Saldos 2011 del tradicional plantón magisterial

planton_magisterialFueron 12 los días que el magisterio de la Sección 22 sostuvo su típico plantón de mayo este año en el Zócalo, la Alameda y más de 40 cuadras de las principales calles de la ciudad de Oaxaca. Se posesionaron en esta ocasión de más calles que en otras ocasiones y cancelaron la actividad turística y comercial . Y es que este plantón magisterial, exceptuando el del 2006 por excepcional, ha sido el más grande y tumultuario (al principio) de los últimos años.

Alrededor de 13 mil espacios educativos cerraron sus puertas, 73 mil profes en paro con su millón 300 mil alumnos que de nuevo quedaron a la deriva, de nuevo ninguneados, cual si la formación de estas generaciones de oaxaqueños careciera de importancia. Van 31 años de destrucción cultural de Oaxaca, pero de ellos, niños y adolescentes, es de quienes menos se habla, sólo propuestas lanzadas al viento de pactos por un compromiso por la educación, que quedan en el aire.

planton_magisterial_1Sociedad harta

Fueron 12 días pero parece que hubiera transcurrido más tiempo, cada día fue intenso, largo, angustiante para quienes trabajan en el centro de Oaxaca, ya sea como dueños de comercios o servicios o como empleados, cocineras, meseros, botones de hoteles, boleros del zócalo, voceadores, entre otros. Hubo ahora sí conatos de pleito entre comerciantes y plantados. Las quejas de los primeros fueron más intensas, con declaraciones, conferencias de prensa, llamados al gobierno a imponer la ley.

Las pérdidas económicas son de nuevo grandes, las deudas de muchos comerciantes y empresarios creció, aunque también la ambición de algunos de ellos habituados a recibir “apoyos” a fondo perdido de parte del gobierno en tanto a otros nada les toca.

En las estaciones de radio las quejas y hasta insultos a los profes menudearon: flojos, abusivos, inconscientes. Les llovió. Los comunicadores hicieron eco del sentir popular y destacaron el hartazgo ciudadano, tanto radio, prensa y televisión, de nivel nacional, estatal y regional. Caló la angustia de quienes viven al día y no pueden ganar para llevar el sostén de la casa, la desesperación del empleado que no puede llegar a su trabajo o gasta más en pasajes para hacerlo, claro, empleado de empresa privada pues para los del gobierno del estado, en su gran mayoría, se decretó también un paro oficial en tanto los maestros bloquearan las instalaciones.

Críticas a la 22 y al gobierno

Las críticas fueron principalmente para la Sección 22 de Oaxaca en el ámbito nacional, pero también para el gobernador del estado. A los primeros, lo más duro que les dijeron fue en el diario “Excélsior” donde el columnista Ricardo Alemán los catalogó como “EL cartel de la sección 22”, comparándolos con la delincuencia organizada.

Por su parte, entre tantos críticos del gobierno de Oaxaca por su actitud más que tolerante con el magisterio en paro, de tratarlos con “algodones”, Sergio Sarmiento, un periodista que podríamos llamas mesurado, preguntó que si el gobernador temía al magisterio y a los caciques, ¿para qué quiso ser gobernador?

Ante la andanada de la opinión pública en contra, el magisterio respondió con más fuerza, más bloqueos de comercios y plantones en la sede de los medios de comunicación, sobre todo de estaciones de radio donde imponían la lectura de sus puntos de vista. Aparte de mostrar su pésima sintaxis y mala lectura, todo lo que hacían era contraproducente; no pueden convencer porque no tienen razones ya, pero aun cuando esgrimieran fundamentos lógicos a su favor, a estas alturas a la sociedad ya no le importarían, ya nadie quiere saber de ellos, de ahí que todo lo que hagan se torne en su contra.

Nunca el desprestigio y hasta desprecio por el profe había llegado a niveles tan altos como ahora, ser profe se ha tornado casi un estigma. Quien no lo es y se le confunde con ese mote, de inmediato se deslinda y reclama: “Yo sí trabajo”. Y es que ahora se vio con nítida claridad esta injusta relación: sólo trabajaron 3 días, estuvieron en plantón 12 días y les pagaron su quincena completa.

Finalmente, el gobierno del estado sostuvo una política de comunicación eficaz, lo que junto con la animadversión de la ciudadanía hacia la 22 y el bono democrático que aún le dura al gobernador Gabino Cué, golpeó duro al magisterio. La abultada cifra de un mil 600 millones que el gobierno anunciaba como parte de sus respuestas “históricas” escandalizó a la sociedad; fue un golpe letal, pues la gente decía: “No tienen llenadera”.

La política social del gobierno de Gabino contra la pobreza será este año de sólo un millón de pesos, destinados a la Secretaría de Desarrollo Social que dirige otro peón de Elba Esther Gordillo en Oaxaca (primer personaje propuesto por el yerno de la “maestra”, Fernando González, para dirigir el IEEPO), Carlos Altamirano Toledo, otro alto funcionario invisible pues nada se sabe de la dependencia a su cargo, ¿dónde hacen obras?, ¿qué apoyos ofrecen?, ¿a quién atienden?

Ciertamente, el gobernador los llamaba “amigos”, “respetados maestros”, incluso asentó que metía las manos al fuego por ellos, sí, pero al mismo tiempo la información que debilitaba al magisterio fluía. Extraña dinámica, pero ante la debilidad no sólo mediática sino social, moral, gremial, sindical del magisterio, funcionó duramente en contra éstos.

