Transición democrática en Oaxaca, gran decepción

impunidad_1Lo que era evidente desde el arranque de este gobierno que se presumía de transición es ahora claro: no se preparó para ninguna transición, la búsqueda incesante de Gabino Cué y su grupo fue por ocupar el poder y hacer lo mismo de siempre. Sólo el típico quítate tú pa’ ponerme yo. Incluso, se empieza a dudar que haya alternancia pues los personajes principales de este gobierno son priistas, ex priistas o colaboracionistas y aliados del PRI: Jorge Castillo, Gerardo Cajiga, José Antonio Estefan Garfias, Germán Tenorio, Germán Espinosa, Netzahualcóyotl Salvatierra, Andrés Webster Henestrosa, Adelfo Regino Montes, Fausto Díaz Montes…

 

El próximo 15 de noviembre, en la instalación del tercer periodo ordinario de sesiones del Congreso local, el gobernador Gabino Cué Monteagudo rendirá su segundo informe de gobierno, con un sello distintivo: el fracaso de la transición democrática en la entidad.

Las expectativas que generó el candidato de la alianza “Unidos por la Paz y el Progreso”, conformada por el PAN, PRD, PT y Convergencia, quedaron truncas por la incapacidad de los personajes designados para ocupar los cargos públicos, la falta de decisión para proceder en contra de los ex funcionarios que saquearon el erario estatal y las disputas de un poder que ni siquiera se consolidó.

Hoy en la población existe frustración y si a eso se suma el triunfo del candidato priísta a la presidencia de la República, Enrique Peña Nieto, las promesas de cambio pueden darse por sepultadas.

Impunidad, gran fiasco

Sin duda, lo que más evidencia la falta de compromiso con los ciudadanos que confiaron en el cambio es la impunidad que a dos años del gobierno del cambio, aun prevalece en los ex funcionarios del gabinete ulisista como Bulmaro Rito Salinas, Martín Vásquez Villanueva, Miguel Ángel Ortega Habid, Eviel Pérez Magaña, Armando González Bernabé, José Luis Pinacho, entre otros muchos, cuando se prometió aplicar la ley y todo quedó en pura verborrea.

Del medio centenar de ex funcionario que la secretaria de la Contraloría, Perla Woolrich Fernández, señaló por el supuesto desvío de más de 35 millones de pesos, ninguno se encuentra en la cárcel o inhabilitado para desempeñar otro cargo público.

Lo único visible es el abierto enfrentamiento de la secretaria de la Contraloría con el procurador de justicia, Manuel de Jesús López López, por la incapacidad para proceder contra los ex funcionarios priístas.

Disputas palaciegas a muerte

Pero en el gabinete hay otras disputas, como la que mantienen el secretario general de gobierno, Jesús Martínez Álvarez, y el supuesto representante del gobierno del estado en la capital del país, Jorge Castillo Díaz, quien en un acto de soberbia nunca tomó posesión de la misma, por el control de los grupos sociales, políticos y sindicales en la entidad.

Muchos de los problemas que cotidianamente se registran en Oaxaca, tiene su origen en las tácticas políticas de ambos grupos para administrar la conflictividad social de acuerdo a sus intereses, nunca pensando en el beneficio de los oaxaqueños.

Por ello las marchas, protestas y bloqueos continúan siendo parte de la realidad del estado, como las que llevan a cabo taxistas, organizaciones campesinas, agrarias, de trabajadores y urbanas, entre muchas otras.

Otro compromiso incumplido de campaña, cuando se prometió garantizar el derecho de los ciudadanos a una vida tranquila y segura, con respeto a sus derechos individuales, es la inseguridad.

Gatopardismo

Los asesinatos de dirigentes sociales, agrarios, sindicales y el mismo incremento de la delincuencia común en esta administración, constituyen la prueba fehaciente de que en Oaxaca se generó un gatoparismo: todo cambio, para que todo siga igual.

La política social, que pretendió convertirse en plataforma del gobierno estatal, resulta una mala copia de los programas desarrollados en la capital del país, con otra desventaja: Oaxaca no tiene los ingresos propios que la Ciudad de México y, por lo tanto, todos esos recursos ni siquieran mitigarán la pobreza de la población y sí harán un gran déficit en las finanzas públicas.

Mientras ese dinero no cree condiciones de desarrollo, genere trabajo y sirva para realmente sacar a los oaxaqueños de su pobreza, serán recursos públicos tirados a la basura pero con claros intereses políticos clientelares.

Sigue “no te pago para que me pegues”

El gobierno de la coalición opositora prometió un cambio en las relaciones entre los medios de comunicación y el gobierno, pero a casi 24 meses del “gobierno del cambio”, la situación sigue igual o peor. Se favorece a los amigos y se castiga a los que se atreven a disentir. El canal oficial, la Corporación Oaxaqueña de Radio y Televisión, que pagamos todos los oaxaqueños, sigue siendo un medio para rendir culto a la personalidad del gobernador, no para conocer los distintos aspectos de la vida política, social y cultural de Oaxaca.

La desilusión en el gobierno del cambio es tal que pronto los mismos promotores del la alternancia partidista en el gobierno terminaron diciendo que “se vayan los pendejos y regresen los rateros”.

La coyuntura creada a partir del pasado proceso electoral, marca nuevos derroteros en Oaxaca y no precisamente halagadores. Por lo pronto el gobernador Gabino Cué Monteagudo ya se desmarcó del candidato presidencial Andrés Manuel López Obrador y anunció su disposición de mantener una relación institucional con el presidente electo.

Lo grave es que la mayoría de los priístas en la entidad están resentidos por el trato recibido y ya velan armas para cobrarse las afrentas, lo que sin duda postergará indefinidamente la transición democrática estatal.