Saldos de 2012: PRD, PRI y PAN divididos y confrontados en Oaxaca

saldos_0Los comicios 2012 dejan un amargo sabor de boca en los oaxaqueños. En el ámbito estatal hay un repudio al priismo, pero también una decepción de la coalición que hace dos años ganara la gubernatura y la mayoría legislativa. En ninguno de esos poderes se ven resultados positivos. La decepción es grande y el voto de castigo podrá ser la respuesta ciudadana.

 

El proceso electoral 2012, pese a que en general respondió a lo que se auguraba desde sus inicios, tuvo varias sorpresas. Más allá de los resultados nacionales, del retorno del PRI a Los Pinos utilizando las viejas prácticas que lo habían sacado de ahí hace 12 años; del repunte de la izquierda en el último tramo; del desplome del PAN; del éxito del esquirol PANAL; fue desde otros ámbitos que el proceso logró despertar el interés y permitió una participación activa de la sociedad civil.

Además, sus resultados también tienen impactos en el ámbito estrictamente estatal. La correlación de fuerzas se modificó sustancialmente. El inicio de la contienda tomó a los partidos en Oaxaca más que divididos. En los principales partidos, las corrientes, grupos y tribus internas, estaban en una confrontación abierta. Tras los resultados del 1 de julio, paradójicamente en los vencedores en la entidad, esa situación puede ahondar las diferencias. Y los grandes perdedores, pueden en la derrota, sentar la reconstrucción de su unidad perdida.

saldos_1PRD, perder ganando

Verdad de Perogrullo: el PRD no es un partido político sino una confederación de tribus. Tampoco es de izquierda, sino formada por una amalgama de seudolíderes e intereses que han visto en los sectores populares y campesinos el filón de votos para entronizar a los jefes tribales. Por eso, no hay mayor enemigo de un perredista que otro perredista de distinta tribu.

Eso se ha visto históricamente en Oaxaca. Los liderazgos iniciales surgidos particularmente de la COCEI, con Héctor Sánchez como el principal caudillo, terminaron mansamente en el tricolor. Héctor terminó alquilándose primero como botarga del Dr. Simi y luego haciendo de patiño de Ulises Ruiz. Sus llamados a votar por Eviel Pérez Magaña, el candidato del PRI a la gubernatura en 2010 no fueron sino el corolario de una larga lista de abyecciones.

La UCD, que tomó el mando a inicios del nuevo siglo y lo conserva desde entonces no ha hecho sino continuar en esta línea de deslealtades. Pero no han ido solos, prácticamente todas las tribus perredistas han ofertado sus votos al PRI y a los gobiernos en turno. Recordemos que fueron los dirigentes estatales tanto en 2004 como en 2010, los principales opositores a la coalición partidaria con el PAN. Y que en los últimos años estuvieron totalmente entregados al ulisismo, incluso y sobre todo durante el levantamiento popular del 2006.

Ese partido, además, se convirtió en una organización de familiares y cómplices. Las candidaturas y las posiciones se reparten en un selecto clan familiar de cada tribu. Y ahí están las cepas: Los Serrano Toledo, de Nueva Izquierda; los Lopez Nelio, de la UCO; la camarilla de Amador Jara y Rey Morales.

Por eso también, en Oaxaca no ha existido una dirigencia legítimamente electa. Su comité directivo, periodo tras periodo resulta de los arreglos que se dan entre las camarillas. No es la excepción la que actualmente está en la dirigencia oaxaqueña, sino peor pues excluyeron a importantes tribus del reparto y la UCD se quedó con la mayor parte. En una situación que aún no está definida, pues la elección fue impugnada y ahora, tras el proceso electoral, pueden darse reacomodos.

Dirigencia de PRD vendida como siempre

Y es que en el reparto de candidaturas, la UCD no logró ninguna posición. Si acaso reivindican, y a medias, la de Carol Altamirano, pero este obedece más a su tío Carlos Altamirano y a su vez éste a Heladio Ramírez.

Peor aún le fue a la UCD con las senadurías. Benjamín Robles Montoya, está lejos de contar con sus simpatías; les fue impuesta más bien por las alianzas con el PRD nacional del gobernador Gabino Cué. Y la animadversión la mostraron con creces: llamaban a votar a presidente por Andrés Manuel López Obrador. Y a senador, por ¡Diódoro Carrasco Altamirano! Más allá de las apariciones públicas y la foto, en los hechos Rey Morales se había puesto al servicio del exgobernador priista ahora postulado por el PAN.

Todavía peor les fue en el caso de Humberto López Lena; pues habían negociado apoyar al empresario radiofónico; y les comió el mandado un tal Romero Laynas. Y es que, empecinados en desplazar a Robles Montoya de la primera fórmula, sólo “apartaron lugar” con el regidor de Tuxtepec. Sólo que éste, obedeciendo a los Serrano Toledo, les comió el mandado. Se negó a renunciar y …ahora es senador electo.

