La burbuja de Peña Nieto

pf-3215121003 Presidencia 24 gcd-sdAMucho antes de asumir formalmente el poder, los estrategas de Peña Nieto echaron a andar una táctica para ganar la batalla de la opinión pública. Hoy, uno de sus insumos es el esquema de contraste respecto a la pasada administración, otro, su modelo reformista. El trabajo de la LXII legislatura federal le dio cuerpo a esa tesis: primero, con la aprobación de la reforma laboral y ahora, con la reforma educativa, pasando por el paquete económico 2013. No es poca cosa si se compara con los magros resultados del calderonismo.

La percepción social sobre el actual gobierno mejora aunque México siga inmerso en una crisis estructural de modelo económico y régimen político. Con base a la narrativa de contraste, al paradigma del consenso y al vector de la unidad nacional, se crea una burbuja especulativa que eleva la figura del Presidente y lo convierte en factor crítico de la alternancia. El riesgo, sin embargo, es que los conflictos que están en puerta —marcadamente el magisterial— acaben por reventar esa burbuja especulativa y todo se venga abajo.

El juicio a Calderón
El contraste con el Felipe Calderón eleva sin dificultad los bonos de Peña Nieto: "...el juicio político emprendido con elegancia y discreción por el nuevo gobierno le resulta demoledor: lo condena (a Calderón) como un incapaz, profundamente antipolítico, tentado por el arrebato, la violencia y la arbitrariedad./ El diagnóstico sobre el estado de inseguridad heredado…reporta un fracaso hecho tragedia./…La reforma educativa reporta la reivindicación de la política, una herramienta inútil en manos de Calderón./ El nuevo gobierno ha hecho una contundente descalificación de la (anterior) administración…sin recurrir al expediente de culpar al pasado de las dificultades del presente. No, fijó la vista en el futuro (...) los otros ajustes operados revelaron el deseo de gobernar soluciones y no solo de administrar problemas (...) el diagnóstico del secretario Miguel Ángel Osorio Chong sobre el estado que guarda la inseguridad pública, junto con los datos aportados…por el procurador Jesús Murillo Karam, resulta demoledor de la "obra magna" de Felipe Calderón (...) El número de muertos producto de la violencia criminal se estima en 70 mil, 9 mil de ellos sin identificación…Los desaparecidos se estiman en 25 mil personas…Los desplazados por la violencia se calculan en alrededor de 230 mil. Y, desde luego, faltan cifras de lisiados y huérfanos (...) Su necedad hirió ferozmente al Estado de derecho y la democracia: a la violencia criminal sumó la del Estado./ A ver que enseña...…en Harvard" . 1

Elba-Esther-GordilloAEl factor Elba Esther
Un aterrizaje accidentado o forzoso de la reforma educativa podría reventar la burbuja mediática de Enrique Peña Nieto. Las secciones de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación de Guerrero, Michoacán, Distrito Federal y Oaxaca, ya anuncian movilizaciones independientes a las que ha convocado Elba Esther Gordillo a quien califican de incongruente. Elba Esther Gordillo es el factor crítico de todo el proceso. "Si la maestra y sus gladiadores no entiende que el balance del poder cambió y la correlación de fuerzas se fue al traste con la Reforma, el Estado asumirá los costos. Si Gordillo camina con la Reforma, el Estado caminará con ella" . 2
Si el régimen actúa en contra de Elba Esther creará un escenario de tensión no previsto en el diseño mediático del arranque político del sexenio; si es omiso respecto de los juegos de poder de la líder magisterial, la reforma podría quedar en el limbo y con Elba Esther reciclada políticamente, el híbrido resultante daría pie a una suerte de gatopardismo educativo. Una conclusión preliminar es que el régimen necesita la participación de Elba Esther Gordillo para el aterrizaje institucional de la reforma, pero es políticamente inviable su permanencia como líder del gremio una vez que la reforma entre en vigor.

Peña Nieto requiere una Elba Esther Gordillo funcional, pero los grupos priistas que actúan en su contra reducen su margen de maniobra y la orillan al fracaso, una derrota que sería más costosa para Enrique Peña Nieto. Hay muchos en el PRI que quieren cobrarle a la maestra viejos agravios. Pero el timing les falla. Si Peña Nieto no declara públicamente su apoyo a Gordillo Morales, entonces lo que veremos en unas cuantas semanas será una estrategia de reemplazo.
A juzgar por su tibia convocatoria a la movilización pacífica, Elba Esther ha entendido la táctica gubernamental de la confrontación regulada; sin embargo, se enfrenta a los grupos con agenda propia, que la quieren fuera del nuevo reparto del juego político nacional. La arena es sumamente compleja y no sólo para la maestra, sino principalmente para Enrique Peña Nieto. La generación de un conflicto mayor al inicio de su gestión marcaría todo el sexenio.
Hasta hoy, el mayor acierto de Peña Nieto es mediático y de opinión pública. Pero esa burbuja puede romperse y hay muchos intentando pincharla, entre los que se cuenta a las camarillas del PRI que no han logrado su incorporación al nuevo gobierno. Esas facciones saben que, si el rechazo a la reforma educativa por parte del magisterio nacional escala en violencia, el presidente de la República perderá la inercia reformista con la que inicia su mandato
Por lo anterior, la pregunta es ¿a quién beneficia debilitar en esta coyuntura a Elba Esther Gordillo? Si el fondo del proceso se descuida, la reforma educativa podría poner fin a la burbuja mediática de Enrique Peña Nieto.