Antiguos aliados, ausentes

Presionados socialmente, abandonados y hasta con sus antiguos aliados en contra, el magisterio bregó ahora en soledad. La APPO, su entelequia que creó en 2006 ya no le fue útil; Flavio Sosa Villavicencio, hoy diputado local, no sólo se deslindó de ellos sino, además, los llamó a buscar otras formas de lucha y, por si fuera poco, los reconvino a dejar de lado actitudes como la de realizar movilizaciones cada mes de mayo. De forma similar actuaron los partidos políticos de izquierda como el PRD.

Quizá su pérdida más sensible haya sido dejar de recibir a ultranza el apoyo del diario Noticias como en el sexenio pasado, cuando tenían enfrente un enemigo común, el famoso tirano Ulises Ruiz Ortiz. Ahora hubo más críticas del diario a los excesos y desatinos del magisterio. De ahí que un día antes de retirarse, un grupo de choque del magisterio acudiera a la sede de dicho diario en franca actitud agresiva y violenta, atentando contra periodistas del medio como Citlalli López, Luis Ignacio Velásquez e Ismael García. Acción inmediatamente repudiada por la sociedad civil estatal y nacional.

Únicamente el Ejército Popular Revolucionario (EPR) se manifestó públicamente a favor de los maestros. O sea, otro golpe.

Toda esta adversidad los orilló a una consulta a la base para que en ésta se decidiera la permanencia del plantón. Es interesante ver los resultados de esas votaciones donde prácticamente las delegaciones más grandes, Istmo y Valles Centrales, definieron el rumbo.

La base levantó el plantón

Asestó así la base magisterial un duro revés a sus líderes y dirigentes al imponer el receso, es decir el regreso a clases. Una base cansada, afectada moralmente, tanto por el rechazo de sus conciudadanos como por la truculencia de sus máximos dirigentes. El abucheo a Santiago Chepi en el postrer mitin el último viernes de su movilización, así lo confirma. Lo menos que le gritaron fue vendido y gobiernista. “Chepi regresa el dinero”, se leía en una pancarta.

En este punto se impone una acotación pues en el eufemísticamente llamado receso coincidía la voluntad genuina mayoritaria de la base con los negocios de Chepi y Chiñas con el gobierno, como ya era muy denunciado. Los otros líderes de las camarillas y representantes en las Asambleas no coincidían, querían seguir.

Por eso es que aun cuando la base ya había decidido, la asamblea general del 31 de mayo, con sus representantes, grupos y corrientes, aún discutía levantar el plantón, se revolvían en su frustración. Lo más que pudieron fue prolongar la movilización tres días más, con sus acciones violentas de bloqueo de oficinas, bancos, negocios, de medios de comunicación y marchas.

Sección 22, su derrota

Sin embargo, la derrota de la Sección 22 en esta ocasión era inminente sin la atención de sus punto esenciales: las renuncias de los tres funcionarios ya famosos: Bernardo Vásquez del IEEPO; Irma Piñeyro, Secretaria General de Gobierno; y Marco Tulio López de Seguridad Pública. En este punto hay que reconocer que pocos pueden ofrecer argumentos en defensa de dichos funcionarios “infuncionales”, quienes en vez de disminuir han empeorado el problema con el magisterio. Tampoco eliminaron de Oaxaca el Acuerdo por la Calidad Educativa (ACE) ni implantaron sus propuestas locales alternativas a ésta. La arbitraria exigencia de desaparecer la Sección 59 no obtuvo más que la promesa de revisión. Asimismo, los juicios contra el ex gobernador Ulises Ruiz, Jorge Franco Vargas y Lizbeth Caña Cadeza, por los sucesos del 2006, tampoco se inician.

De los maestros desaparecidos no hay ni un informe oficial. Estas demandas esenciales fueron desatendidas, sólo obtuvieron mucho dinero. La misma cantidad que en 2006 (mil 600 millones de pesos), cuando la 22 con Enrique Rueda obtuvo los más grandes logros de su historia: millones y millones, 10 mil horas, medio millar de plazas, rezonificación en zona de vida cara, etc.

Pueblo de Oaxaca, gran perdedor

Por su parte el gobierno, si bien no perdió tanto como parecía inminente ante el grupo de presión política más poderoso del estado, tampoco se alzó con un triunfo pleno. Tanto en el ámbito nacional como estatal se exhibió la debilidad del gobierno de la alternancia ante ese gremio, así como la incapacidad para impedir que la 22, supuesta aliada de la Coalición de partidos en la victoria electoral pasada, estallara su magna movilización que dejaría mal parado al nuevo gobierno.

Llama la atención la actitud de Benjamín Robles Montoya quien a menudo tensó las negociaciones. Parecía que Robles buscara meter en problemas a los del IEEPO cuando, por ejemplo, el 27 de mayo escribió en twitter: “Buen trabajo de Bernardo Vasquez y sus colaboradores del IEEPO. Felicidades y reconocimiento a todos ellos. A los maestros mi respeto!!”. Parecía dar por hecho el fin del conflicto, cuando si acaso apenas iba a la mitad, lo que irritaba a los profes.

El único gran perdedor, como siempre, fue el pueblo de Oaxaca. Otro año más de destrucción educativa que hunde por 31 años consecutivos la esperanza de mejorar la vida de la entidad. Sin clases y aún con ellas, con este magisterio y sus dirigentes y autoridades mediocres del IEEPO, las expectativas de cambio social son prácticamente nulas. Y sin mejorar la calidad de la educación, sin sacar a la entidad de los últimos lugares en los indicadores educativos nacionales las posibilidades de cambio social y desarrollo económico son irrealizables. Son sólo declaraciones. Sin educación no hay civilización.