Los peores ediles en dos años de hidalgo

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Una auténtica pesadilla fueron estos dos años de administración municipal en Oaxaca. Prácticamente dos años de hidalgo. La indolencia de los ediles, sabiendo que los cubren impunidad y complicidad, es cada vez más abierta. La simulación en la que solo ellos llegan a creer, añade hasta ironía a sus devastadoras administraciones. Espacio haría falta para consignar todos los casos, al menos anotamos los más destacados.

 

El corto tiempo que de manera excepcional gobernaron los ediles los municipios de Oaxaca, no sirvió para que apresuraran su trabajo en bien de los ciudadanos, sino en bien de ellos. Duraron sólo dos años, tiempo para el que fueron electos dentro de la dinámica nacional para juntar las elecciones locales y nacionales en un solo calendario, elecciones concurrentes le llaman.

 

Autoridades locales que no tienen quien los contenga, los derechos humanos y la aplicación de la leyes están ahí ausentes. Mueren presos en la cárcel municipal como en Santa Lucía del Camino y agreden impunemente a periodistas con la omisión plena de la Fiscalía del estado en San Lucas Ojitlán. Ninguna autoridad interviene.

El ejemplo de la ingobernabilidad y ausencia de obra pública del ejecutivo del estado, sirvió de ejemplo a ediles poco escrupulosos. El caso de Gloria Sánchez en Juchitán, quien deja un mar de corrupción y hasta se llevó a su casa la flotilla y demás bienes públicos no alcanza ya calificativos.

 

Huatulco en “manos de atole”

 

Las historias recientes municipales son desoladoras, entre los peores ediles podemos ubicar a José Hernández en Huatulco. En ese municipio de la Costa Movimiento Ciudadano, halló el caminito para no soltar la presidencia municipal durante 8 años, desde Lorenzo Lavariega, que llegó con el señuelo del cambio y se quedó hasta con el sencillo.

 

Hoy en Huatulco hay más obras fantasmas que perros callejeros. La población señala obras fantasmas como la pavimentación en Arroyo Súchil, en las comunidades de El Manantial y en Chacalmata. Pueblos que el edil también llamado “manos de atoles” echó a pelear, creando un conflicto. La gente cambió así su chusco lema de campaña “Pepe, Sangre Valiente”

 

Así se manejan municipios de la notoriedad de Huatulco, con caprichos y venganzas tribales. En los hechos, sólo gobiernan para su escasa clientela política. Un municipio importante en el contexto nacional e internacional gobernado por un cacique pueblerino, y por si fuera poco quiso reelegirse. El electorado lo colocó en el cesto de la basura de la historia costeña.

 

Fausto Díaz en Tlacolula

 

El gobierno de Fausto Díaz Montes en Tlacolula fue un desastre, con el mayor número de protestas públicas, así como acusaciones de corrupción. En mayo pasado ciudadanos marcharon al centro de la población en protesta por llevar cinco meses sin agua. Y algunas colonias por carecer de drenaje y luz.

 

La policía hizo paros a menudo por falta de pago y despidos. El director de esa Policía, Oscar Noé Martínez, respondió que todo era por orden del presidente de “ajustar” personal. Dizque ajustes pero el recurso ahorrado no se vio en obras o servicios. El candidato de Morena derrotó a Fausto en su intentona reeleccionista, y lo fulminó con un lema: “Cero corrupción”, a la cabeza de ex intelectual, pues esa mácula fue la impronta de su (des) gobierno. El PRI lo mandó hasta el tercer lugar; Fàtima, su esposa, también perdió la diputación con el PAN. Ya nadie los quiere.

 

Matías Romero

 

En este municipio del Istmo de Tehuantepec, el presidente, Marco Antonio Cabello, fue un verdadero chivo en cristalería. Nepotismo abierto, carencia de obra, enriquecimiento repentino de ediles y familiares. Encarceló periodistas, reprimió a empleados, hasta los últimos días se negaban a pagar el aguinaldo a los policías.
Finalmente, hicieron ese pago obligados por las autoridades. Pero uno de los policías que dirigió la protesta y se confrontó con esas autoridades fue asesinado por un comando, en el mismo palacio municipal donde protestaba con sus compañeros.

