Oaxaca sin cultura de la prevención e incapacidad de sus gobiernos

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Expertos en construcción explican por qué el 8.2 dañó demasiado

Cuauhtémoc Blas

 

Desconocimiento, falta de visión y debilidad para la toma de decisiones son los problemas del gobierno del estado que no le permiten afrontar adecuadamente la emergencia después del terremoto de 8.2 grados Richter en Oaxaca, que dejó unos 800 mil afectados, sobre todo en la región del Istmo de Tehuantepec. ¿Con qué estudios o elementos fijaron en 120 mil pesos el apoyo por vivienda?, es la gran pregunta.

 

Para el ingeniero Javier Vásquez Ortiz, la incapacidad gubernamental empieza porque no tenemos un gobierno meritocrático, un gobierno de los mejores funcionarios, lo cual sería el primer punto para atender con eficacia los asuntos de construcción de edificios públicos y casas particulares.

 

En las direcciones de desarrollo urbano y obra pública no hay los funcionarios con el perfil necesario. “Ya debe haber en Oaxaca —sostiene Vásquez Ortiz— un gobierno meritocrático, no es posible que sigan en esos puestos gente que no tiene la preparación, que viene a robar y darle trabajo a sus constructores”.

 

En entrevista con En Marcha, directivos y miembros del Colegio Oaxaqueño de Ingenieros Civiles Unidos para el Desarrollo del Estado, A. C. y de la Agrupación Colegiada de Profesionales del Desarrollo Urbano de Oaxaca y otros profesionales, ofrecieron visiones multidisciplinarias dentro del mismo campo de la ingeniería, para explicar el porqué de las debilidades de la obra pública y privada de la entidad, y lo que se necesita para remontar esa vulnerabilidad ante los sismos.

 

Javier Vásquez: ya hay reglamentos, falta aplicarlos

 

Para el ingeniero Javier Vásquez, Vicepresidente de la Agrupación Colegiada de Profesionales del Desarrollo Urbano de Oaxaca, urge que se tome en serio el papel de los Directores Responsables de Obra (DRO), tanto a nivel municipal como estatal para atender cada una de las áreas, pública y privada. Los DRO deben funcionar de manera efectiva con el Reglamento de Construcción en la mano.

 

En Oaxaca tenemos un reglamento de construcción o seguridad estructural copia fiel del de la Ciudad de México (CDMX), informa el profesionista, incluso en la CDMX hay unas Normas Técnicas Complementarias que mejoran dicho reglamento, así que quien quiera dedicarse a construir, ahí tiene la biblia, los lineamientos para no fallar.
Esas normas técnicas complementarias, agrega, te dicen qué tipo de cimentaciones se requiere, cómo dimensionar, cómo calcular, es momento que los profesionistas y desde los estudiantes se involucren en este tema de edificación tanto pública como privada, las herramientas ahí las tenemos; los reglamentos de construcción están, ahora hay que aplicarlos, puntualiza Javier Vásquez.

 

Sobre la pobreza de Oaxaca, factor que podría incidir en las limitaciones de la gente para tener una buena casa, Vásquez argumenta si bien hay ciertamente pobreza en Oaxaca, recordemos que en nuestros pueblos somos muy dados a las fiestas, gastamos más en fiestas que en edificar bien nuestro patrimonio. Creo que es momento de voltear la vista a la responsabilidad que tenemos como particulares al edificar. Y remata: quien usa y goza de los beneficios de una construcción es quien debe ir previendo este tipo de contingencias, no podemos los demás ciudadanos correr con esos gastos.

 

Manuel Meza: sin aplicar los reglamentos, más daños

 

Para el presidente del Colegio Oaxaqueño de Ingenieros Civiles Unidos para el Desarrollo del Estado, ingeniero Manuel Meza Corres, que no haya en la entidad observancia del Reglamento de Construcción, que se edifique sin licencia de construcción ni algún tipo de vigilancia o supervisión, hace que los daños sean mayores cuando suceden eventos como el terremoto reciente.

