La presidencia débil 2006-2012

 

Ensayo político sobre la dialéctica del caos de Gerardo Nieto*

 

Cuauhtémoc Blas

 

Este libro muestra una parte importante de la historia reciente de México; deja testimonio bien documentado de las acciones y sobre todo las omisiones de un gobierno sexenal, de ese interregno panista, como le llama el autor, donde de nuevo estuvimos sin estadistas y sin la visión de los políticos de esa estatura para buscar las soluciones a los grandes problemas nacionales.

 

Hay quienes dicen que el periodismo es el primer borrador de la historia, lo que con este libro adquiere certeza y, además, logra trascender el papel de borrador. Los análisis y reflexiones de académicos y articulistas ocupan buena parte de la estructura de “La Presidencia débil 2006-2012”.

 

Necesariamente hay aquí un buen grado de abstracción rumbo a las tesis sostenidas, donde destaca la llamada “Pretorianización” del ejercicio del poder federal. Como se señala en el texto, la demanda principal de los mexicanos es de seguridad pública no obstante nos agobien necesidades imperiosas como empleo, salud y educación. Los que no pueden ser atendidos a cabalidad si no se resuelve el problema de inseguridad. Mismo que incide o fomenta el débil Estado de Derecho que afecta todas la áreas de la sociedad. No puede haber inversiones realmente productivas si no hay seguridad, si por un lado no existe paz en las calles y, por otro, una administración de justicia ineficaz no sustenta el derecho de todos.

 

 

El relajamiento del Estado y los gobiernos, la penetración de la delincuencia organizada y los poderes fácticos en ellos, la toma de decisiones al margen de la legalidad y la competencia real inhibe un ambiente de productividad. Esto aunado a la facilidad de ganancias de la élite económica en simples movimientos financiero, la “Economía ruleta”, como se le dice en el libro, no invita a un desarrollo industrial o empresarial de verdad competitivo ni para el mercado interno y menos para el externo.

 

 Este relajamiento también invita a mucha gente a incursionar en el extendido mercado delincuencial de toda índole. Las grandes ganancias de las actividades ilícitas y el muy bajo riesgo de ser castigado por la ley es un enorme aliciente para delinquir. Si sólo el 3 por ciento de las denuncias presentadas son resueltas por la administración de justicia, como leemos acá no hay duda de lo estimulante de una actividad peligrosa pero muy lucrativa. En un medio donde no hay oportunidades de empleo ni crecimiento, sobre todo de los jóvenes.

 

Economías regionales auxiliadas por el narco

 

Un servidor como habitante de una de las regiones de México, algo diferente a las más aludidas en este libro podría esbozar lo que pasa en estas otras zonas de México, donde sobreviven grupos indígenas, los que cada vez son menos, tanto por la emigración y vaciamiento de esos pueblos, como por su integración plena a la cultura predominante.

 

Hoy de acuerdo al INEGI Oaxaca sólo tiene el 34 por ciento de habitantes considerados indígenas. Es decir Oaxaca no es un estado totalmente indígena, y digo esto no por nada sino en estricto apego a la realidad, a los números. Además, “De cada 100 personas que declararon hablar alguna lengua indígena, (sólo) 14 no hablan español”. (http://cuentame.inegi.gob.mx/monografias/informacion/oax/poblacion/diversidad.aspx?tema=me&e=20)

 

Doy estos datos para esclarecer un poco el panorama al que me voy a referir, a partir de los conceptos del libro que hoy nos reúne acá. Y que serán sólo unos pocos para no cansarlos. Un capítulo del libro ineludible que es no sólo columna vertebral del mismo sino de toda sociedad, es el de la economía. No hay qué agregar al contexto económico internacional que nos sujeta como país, sobre todo al de EEUU con quien tenemos un 80 por ciento intercambio comercial, léase una dependencia en esa misma magnitud. A la “economía ruleta” y a la peligrosa crisis del sistema financiero y al sistema económico global predominante.

 

En los tiempos de la economía del conocimiento, cuando materias primas y atractivos arqueológicos-turísticos ya no son pivote de desarrollo, nuestro país se encuentra sin solucionar grandes rezagos, propios del llamado subdesarrollo. De manera que dos actividades digamos atípicas se han instaurado en nuestras sociedades: la emigración y la economía de las drogas, como le llama acá Gerardo Nieto. Ambas ofrecen posibilidad de sobrevivencia a ciudadanos de todo tipo, desde el clase mediero de las ciudades hasta el campesino de los poblados.

