Javier Sánchez Pereyra Intelectual orgánico de la Sección 22 anuncia la derrota

Cuauhtémoc Blas

 

Javier Sánchez Pereyra, el más conspicuo intelectual orgánico del Movimiento Democrático de los Trabajadores de le Educación en Oaxaca (MDTEO) desde los años de su fundación, los 80´s del siglo pasado y responsable final de la redacción tanto del PTEO como de la propuesta de Ley educativa estatal del magisterio ha declarado de manera inusitada la casi liquidación del poder de la sección 22.

 

Si actualmente los cuadros directivos del IEEPO son posiciones de la sección 22 del SNTE, “pues se verán reducidos a su mínima expresión, porque el instituto ya no tendrá a su cargo estas responsabilidades, también será reducido”, ha dicho.

 

En entrevista con Luis Ignacio Velásquez del diario Noticias sostiene Pereyra que la gremial tendrá que buscar nuevas estrategias de lucha “porque una vez que deje de gestionar permisos, cambios, ascensos, ingresos y demás trámites administrativos de los maestros —a partir del 2015 lo realizará la SEP— no tendrá la misma capacidad de negociación”.

 

Suena a derrota esta declaración del más connotado líder intelectual del movimiento y la burocracia magisterial; que Pereyra y su grupo incrustado desde hace tres décadas en el IEEPO den por concluida la larga hegemonía de la 22 en Oaxaca es un indicador de la crítica situaciónque viven.

 

Aunque el autor de libros, Historia de la Educación en Oaxaca y La Formación de Maestros en Escuelas Normales, sostiene que “la reforma educativa federal no se dimensionó en una principio pero a partir del próximo año va a tener un impacto tremendo”.

 

Sin embargo En Marcha ha constatado que los efectos de dicha reforma ya están encima. Incluso muchos docentes al mismo tiempo que participan en marchas y “plantones”, paros y bloqueos, prepararan su documentación y envían todo tipo de papeles solicitados por la SEP al DF.

 

Quienes se encuentran “desubicados”, generalmente por problemáticos en las escuelas pero que seguían cobrando sin trabajar incluso largo tiempo, buscan desesperados donde adscribirse antes del próximo año. Quienes carecen de título de maestros o son falsos o de escuelas “patito” buscan regularizarse de alguna manera, incluso quienes no tienen la Cartilla Militar la andan consiguiendo. En enero de 2015 que México retome el control del servicio educativo hoy aún en poder de sus compañeros jefes-sindicalistas lo más seguro es que éstos ya no estarán para pasarles por alto sus carencias.

 

Digamos que la inteligencia de la Sección 22 tiene claro los límites del movimiento, atrapado por un poder mucho más amplio, el federal que retoma el control vertical y centralista de los servicios educativos estatales, ante el fracaso de la llamada descentralización salinista y los excesos de secciones sindicales y dizque patrones gobiernos estatales. Y, evidentemente, combinado con esa tenencia a recomponer el antidemocrático autoritarismo presidencial de antaño que controlaba todo desde Los Pinos o Palacio Nacional. ¿Pero qué argumento podría esgrimirse a favor de situaciones como la de Oaxaca en este rubro? Ahora sólo quedan los rudos, los políticos, los llamados radicales, o aquellos que literalmente van a vender cara su derrota. Es mucho lo que van a perder, sobre todo el control de la nómina. Algo rescatarán. De hecho las declaraciones de Pereyra pueden leerse como un acicate para la “lucha”.

 

“Pozoleros” de la Sección 22, atacan

 

Con las nuevas disposiciones de la reforma educativa el gobierno federal retoma el control del servicio educativo, generalmente el que pone el dinero manda y el dinero público destinado a este servicio está en manos del gobierno federal. La 22 parece tener sus días contados al perder el control institucional del servicio educativo.

 

En enero de 2015 al retomar la federación ese control la 22 habrá perdido la fuente de su gran poder que le daba el manejo administrativo con sus grandes recursos económicos. Esto aunque el Congreso de Oaxaca no armonizara la ley estatal con la federal en la materia, ni abrogara el decreto creador del IEEPO con la minuta del 28 de octubre de 1992 con que Heladio Ramírez obsequió a la 22 los nombramientos de los funcionarios del IEEPO, la asignación de plazas, recursos para sus “proyectos”, ministerio público especial (impunidad), entre un exceso de concesiones. Heladio les dio más de lo que aquellos querían. El dañó que dejó a Oaxaca es inmenso.