 

Juchitán de los Sánchez

 

En Juchitán el órgano de fiscalización de Oaxaca encontró un mar de irregularidades sólo en este segundo año. En sólo dos programas faltan de comprobar 50.5 millones y 28.3 millones. Tiene plazo perentorio para comprobar Gloria Sánchez, la ex presidente que firmó lo que mandaba su hermano Héctor Sánchez.

 

La ahora diputada local de Morena fue apabullada recientemente que se atrevió a acusar a pedir alto a la corrupción, lo menos que le dijeron es que al final de su desordenado gobierno municipal desvió 8 millones de pesos para habilitar toda la infraestructura de un fraccionamiento propiedad privada de su hermano Héctor.

 

En el colmo de lo irracional, los Sánchez se niegan a entregar los bienes municipales, la flotilla vehicular y demás enseres públicos que por sus pistolas, de manera arbitraria y absurda se llevaron a su casa. La nueva autoridad municipal que encabeza Emilio Montero, también de Morena, ha denunciado tal atropello, sin embargo persistían en su delito de robo de bienes públicos.

 

Esos bienes municipales lo han puesto en manos de su grupo político de la COCEI, una de las tribus que ellos comandan. La voracidad es desenfrenada, raya en la demencia.

 

Raúl Cruz, en Santa Lucía

 

En Santa Lucía del Camino, Raúl Cruz González se hizo famoso para mal, tuvo salida de caballo brioso y llegada de burro viejo. Por haber iniciado restituyendo el servicio de basura, cancelado por su antecesor, para rápidamente dejarlo tirado de nuevo. Al final salió a la luz que los vehículos los rentaban a una empresa del flamante magnate Alejandro Avilés, diputado local priista de nuevo.

 

También continuó Raúl Cruz con el cobro excesivo de impuestos, en una reunión comerciantes y empresarios le pidieron descuentos. La policía municipal de suyo abusiva empeoró, pues no se habían dado casos como el del ciudadano Seferino Soriano Morales quien, se presume, fue asesinado en esa cárcel municipal.

 

Menudearon los escándalos y líos de faldas de Raúl, sin embargo, su esposa Leticia Cruz, quien también ha sido objeto de escándalos acusada de malos manejos como funcionaria, cogobernó desde el DIF, sin dejar de participar de los escándalos en las redes reclamando infidelidades a su esposo. Con todo este desprestigio, Raúl Cruz se atrevió a buscar su reelección. Obviamente, perdió.

 

Oaxaca, el “coco” de la deuda

 

En Oaxaca de Juárez obras y servicios públicos escasearon con el argumento de la autoridad municipal de no dejar deuda. Parecía un gran acierto limpiar las finanzas públicas, uno pensaba que se trataba de un deuda de miles de millones de pesos. Pero la “fabulosa” deuda que el ayuntamiento anunció al final que había saldado fue de 270 millones.

 

Mil 200 millones de pesos recibe el ayuntamiento de Oaxaca de transferencias federales, y casi 250 millones de ingresos propios anuales. De este último ingreso podría haber tomado los 270 para pagar esa cacareada deuda y sobrarían más de 200 millones. No era para dejar sin atención los servicios de buena parte de la ciudadanía.

Además, como dice un mal poema de Benedetti “¿Quién puede vivir sin una sola deuda”. En todo caso, ¿que no era mejor atender las centenas de calles destrozadas, semáforos descompuestos y luminarias de las colonias aunque sólo pagaran la mitad de la deuda?

Si se confirma lo que soltó un líder de ambulantes de que Fraguas les pagaba 14 millones de pesos por los “Miércoles sin Ambulantes”, ¿lo llamarán a cuentas?

 

También sale a la luz que el ayuntamiento saliente siempre sí dejó deuda. Por lo menos una hoja de adeudos con la prensa que dejaron calculamos rebasa el medio millón de pesos, para irnos por lo bajo. Quizá cuando encontremos de nuevo a Raúl Castellanos Jr., ex director de Comunicación Social, nos diga otra vez: “Eso ya me lo comí”. Hijo de tigre… rayado.

 

Bajo la batuta nacional de un nuevo gobierno que llama a la honradez y austeridad, inician los nuevos Ayuntamientos, la expectativa es que al menos tengan la mitad de los quebrantos que los aquí mencionados.