La farsa del INE: selección de consejeros

El mecanismo de selección empleado por el INE en la selección de los nuevos consejeros electorales fue inédito. Se esperaba abonaría a la ciudadanización y profesionalización de los órganos electorales estatales, ante la dependencia que tenían de gobernadores y partidos políticos. Ese fue el argumento para la reforma electoral.

 

Sin embargo, el proceso ha sido cuestionado y hay evidentes irregularidades en el mismo. El examen de conocimiento, presentado el 2 de agosto y aplicado por el CENEVAL, tuvo sus resultados hasta dos semanas después. Siendo un examen en línea y dada la experiencia del organismo que lo aplicó, las calificaciones se dan en el momento mismo de finalizar el examen. Así lo ha hecho el Ceneval en las aplicaciones de exámenes de titulación, de acceso a licenciaturas o de cualquier evaluación que realizan. Las suspicacias crecen cuando personajes que llegaron a ser designados consejeros muestran sus nulos conocimientos en materia electoral ¿Cómo le hicieron para aprobar el examen?, ¿Por qué emplearon 14 días para calificar un examen en línea, de opción múltiple y evaluación automática?

 

En esa primera etapa, quedó fuera la sociedad civil y la academia. Y es que el examen seguía estrictos criterios técnico-jurídicos. En la siguiente ronda, salvo contadas excepciones, quedaron burócratas del IFE u órganos estatales, operadores de los partidos (algunos, como la panista Rita Bell, sin experiencia en el tema).

 

El ensayo presencial tampoco fue claro. Las calificaciones, que Cesar Astudillo, responsable del Instituto de Investigaciones Jurídicas de aplicarlo, afirmaría estarían claras, fueron desestimadas y al final quedó en una lista de “idóneos”. Los ensayos, por cierto, no se han publicado, pese a que en los Lineamientos se establecía la obligatoriedad de hacerlo. Las sorpresas siguieron. Cada etapa mostraba con mayor claridad que sólo accedían a la siguiente, los más identificados con partidos políticos.

 

Para no dejar lugar a dudas, en la evaluación curricular fue más que evidente. Varios de los que continuaban en la jugada, no resistían una comparación de su currículo con otros que fueron desestimados. En la lista se encontraba Carlos Hernández, Gustavo Meixueiro y Miguel Ángel Carballido, del equipo de Hernández Fraguas. Rubén Darío Calleja, primo de Héctor Pablo Ramírez Leyva, entre otros. Salvo Carballido ninguno tiene experiencia en materia electoral. La tónica entre los restantes fue similar.

 

Una investigación realizada por el diario Reforma, demostró que un bloque de cinco consejeros, encabezados por Marco Baños (formado en los cuadros del priista Manlio Fabio Beltrones), fue el que determinó el 98 por ciento de los finalista. La estrategia fue votar en forma idéntica. Para pasar a la siguiente etapa los aspirantes debían ser nominados por al menos seis consejeros. Así, el bloque sólo requería que cualquiera de los restantes votara por sus candidatos y aseguraban su pase.

 

Las protestas de varios aspirantes hizo que volvieran a considerar a algunos. Las irregularidades se mostraron de nueva cuenta. Fueron reincorporados, en el caso de Oaxaca, seis aspirantes que se supone habían solicitado la revisión de su caso. Tanivet Ramos Reyes, fue una de ellas; con una salvedad; ella no había solicitado revisión alguna ni interpuesto ningún medio de impugnación; eso sí, es hija de Norma Reyes Terán, funcionaria en el gobierno de José Murat, quien solicitó a Hernández Fraguas, y al consejero Marco Baños, la consideraran de nueva cuenta.

 

En la lista final de una veintena de aspirante, predominaban los ligados al PRI; algunos panistas y perredistas y algún independiente colado. Estaba claro que la negociación sería entre partidos y éstos designarían a los nuevos consejeros. Finalmente para Oaxaca un acuerdo entre el PRI y una facción del PAN (Eufrosina Mendoza) los representaría.

 

Como corolario el 3 de octubre el Senado designaría a los nuevos magistrados electorales. Sin tantos aspavientos, las fracciones parlamentarias repetirían el reparto por cuotas de los nuevos integrantes de los tribunales electorales estatales, misma fórmula que el INE había aplicado con los consejeros. Oaxaca quedó en el limbo. Desavenencias entre facciones del PRI impidieron el nombramiento y se pospuso hasta que exista legislación secundaria.

 

El PRI retoma así el control de los órganos electorales estatales. En el INE ha conformado un bloque, liderado por Marco Baños y en el que se encuentra también el presidente de ese organismo Lorenzo Córdova. El retorno al pasado de hegemonía del PRI se está concretando por la vía por la que se dio la alternancia: las reformas electorales y el papel del órgano electoral.