 

Las dos actividades meten dinero a ciudades y pueblos, hogares y negocios, son dinamizadores de economías locales y hasta de más amplias. Sin embargo, en regiones como Oaxaca ambas no impulsan economías de transformación o creadoras de riqueza; las remesas de los migrantes que llegan a los pueblos son para el consumo, fiestas y construcciones de casas, templos y obras públicas. Investigadores del Tecnológico de Oaxaca sostienen lo anterior. Algo similar sucede con los recursos producto del narcotráfico en esos lugares.

 

Si el capitalismo global crea la demanda de drogas y también crea su oferta, como se lee en el libro, ¿contra quién estamos peleando? Si 21 millones de estadunidenses necesitan de los servicios del narcotráfico y USA no puede impedir que sus ciudadanos adictos consuman drogas, so pena de problemas mayores, ¿qué papel estamos jugando?

 

Mientras los grandes recursos financieros del narco se mueven “civilizadamente” en los Estados Unidos, donde constatamos que el capitalismo no tiene moral y que bussines es bussines traficando con lo que sea, en nuestros pueblos decisiones políticas de ornamento, en el marco de grandes convenios binacionales como el Plan Mérida, dejan sin sustento a mucha gente de regiones y poblados que en su labor hormiga sostiene la gran economía de la droga.

 

En la Costa de Oaxaca, por ejemplo, un pequeño empresario nos comentaba que desde que el gobierno había intervenido en la zona para frenar el narcotráfico, los dedicados a esa última actividad habían dejado de invertir en construcción o reparación de escuelas, templos y sus propias casas. En un daño económico sufrido por una cadena de comerciantes, trabajadores, albañiles, etc. No se detiene el tráfico, sólo se hace más tortuoso y clandestino, en tanto las economías locales empobrecen.

 

Pueblos de las montañas por años dedicados a la siembra de mariguana igual se han quedado sin fuente de ingresos cuando la vigilancia y prohibiciones arrecian. Aquí la crisis es mayor, la pobreza se acentúa y la emigración aumenta de inmediato. Esta actividad ofrece sustento a una considerable cantidad de personas, una cadena que en otras latitudes puede verse mejor por su mayor complejidad y extensión. En pueblos tradicionales hasta surgen estampas folclóricas a este respecto, les platico un caso: una señora grande con su vestimenta típica regional persignándose con su primera venta del día de estupefaciente.

 

Largo sería discutir si se delinque por necesidad o gusto, las cosas están así en medio de gobiernos desdibujados, perdidos, sin estrategia. Ni siquiera para controlar como antaño la violencia y abusos de la delincuencia organizada, de cuando se decía que los capos estaban a las órdenes de los grandes políticos y no al revés como se dice actualmente.

 

Oaxaca, gobierno débil

 

En el terreno del poder político en Oaxaca se reproduce de manera hasta desproporcionada los yerros del poder federal. Como dicen para el pobre todo va tan mal, que cuando hay carne es vigilia. Ahora que el PRI volvió al poder ejecutivo federal Oaxaca es gobernada por una entelequia de partidos y grupos a cuyo frente se encuentra el gobernador más ineficaz, débil y sometido que se recuerde encumbrado por una alianza por el poder entre PAN-PRD-PT y lo que fue Convergencia.

 

En un ejemplo que ilustra lo que Nieto expone de manera reiterada en su libro: la ausencia de acuerdos para la transición, el no desmantelamiento de instituciones autoritarias, sindicatos y poderes fácticos, Oaxaca sufrió igual que otras entidades el libertinaje de gobernadores autoritarios sin contrapesos en ese interregno panista.

 

Cuando a la entidad la gobernaron priistas, José Murat y Ulises Ruiz, el país era gobernado por panistas quienes perdieron el control autoritario del priismo de antaño lo que dejó a Oaxaca en manos de estos gobernadores que sin el freno del “Tlatoani” presidente priista se convirtieron en dictadores estatales, haciendo y deshaciendo a su antojo ante la debilidad de un Fox timorato y un agobiado Calderón. Así hasta arribar a la desgracia de 2006 cuando la Sección 22 del magisterio creó, formó a la APPO para responder a la agresión de junio de ese año en el 26º plantón magisterial, una obstrucción fenomenal del centro histórico de Oaxaca que realiza dicha gremial cada año para demandar más dinero, menos días de clase, más horas y plazas, sin ofrecer nada a cambio. Sin embargo, esta decisión del gobierno priista de Ulises Ruiz de desalojar al magisterio del centro de Oaxaca se tomó sin planificación alguna, así finalmente el pueblo nada ganó y si salió perdiendo, cientos de afectados, negocios quebrados y un daño a la economía que aún persiste en la entidad. No es gratuito que en la más reciente Guelaguetza de los Lunes del Cerro del Fortín hubiera notoriamente lugares vacíos.

