Mi abuela y la cruz de Juchitán

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Fragmento

Fco. Toledo

Blas López-Cheno

 

Era joven cuando renunció a Juchitán
no volvió aunque andaba cerca
el pueblo ya no tenía qué darle
tampoco él
apenas un taco de maíz orgánico
en la desgracia envuelto
mandado a la distancia

 

El afelpado ideal de los años setenta
lo cambiaron por monedas
tres camaradas en vigilia

 

Ese brutal despojo de sueños
esa seca traición premeditada
daban para huir de aquella miscelánea
vació su galería de la vieja estancia
y se marchó en silencio
quiso dejar sus libros
pero los tiraron al río
los nuevos caciques locales

 

Se alistó en otras batallas
forjador de refugios tan cercanos
donde moran insectos y changos
con sus rojos penes ásperos
ansiosos de hembras y machos
para fornicar la vida
caverna de las ansias del pasado y de siempre
cuyo emisario terminó su faena intensa
caminante
hacia otras cuestas
diestro en partir
sin irse y sin volver.