Madero y Zambrano, "Gaviotos"
Al iniciar 2013, el país podría no estar en paz, como lo exalta Miguel Ángel Osorio Chong. Hay piezas sueltas del rompecabezas de la gobernabilidad. Al interior del PAN se fragua una silenciosa división y en el PRD avanza, con el visto bueno del régimen, un escenario de ruptura. Conforme avance el sexenio, Gustavo Enrique Madero Muñoz del PAN y Jesús Zambrano Grijalva del PRD, se desdibujarán, mantendrán su condición de líderes formales pero sin consensos internos, sin respaldo suficiente en el Congreso y, sobre todo, serán actores carentes de capacidad de convocatoria, sin liderazgo político alguno.
En el medio periodístico, a estos dos personajes los han bautizado ya como Los Gaviotos. El Pacto por México, sostenido por Madero y Zambrano puede en poco tiempo necesitar una ampliación de sus apoyos estructurales. PAN y PRD no dan ya para mucho.

Nada ha cambiado con Peña
Muy pronto la sociedad mexicana caerá en la cuenta de que la burbuja política que se ha creado alrededor de Enrique Peña Nieto y de su administración y programa, es sólo eso, una burbuja especulativa, porque la realidad no ha sido modificada un ápice: a diario se registran ejecuciones en todo el país, secuestros, extorsiones; anida en el magisterio un potencial conflicto nacional como reacción a la reforma educativa; el calderonismo militante vela armas luego de la guerra mediática que desatan con su diagnóstico sobre la inseguridad en el país y la procuración de justicia, el secretario de Gobernación y el procurador general de la República; la reaparición pública de las bases zapatistas en el estado de Chiapas anuncia un nuevo ciclo de activismo guerrillero y político, luego de que llegó a su fin el interregno panista.
En el mejor de los casos, en el México de Peña Nieto todo sigue igual que cuando Calderón estaba en la presidencia; en el peor, las cosas se han deteriorado más. Es claro que el régimen necesita que la reforma educativa no se caiga por ningún motivo. Esa reforma venderá otras que están en fila para el 2013: la energética y la fiscal. La idea base es que el éxito mediático y político de la reforma educativa sirva para argumentar la pertinencia de la hacendaria. Generar recursos es la 'piedra angular del modelo reformista de Peña Nieto.

rosario-roblesRosario Robles rebasar a AMLO
Rosario Robles anunciará en breve los programas que serán el núcleo duro para rebasar a López Obrador por la izquierda y para recuperar el Distrito Federal. La hoja de ruta contempla que Rosario Robles se convierta en candidata a jefa de Gobierno por una coalición de fuerzas: PRI-PAN-PRD (NI)-PVEM-PANAL.
La táctica del blikzkrieg —explicitar todas las reformas y presionar a favor del mayor número de ellas— moviliza a los partidarios del cambio, pero también a los opositores de cada reforma. Es un enfoque amplio que genera indefectiblemente un complejo proceso de conflicto. No se discute, por ejemplo, si la reforma educativa generará una singular reacción del magisterio nacional, sino de qué dimensión será y cómo habrá de afectar el modelo reformista de Enrique Peña Nieto.

Reformas y estabilidad
La táctica del blikzkrieg sólo es eficaz si las partes del proceso están definidas; si la estructura del contexto de negociación es inmutable; si la reforma influye lo suficiente sobre los participantes en el proceso; y, si controla el escenario político. Un vistazo al escenario confirma que la estabilidad no es propia de la arena que se pisa y que hay muchas variables que el establecimiento no controla. Se ha creado una burbuja especulativa de carácter racional, pero la realidad es imperfecta y no permite una ecuación: fines-medios-medios-fines, sino un incrementalismo democrático de ajustes mutuos.
La principal deficiencia del modelo reformista de Peña Nieto descansa en la estrategia: se eligió un esquema que funciona sobre escenarios de control político vertical, no sobre estructuras democráticas. La reforma educativa se elaboró sobre el escritorio del equipo de transición, prescindió de la consulta nacional y del juego autónomo de otros actores relevantes del sistema. El modelo racional funcionó en el salinismo, pero su réplica en las condiciones del presente puede llevar a romper la burbuja mediática y especulativa que hace al Presidente el factor determinante, casi único del proceso reformista.
Enrique Peña Nieto tiene mucho que perder si su burbuja especulativa se revienta. Daría pie a una crisis prematura de inicio de sexenio. Sin una agresiva reforma fiscal -socialmente costosa- que amplíe el techo de gasto, todo el programa de la administración federal no trascenderá la inercia política. Sin esa reforma, Enrique Peña Nieto podría padecer una crisis prematura de gobierno.