Por si fuera poco, Nueva Izquierda también obtuvo una diputación plurinominal con Rosendo Serrano. Pero el capo ucedista Amador Jara no pudo llegar por esa vía al senado. Entraron seis en la circunscripción plurinominal. Él era el séptimo.

Izquierda Democrática Nacional, ganó en el distrito de Oaxaca, aunque perdió en Juchitán. El exgobernador Murat ganó con José Soto en Tuxtepec; y Ulises Ruiz en Tlacolula, con Eva Diego. Con las siglas del PRD, claro.

Pese a los desplantes triunfalistas de Rey Morales y camarilla, en los próximos meses se verá una recomposición del PRD, en una pelea tribal que puede ser de antología y en la que pueden, como acostumbran hacerlo, dilapidar el capital político ahora obtenido. Al tiempo.

saldos_3PRI: ganar perdiendo

Donde se desató previo a la jornada la trifulca, fue entre las distintas corrientes del PRI. Ya desde 2010, su tradicional disciplina se vio rota. Jorge Franco, el otrora hombre fuerte de Ulises Ruiz rompió con él y tras la derrota de Eviel Pérez Magaña, protagonizó una larga campaña para derrocar a éste de la dirigencia estatal del PRI. No lo logró, pero en cambio hizo más profunda la división interna de ese partido.

Aunque por un lado aparentemente conciliaron los exgobernadores al repartirse las candidaturas: Ulises impuso a Eviel en la primera posición rumbo al Senado. Sofía Castro, fue la que Murat ubicara en segunda posición.

Y las diputaciones fueron por igual: para Murat: su principal operador fue candidato por Santa Lucía del Camino y Samuel Gurrión por Juchitán. Ulises Ruiz se despachó con su testaferro Alejandro Avilés en Teotitlán; Omar Acevedo en Tlacolula y Liz Acosta por el distrito del Centro. Bueno, hasta Heladio Ramírez por fin logró que su hijo fuese candidato por Huajuapam. Y otros grupos de interés, también alcanzaron nominaciones: Adolfo Toledo Infanzón, en Tehuantepec; Carmelita Ricardez, por Miahua-tlán; Heliodoro Díaz, Tlaxiaco; Antonio Iglesias impuso a Zory Ziga en Pinotepa. Todos perdieron, menos Gurrión.

En la campaña se apreció como no se dirigían ni el saludo. Estos priistas no posaron ni para una foto juntos. Eso sí, apostaron a que el efecto Peña Nieto les atraería votos y los jalaría para ganar si no todas si un buen número de diputaciones.

No fue así y en cambio tuvieron la segunda derrota más estrepitosa de su historia en Oaxaca al hilo. En 2010, perdieron el gobierno del estado. Ahora perdieron la elección presidencial; las dos senadurías de mayoría y diez de once diputaciones de mayoría. En 2006, en plena efervescencia del movimiento popular y con el mayor arrastre del candidato presidencial de las izquierdas, al menos habían ganado dos diputaciones.

La soberbia de Ulises Ruiz, lo condujo a pensar que era bien visto por los votantes y tuvo la osadía de hacer campaña en la Cañada, la Costa y el istmo. Perdió estrepitosamente.

Pero, paradojas, la victoria en la contienda presidencial, dado que está visto el próximo presidente Enrique Peña Nieto está formado en la vieja escuela del PRI, se dirigirá a disciplinar y unificar al priismo oaxaqueño.

Por lo pronto, tendrán que recomponer su dirigencia, llegar a acuerdos para el reparto de posiciones. La égida de Peña Nieto podrá ponerlos en orden con la línea central, algo a lo que están por demás acostumbrados y a lo que tendrán que disciplinarse. Y el incentivo para ello no es menor; en algunos meses se definirán las candidaturas para las diputaciones locales; si en las elecciones intermedias de 2013 prevalece al abstencionismo y ante el desencanto con los partidos que en 2010 se coaligaron; aunado al manejo de recursos y programas sociales que se tendrá desde las delegaciones federales, el priismo oaxaqueño se puede recomponer. Así, perdiendo en 2012, pueden avanzar hacia su recuperación.

saldos_2PAN: Diódoro suma ceros

En caída libre fue el panismo en este proceso electoral. Al igual que en el escenario nacional, en el ámbito estatal sólo sumó derrotas. Cayó a un lejano tercer lugar; volvió a los porcentajes que obtenía hace más de una década. Tuvo una decepcionante actuación.