 

El “Cartel 22”

 

Desde Heladio Ramírez López, pasando por Diódoro Carrasco (hoy panista), Murat y Ulises, hasta el actual Gabino Cué Monteagudo (ex priista), nadie ha querido enfrentar al más fuerte grupo de presión de la entidad, la Sección 22. Heladio le entregó prácticamente la administración del servicio educativo del estado, con las direcciones, jefaturas, supervisión del Instituto Estatal de Educación, para que aceptaran la supuesta “descentralización educativa” de Carlos Salinas por 1992. Desde ahí todo ha sido obtener grandes beneficios dicha Sección en su lucha economicista, al cobrar los agremiados 485 días al año, y cumplir si acaso el 70 por ciento de los 200 días del calendario escolar que deberían laborar. Nadie gana más que los maestros de Oaxaca en el país.

 

Sin duda para quienes ven una revolución en cualquier revuelta y sienten que todo movimiento contra el mal gobierno debe ser apoyado, quizá no estén de acuerdo en esto último que diré, que en Oaxaca el servicio educativo que debería servir para instruir al pueblo, para dar luz y elevar la comprensión del mundo, aquí hace todo lo contrario, en vez de solución es un grave problema más, es otra rémora que durante 34 años ha dañado a generaciones enteras. Y digo el servicio educativo donde se incluyen docentes y funcionarios del gobierno estatal que sostienen ese servicio. Sin excluir al gobierno federal que durante tantos años ha sido omiso de este mal servicio, cómplice y responsable.

 

Sin educación ni ciudadanía

 

En las primeras páginas de este libro de Nieto nos adelanta de los tres graves problemas nacionales: economía, seguridad y falta de ciudadanía. Por decir lo menos, el gremio magisterial de Oaxaca contribuye a la mayor parte de estos problemas en la entidad: ha dañado la endeble economía local; la impunidad de sus ataques mantiene en zozobra a los demás ciudadanos; y el mal servicio educativo de Oaxaca (los indicadores educativos nos ubican en los últimos lugares) inhibe la existencia de un pueblo educado que pudiera avanzar a una mejor educación política y creación de ciudadanía.

 

Acá, sin mengua de sus abusos y cobro de “protección” a empresas y comercios no ha sido la delincuencia organizada el principal obstáculo para la dinámica económica general. Afecta más la Sección 22 con sus impunes paros casi cotidianos, bloqueo de carreteras, cierre de calles, obstrucción de comercios, allanamientos de los mismos y hasta de oficinas públicas y privadas; cierre de líneas de transporte y del aeropuerto, todo esto cada vez más a menudo, con lo que inhiben cualquier posibilidad de crecimiento económico, ya ni hablar de desarrollo. La empresa Cruz Azul, por ejemplo, tiene decidido no instalar una fábrica más en la entidad, la que estaba destinada a ésta fue finalmente ubicada en Puebla. Una armadora de Toyota que habría llegado por el 2006, ya no se atrevió. ¿Quién querrá arriesgarse cuando cualquiera, ya no sólo los maestros, sino cualquiera de sus alumnos o ex alumnos formados en esta dinámica cierra vialidades por quítame estas pajas?

 

Si Nieto nos habla de un Estado débil y refiere a una sociedad en busca de Estado, en Oaxaca podemos decir hoy de la inexistencia de gobierno, de una peligrosa ingobernabilidad propiciada notoriamente por quienes “gobiernan”. El más grande violador del Estado de Derecho es el gobierno de Gabino Cué, no sólo se somete a todo lo que le dicta un magisterio extraviado, sino también le otorga una descarada impunidad en todo, cuando dejan sin clases a un millón de alumnos y cuando realizan actos delictivos. Pero no sólo en eso viola este gobierno el Estado de derecho, también viola el artículo 115 constitucional al no entregar los recursos correspondientes a algunos ayuntamientos, sino a quien ilegalmente ese gobierno decide. Poco se hace bajo el imperio de la ley, todo es bajo negociación o más bien cesión.

 

Pero para qué extendernos en este asunto, pues a pesar de gasto multimillonario en medios de comunicación, sobre todo del DF, la ingobernabilidad ha trascendido y estoy seguro que todos acá ya sabemos que hablamos de a ese gobierno que desplazó al PRI después de 80 años sin los resultados que el ilusionado pueblo esperaba. Finalmente y parafraseando a una afirmación de este libro de Gerardo Nieto culmino: Si México anda en busca de Estado, Oaxaca anda en busca de gobierno.

 

* Comentarios al libro La presidencia débil 2006-2012. Ensayo político sobre la dialéctica del caos de Gerardo Nieto, en la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la UNAM. 20 de agosto de 2014.