Tamazulapam agrede a balazos a Ayutla y los gobiernos los llaman a negociar

Cuauhtémoc Blas

 

La táctica del secretario General de Gobierno para culpar a otros de su ineficiencia, cuando hay hechos de sangre en pueblos indígenas, es: no castigar al agresor, aunque haya muertos, sino difundir que es un conflicto entre pueblos; llamarlos a negociar, y como hay uno que agredió y delinquió el agraviado no acepta negociar sino exige se aplique la ley. Pero Annuar Maffud culpa a los pueblos de no llegar a acuerdos. Muy grave también es la omisión de la Fiscalía General al desatender estos caso socialmente relevantes y someterse a estas maniobras.

 

La sugerencia del presidente de la república de que el gobierno de Oaxaca se trasladara a los mixes para resolver el largo conflicto entre dos pueblos, Tamazulapam del Espíritu Santo y San Pedro y San pablo Ayutla, no fue seguida. El gobierno de Oaxaca consideró seguir haciendo lo mismo, mesas en la Ciudad de Oaxaca, esperando obtener resultados diferentes. Lo cual es imposible y evidencia su apoyo al grupo violento de Tamazulapam. Hicieron una reunión pero sin los interesados.

 

Lo que llama la atención es que la delegada federal de Programas de Bienestar Social en Oaxaca, Nancy Ortiz, hace lo mismo, sin atender las sugerencias de su jefe, se plegó a la inercia estatal para seguir en mesas de negociaciones que durante dos años no han servido. Ella repite el mismo falso argumento de Annuar Maffud, los dos pueblos están en problemas y deben ponerse de acuerdo en resolver sus diferencias.

 

Tamazulpam dejó un muerto y heridos

 

No es así, hubo un pueblo, Tamazulapan, que hace dos años se lanzó contra el otro, armados destruyeron la infraestructura hidráulica para dejar sin agua a Ayutla. El saldo fue de un muerto y varios heridos. Hubo un agresor que delinquió agrediendo al otro pueblo y mató a Juan Guadalupe el 5 de junio de 2017.

 

Aquí hay delito que perseguir, pero los funcionarios quieren poner de acuerdo a agresores y agraviados. Es decir, te agredo a balazos, te dejo sin agua, te mato de sed y todavía ven a platicar conmigo —a la mesa que me ponen los gobiernos— para que te chantajee a placer y me entregues tus tierras que quiero. Hasta hoy no dejan a Ayutla conectarse a los pozos de agua.

 

La desastrosa manera en que la Secretaría General de gobierno trata los conflictos, arriba a su peor crisis. Son años que el mismo personaje al frente de esa dependencia no entrega resultados. No hay un gran conflicto que haya solucionado. Es dañina su permanencia ahí.

 

Como escritor es mal funcionario

 

Pero los funcionarios no están en los cargos para solucionar problemas ni hacer avanzar a Oaxaca, están ahí para cubrir un puesto, dilatar y posponer los conflictos, echarlos hacia un lado, que pase el tiempo mientras quienes gobiernan se dedica a su real labor: los negocios. La indolencia es tan abierta que Annuar Maffud tiene todo el tiempo para sentirse escritor y presentar libros dizque de literatura que desde el primer párrafo presenta problemas de construcción. Tiene tantos aduladores y ninguno pudo editar esas cosas.

 

Dice el gobernador que se busca una solución en un “clima de civilidad y concordia” y pone a toda la burocracia como ejemplo de ese intento, a Nancy Ortiz del gobierno federal; a Bernardo Rodríguez de Derechos Humanos, a autoridades agrarias y municipales. Esto es, toda la carne al asador de la simulación, mientras la esencia del problema no se ataca: la prepotencia e impunidad de Tamazulapam y su grupo violento o delincuencial, como lo llama Ayutla.

 

No son dos pueblos con diferencias, hay un agresor, ¿cómo esperan resolver en una mesa agravios de esa magnitud? Se debe aplicar la ley, hacer valer el estado de derecho, castigar. Cobra vigencia lo que dicen los de Ayutla en su carta abierta, el gobierno estatal y ahora el federal, vía la representante en Oaxaca, defienden y son cómplices de los violentos. Por eso se debe cumplir la palabra del presidente López Obrador, que venga la Secretaría de Gobernación a atender ese problema, pues está visto que acá no pueden ni les interesa resolverlo.