Eso sí, la soberbia de sus dirigentes y candidatos fue lo único en lo que empató con la de los candidatos y dirigentes de otros partidos. Y es que, en esas peculiaridades del sistema político oaxaqueño, en que los exgobernadores se convierten en cabeza de algún grupo político, Diódoro Carrasco Altamirano no podía ser la excepción. Sólo que prácticamente desterrado de las filas del PRI, partido en el que se formó y del que fue senador y gobernador de Oaxaca, desde hace algunos años se convirtió en adherente del PAN.

Desde esa plataforma buscó en este proceso ser senador de la república. Bien apadrinado, pues al mismo tiempo era del primer círculo de la candidata presidencial Josefina Vásquez Mota, hizo gala de su estructura sembrada en sus tiempos de gobernante en Oaxaca. Decenas de operadores que estaban en la banca se sumaron al llamado. Cual flautista de Hamelin, atrajo también a descontentos de otros partidos. O aprovechó las diferencias internas para sumarlos a su causa.

En un secreto a voces en torno a su candidatura se agrupó buena parte de los anteriores cómplices de Ulises Ruiz, como los actuales dirigentes del PRD. Y también sumo a los desprestigiados priistas que abandonaron el barco tricolor al ver que este se hundía en 2010. El tristemente célebre Jorge Franco Vargas se convirtió en su principal operador político.

Sólo que el exgobernador olvidó una regla matemática elemental: la suma de ceros, da cero. A ello, además hubo que restar sus desplantes de soberbia, como el ocurrido en la Universidad Anahuac, en donde respondió de forma grosera a los cuestionamientos de los universitarios.

En los resultados se reflejaron todas estas contradicciones. La derrota de Diódoro, dejó un buen número de damnificados.

Disputas panista

Por si eso no bastara para el PAN, también las disputas internas hicieron mengua entre su militancia. El reducido grupo que controlaba la dirigencia, era de los que medraron con el muratismo y el ulisismo: Carlos Moreno Alcántara; Dagoberto Carreño Gopar; al que inicialmente se sumaron los diputados Juan Mendoza Reyes, Isaac Rodríguez y Joel Isidro.

Y en el Congreso se integró otra fuerza. La comadrita de Margarita Zavala, esposa del presidente Felipe Calderón, la diputada Eufrosina Cruz Mendoza al ser ungida como presidenta de la mesa directiva en el primer año de la Legislatura oaxaqueña, aglutinó a un compacto grupo de diputados. De 11 que tenían en el Congreso al menos ocho estaban en este grupo compacto cuyo guía moral se convirtió Luis de Guadalupe Martínez Ramírez. Y en el proceso interno del panismo para elegir candidato presidencial, este grupo apostó por Ernesto Cordero, en tanto que la dirigencia fue con Josefina. Previo a ello, el expriista Raúl Bolaños Cacho, renuncia a la fracción blanquiazul y se pasó al PT.

La ruptura fue más que evidente cuando, al perder Cordero, el revanchismo no se hizo esperar. En la nominación de las candidaturas plurinominales al Senado se apuntó la diputada Eufrosina. Al momento de la definición la dirigencia oaxaqueña le dio su voto a una candidata del norte de la república.

Pero en los últimos meses, se presentó un distanciamiento en el grupo dirigente. El diputado Juan Mendoza Reyes, al ser ungido presidente de la Junta de Coordinación Política, tomó distancia y se alió con el resto de diputados. Un hecho notorio es el relevo en la representación legislativa panista en el instituto electoral; tras meses de resistencia de Joel Isidro de abandonar el cargo, pese a ser candidato a una curul federal y encontrarse en campaña, pasada la jornada comicial del 1 de junio, es relevado por Marlene Aldeco Reyes.

Tras la derrota las tribus panistas también se habrán de recomponer. Por lo pronto Carlos Moreno ha renunciado ya a su cargo como presidente estatal del PAN. El diodorismo, que no logró penetrar las estructuras quedó descartado para incidir en la nueva dirigencia. Los diputados son quienes se aprestan a tomar por asalto la nueva dirigencia. Se repartirán los despojos que su aventura del 2012.

Nuevo escenario: rumbo al 2013

La recomposición de los partidos sin duda es urgente. Apenas terminan el proceso federal y ya deben alistarse rumbo a los comicios estatales de 2013 en donde se disputan 42 diputaciones locales y 152 presidencias municipales. PAN y PRD parecen apostar por reactivar la coalición triunfadora en 2012.

La capacidad para procesar sus diferencias internas será determinante. Aunque se augura un escenario de alto abstencionismo. Los comicios 2012 dejaron un amargo sabor de boca en los oaxaqueños. Y en el ámbito estatal hay un repudio al priismo, pero también una decepción de la coalición que hace dos años ganara la gubernatura y la mayoría legislativa. En ninguno de esos poderes se ven resultados positivos. La decepción es grande y el voto de castigo podrá ser la respuesta ciudadana. Al tiempo.