 

Tanto poder y dinero pronto influyó en la corrupción sindical, rápido rebasaron a la “Vanguardia Revolucionaria” del magisterio que habían derrotado y la venta de plazas y de todo se instauró. El IEEPO se convirtió en un pequeño estado gobernado por los “revolucionarios” profes democráticos dirigentes que vigilaban a sus agremiados estableciendo cláusulas de exclusión o 20 Principios Rectores que aplicaban a placer y conveniencia.

 

Poder que se va

 

Por eso algunos no logran asumir que su poder casi total de tantos años se pueda desvanecer, entre prepotentes y azorados arremeten con todo, algunos también pagados para de paso golpear a adversarios políticos en la pugna por la candidatura del PRI al gobierno de Oaxaca. De pronto surgen grupos aparentemente más radicales que los radicales tradicionales, “Los pozoleros”. encabezados por el Secretario de Organización de la Sección 22, Francisco Villalobos, “Chico Pelón”. Éste fue el candidato de Ulises Ruiz y Abel Trejo para la Secretaría de la Sección 22 en la pasada elección. Apoyado con fuertes recursos pero no llegó.

 

El grupo de maestros del Istmo allanó y causó destrozos en las oficinas del PRI, las del diputado Samuel Gurrión y las del senador Eviel Pérez Magaña. Aunque de inmediato se asoció al ex gobernador José Murat con estos hechos, por el estilo conocido, maestros inconformes de la misma delegación del Istmo protestaron contra sus dirigentes por usarlos como carne de cañón en las pugnas inter priistas, y aseguraron que el encargo fue de Ulises Ruiz y no de Murat en esta ocasión. Parece fuera de lugar que Murat mandara a allanar las oficinas del PRI donde despacha uno de los suyos, Annuar Maffud. Los otros dos ataques ya se dieron sobre la marcha para confundir. Hay quienes ven en esto también una manifestación de cólera por el encarcelamiento de uno de los más cercanos a Ulises, Bulmaro Rito Salinas.

 

De cualquier manera estas acciones violentas están en sintonía con las de los grupos del magisterio que quisieran provocar otro conflicto como el del 2006. El ataque a las seis gasolineras con la sustracción de gasolina, aceites y demás que regalaban al “pueblo” con el débil argumento del encarecimiento del combustible, fue otra medida extrema. Exhiben de paso a su aliado el gobierno de estado que ni siquiera manda a su policía a acordonar el área. Lo mismo sucedió días más tarde cuando cercaron la nueva “Macro Plaza” comercial cerca del IEEPO.

 

La atención a Oaxaca por parte del gobierno federal es muy especial, como no se da en otra entidad, además del secretario de Gobernación (SEGOB) Osorio Chong, hay un Subsecretario Luis Miranda dedicado a tratar con el magisterio oaxaqueño, y ahora un delegado de la SEGOB en Oaxaca. Además de los paros, obstrucciones y daños que puedan efectuar los maestros, la vinculación de sectores del gremio a grupos más violentos, organizaciones radicales y guerrilla, hacen que esa dependencia federal considere como asunto de seguridad nacional el problema magisterial de Oaxaca. Casualmente en este septiembre el Partido Comunista de México realizará en esta entidad su 5º Congreso. En Oaxaca, anuncia, puede nacer la próxima revolución.

 

En tiempos de confrontación son los grupos radicales de o vinculados al magisterio los que toman el control, como en el 2006 cuando se hizo evidente que las células de la guerrilla tomaron el control de la organización de la protesta, la toma de estaciones de radio y barricadas importantes. Difícilmente serían los dirigentes formales de hoy desprovistos de liderazgo real quienes acometieran una embestida final de esa naturaleza, Nuñez Ginez debilitado por su problema con el alcohol y Francisco Villalobos en los negocios políticos, y al frente de los llamados “pozoleros” priistas.