mandó a morir a todos esos cristianos? ¿O también los protegerá?