Crónica de una huelga anunciada que NO estalló

STEUABJO, movimiento en falso

Porfirio Santibáñez Orozco

 

El debate interno del STEUABJO lo ganaron quienes se dieron cuenta de que la Institución no les podía dar más de lo que les ofrecía aunque estallaran la huelga. La universidad pudo tomar un breve respiro, pues los desestabilizadores proseguirán.

 

La fallida huelga del STEUABJO fue una especie de movimiento en falso que no tenía sentido para los trabajadores, pero sí para las segundas intenciones de los que, desde la universidad y fuera de ella, acostumbran lucrar con este tipo de movimientos.

 

Como se conjuró la huelga

 

¿A qué se debió que la sangre no llegó al río, es decir, que la huelga no estalló como planeaban y querían algun@s?

 

Seguramente ese desenlace que los instigadores no esperaban fue producto de un conjunto de factores circunstanciales, algunos de los cuales vale la pena mencionar para estimar, desde esta coyuntura, cómo está caminando la Institución en un estado en permanente movilización por los múltiples rezagos pendientes y los compromisos no cumplidos de los que se fueron.

 

1. La operación del gobierno

En primer lugar, mucho tuvo que ver la intervención quirúrgica planeada desde el gobierno del estado y en particular la postura de apoyo a las autoridades universitarias que el gobernador asumió públicamente para que las cosas fueran como resultaron.

 

A pesar de que, desde hace algunos años, la UABJO ya dejó de ser una materia de la más alta prioridad para el gobierno del estado por los errores garrafales de algunos de sus conductores (hoy es una prioridad a secas), el gobernador si bien no atendió personalmente el conflicto, sí se mantuvo al pendiente del curso que tomaba designando a uno de sus operadores más cercanos para que le diera seguimiento puntual al asunto.
Algunos observadores comentaron, durante los días previos a la huelga, que Murat prefirió entrevistarse con funcionarios de la UNAM, de visita en Oaxaca, que atender personalmente un conflicto que debería interesarle. La indiferencia del gobernador frente a este potencial conflicto y su desinterés acerca del rumbo que pudiera tomar la escaramuza que se estaba dando en la universidad sólo eran aparentes.

 

El operador de Murat entregó buenas cuentas, en gran parte porque algun@s de los que dirigen a los grupos de interés de la universidad han degradado tanto el prestigio de su pertenencia a esa casa al estar dispuestos siempre a amedrentarse o venderse, según la ocasión, que al paso que llevan, si no cambian de estrategias y de estrategas, se exponen a que, en un futuro no lejano, los asuntos que quieran tratar sean canalizados a una oficialía de partes.

 

El gobierno del estado ofreció como salida algunos beneficios económicos tangibles (tanto individuales como colectivos) que abonaron a los buenos resultados del camino de la negociación y a pesar de que los insaciables buscadores de recursos querían más y más, les pusieron límites.

 

2. El papel del rector

En segundo lugar, la gestión del rector Eduardo Bautista Martínez contribuyó de manera destacada a evitar que estallara la huelga; al no arredrarse ante la posible avalancha de descalificaciones que iba a recibir si la huelga estallaba, jugó bien el papel que le correspondía de ceder hasta determinados límites y cuando llegó el momento en que se vio, aparentemente, desbordado por las demandas sindicales marcó claramente el límite hasta el que podían llegar los ofrecimientos de la Institución.

 

Mientras el sindicato intensificaba sus actos de presión y la dirigencia declaraba en todos los tonos y a todos los medios a su alcance que no cedería en ninguna de sus 52 demandas, especialmente la de un necesario pero imposible aumento salarial de 50%, el rector les hizo ver a los trabajadores en particular, a los universitarios en general y a todos los ciudadanos informados, la precaria situación que enfrenta la casa de estudios que dirige y a la cual, por cierto, no se le ve salida en un corto plazo.

 

En la última reunión con los trabajadores del STEUABJO ante la Junta Local de Conciliación y Arbitraje, a unas horas del momento fijado para el estallamiento de la huelga, el rector les planteó la última oferta que podía hacer su administración: la Institución no podría dar un incremento mayor al del 3.08%, tope nacional establecido para los trabajadores de todas las casas de estudio, y menos en los momentos actuales por el recorte de los recursos a los centros de enseñanza superior de todo el país.

 

3. La decisión del STEUABJO

En tercer lugar, la huelga no estalló por el resultado que tuvo el debate interno del sindicato. En una organización democrática como el STEUABJO en el que la máxima autoridad es la asamblea, las decisiones más importantes se toman de manera colectiva. Por esta razón, la dirigencia sindical y los trabajadores afiliados siempre han corrido el riesgo de que, algunos de sus miembros, actúen siguiendo consignas extra sindicales y logren imponer lo que a veces se ha dado: una decisión distinta y hasta contraria a los intereses del gremio.

 

En las asambleas del STEUABJO siempre hay una discusión abierta de los asuntos comunes, que incumben a todos. En ellas convergen voceros, defensores y enviados de otros intereses convenientemente disfrazados que, además de ser sindicalistas, representan a fuerzas políticas de la universidad y a veces también a intereses extrauniversitarios que, desde fuera del sindicato, tratan de orillarlo para que se radicalice y estalle su movimiento de huelga o modere, negocie y haga arreglos según la conveniencia de cada momento.

 

Este tipo de “sindicalistas” plenamente identificados que operan más en función de intereses ajenos al sindicato, actúan de manera radical o moderada de acuerdo a los intereses en juego. A diferencia de lo que han hecho en otros momentos en los que pactan beneficios personales o de grupo para no estallar huelgas, en esta ocasión “se radicalizaron” y trataron de inducir el estallamiento, ¿por qué no lograron su cometido?

 

Esta vez fracasaron en su propósito de estallar la huelga, que much @ s daban por hecho frotándose las manos, porque el debate interno del STEUABJO lo ganaron quienes se dieron cuenta de que la Institución no les podía dar más de lo que les estaban ofreciendo aunque la estallaran y, en consecuencia, la universidad pudo tomar un breve respiro.

 

Desestabilizadores proseguirán

 

Sin embargo, al parecer esa tregua no será por mucho tiempo ya que, por el esquema de suma cero en el que actúan los impugnadores y los detractores embozados de la administración, algun@s de los cuales forman parte de la estructura de mando, perdieron este fallido movimiento; pero como todavía no se rinden, intentaron desestabilizar nuevamente a la universidad.

 

Al día siguiente del acuerdo de la universidad con el STEUABJO ante la Junta de Conciliación, con el pretexto de un conflicto en la escuela de enfermería que no escaló, cerraron la circulación vial en avenida Universidad y cerraron el edificio de rectoría.

 

La permanencia de conflictos sin solución en la facultad de Derecho, en la escuela de Ciencias, en la facultad de Enfermería y otros de menor trascendencia, dan indicios verificables de que quienes perdieron esta oportunidad de complicarlo todo para lucrar van a seguir en su labor de zapa por lo que seguramente seguirá habiendo choques artificiales que habrá que reseñar.