Lo peor del gobierno del “cambio”, su propuesta de educación “comunalista”

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El sostén del PTEO, la “propuesta educativa” de la S22 y el gobierno de Cué, es la supuesta mayoría de población indígena en Oaxaca. Falso pero les sirve para proponer una educación “comunalista”, eso sí con equidad de género; un absurdo pues el comunalismo de los pueblos tiene en poca valía a las mujeres, sin participación en muchos municipios indígenas. Propuesta insostenible académicamente; más un manifiesto político y pretexto para rechazar cualquier medida contra sus privilegios obtenidos a punta de paros y chantajes en 34 años.

 

La historia de Oaxaca es un largo devenir hacia abajo, una caída persistente. Todo ha ido en declive. El terremoto de 1931 aceleró la diáspora que se inició desde la guerra de independencia y luego con la revolución, se aceleró en Oaxaca. El escritor Fernando Solana sostiene que la clase intelectual y los políticos ilustrados que tenía la entidad emigraron de esta zona difícil para vivir. Las instituciones educativas y políticas empezaron a quedar en las manos de los menos aptos.

 

Un pasado que hunde

 

La larga marcha de Oaxaca hacia atrás, de acuerdo a una hipótesis desarrollada en otras partes, también se nutre por ese regusto por el pasado indígena cuyas mejores expresiones no son precisamente los que se usen sino los peores. Tradiciones atávicas y (ab)usos y (malas) costumbres. Mal está una sociedad que exalta sólo su pasado y se olvida del futuro. Se olvida de la educación y la salud de la niñez, que con esas dos enormes debilidades se encamina de manera inevitable a estar en los más bajos niveles de competitividad en un mundo nuevo donde no ya las materia primas ni el turismo son pivote de desarrollo, sino la economía del conocimiento.

 

Ese falso progresismo indigenista que defiende a ultranza lo que atrasa a Oaxaca daña subjetiva y objetivamente pues nunca ha ofrecido opciones de crecimiento. Cuando mucho busca una estabilidad inamovible, conservadora, a lo largo de la historia no hay nada que muestre algo de poder de transformación de esas tradiciones atávicas. Un autor define lo anterior en una comparación oportuna. Ugo Pipitone en su libro “Modernidad Congelada” compara los usos y costumbres de Oaxaca con las tradiciones japonesas:

 

“¿Por qué insistir en la experiencia japonesa? Porque es el exacto contrario del caso oaxaqueño objeto de nuestro interés. Por un lado instituciones que pueden sostener e instrumentar decisiones políticas difíciles y, por el otro instituciones clientelar-corporativas condenadas a mantener una ficción de unanimismo sin tocar demasiados equilibrios inestables”. (pag. 83).

 

¿Pero por qué viene al caso esto último? Por qué si bien son muchos los lastres del actual gobierno que traicionó a los oaxaqueños, la adopción de las insostenibles propuestas del PTEO de la Sección 22 del Sindicato de maestros que este gobierno presentó como suyas ante el Congreso local será sin duda lo más lamentable.

 

Comunalismo, el pretexto

 

La esencia de esa propuesta PTEO con lo que francamente los profes usan de pretexto para rechazar cualquier medida que atente contra sus privilegios obtenidos de todos los gobiernos medrosos desde Heladio Ramírez, es precisamente la supuesta mayoría indígena de Oaxaca. Lo cual es falso pero les sirve para proponer una educación “comunalista” con base en la multiculturalidad, pero eso sí con equidad de género; un absurdo pues el comunalismo atrasado de los pueblos indígenas tiene en poca valía a las mujeres, en muchos pueblos desplazadas de participación alguna.

 

En diversas ocasiones hemos mostrado que no hay tal mayoría de indígenas en Oaxaca como para que metodológicamente fuera viable algo así para todo el estado como proponen. Si bien es necesario atender a la parte que requiere una educación especial acorde a sus características indígenas.

 

Un 34 por ciento del total de la población de Oaxaca es considerado indígena por INEGI, entonces hay dos terceras partes de la entidad que no se inscribe en la comunalidad o multiculturalidad indigenista en que tendenciosamente se quiere situar a todo el estado. Otro dato del INEGI debilita más esa postura: “De cada 100 personas que declararon hablar alguna lengua indígena, (sólo) 14 no hablan español”. (http://cuentame.inegi.gob.mx/monografias/informacion/oax/poblacion/diversidad.aspx?tema=me&e=20) Un estudio llamado Censo de lenguas publicado en 2004 por el IEEPO concluye que sólo el 0.86 por ciento de los niños de primaria “son monolingües en lengua indígena”.

 

Gobierno de Cué, hacia atrás

 

Hacia dónde se dirige un gobierno que envía al Congreso una propuesta de ley basada en un retrógrada Plan de Transformación Educativa de Oaxaca” (PTEO) que no tiene como sustento el desarrollo científico y tecnológico, ni las innovaciones en computación y el internet, sino en un abierto y declarado retorno a un pasado indígena, aparentemente “colectivista” y “comunalista”.

 

Esa es la propuesta central, ir hacia atrás con una retórica de supuesta alternativa popular. La esencia es conservar los privilegios y dejar a Oaxaca como una ínsula de poder de las camarillas magisteriales y de gobernantes cebados sobre los 14 mil millones que administra el IEEPO en Oaxaca. La niñez y el futuro carecen de importancia para ellos. Si casi todo ha hecho mal este gobierno del “cambio”, esto es lo peor pues su “comunalismo” en nada impulsa a Oaxaca hacia adelante, al contrario con eso quieren echar atrás las ruedas de la historia, como dijo el viejo Marx. (Cuauhtémoc Blas)