 

“Si uno cumple el Reglamento de Construcción las edificaciones deben soportar sin problema un sismo de 8 grados. Habría daños menores, fisuras, pero no daños sustanciales. Como no seguimos el reglamento estamos en el limbo”, agrega el profesional de la construcción.   Los ayuntamientos que deberían normar y vigilar esta actividad no tienen ni el personal suficiente ni preparado para ello; su capacidad técnica no alcanza para vigilar todas las obras que se ejecutan en su demarcación, ni siquiera tienen los lineamientos para construir.

 

Empero, Meza Corres señala que el Reglamento de Estructura del Estado de Oaxaca cubre todas las condicionantes, lo que tenemos que hacer —dice— y ahí entra el papel de los Colegios, de las universidades e instituciones afines, es la capacitación continua de los profesionales para construir de acuerdo al reglamento. Si seguimos el reglamento nuestras construcciones van a ser seguras, muchas veces en los municipios es el albañil del pueblo quien construye las casas de acuerdo a su experiencia totalmente vernácula, sin la observancia del reglamento, asienta.

 

A la pregunta del por qué los daños fueron más graves en algunas poblaciones, el dirigente de los ingenieros colegiados aclara que puede ser por el tipo de suelo. El reglamento de construcciones contempla como construir en cada tipo de suelo, en suelo duro por su alta capacidad de carga la cimentación será menor a la de un suelo de menor dureza, en esta última la cimentación va a ser más grande porque requiere más área de carga.

 

El problema es que pocos cumplen con el Reglamento, incluso, informa el directivo, instituciones nacionales como el INFONAVIT construyen fuera de reglamento, con materiales inapropiados como el llamado Armex, lo pudo verificar —dijo— en un fraccionamiento del municipio de Santa María Xoxocotlán, donde una de esas casas presenta daños considerables.

 

Leobardo Manuel: prefieren invertir en la casa, no en el proyecto

 

Por su parte, el ingeniero Leobardo Manuel Cruz, expresidente del Colegio de Ingenieros Civiles, afirma que no hay la obligación de dar dinero público a los damnificados de manera particular. Aunque, por otra parte, apunta que no tenemos ni la cultura ni la liquidez para pagar un seguro de daños de vivienda que cuesta unos 100 pesos diarios.

 

Para Manuel Cruz, la gente prefiere invertirle a la casa y no al proyecto, cuando debe ser lo contrario, sin un buen proyecto no hay buena casa. Mucha gente construye a tientas, hacen un cuartito luego otro, crece la familia y ahora ¿dónde los meto?, pues otro cuartito arriba, cuando la vivienda se diseñó para dos cuartos.

 

Para rematar, de repente se sienten acalorados y, pues, hombre quita ese muro y pon una ventana grande, sin reforzar la pared; o rentan un local, lo acondicionan sin considerar las medidas de seguridad estructural. Un día amanecen con una estructura voluminosa, en un pequeño terreno. He ahí la razón por la que hay tanto daño en el terremoto del Istmo, asienta el profesionista.

 

Lo anterior es en referencia a las casas más o menos recientes, aclara el constructor, pues las casas antiguas ya habían cumplido sus ciclos de vida, ya son de tres o cuatro generaciones de propietarios, algunas de adobe a la que le pusieron el enrase de tabicón, le colocaron una loza, y de ahí las graves consecuencias.
Mario Durán Gómez, sin investigación no hay seguridad

 

Por su parte, el ingeniero Mario Durán Gómez, interesado en cuestiones de investigación destacó que no debemos dejar todo a la forma sin atender el fondo. Por supuesto que la investigación tiene que ser cíclica, pues siempre hay cambios. Los expertos dicen que las placas tectónicas que tenemos se ubican en los límites de Chiapas y Oaxaca, y hay otras que están por colapsar en los límites de Guerrero y Oaxaca, éste quizá no nos pegaría tan fuerte sino a la Cdmx, dicho por especialistas.
“Creo que en Oaxaca el proceso de investigación se ha quedado estacado —aseguró— y sin investigación no se pueden garantizar zonas seguras, necesitamos investigación en mecánica de suelos, geotecnia, no hay que olvidar que lo que se está moviendo es el subsuelo no lo superficial”.

 

En Oaxaca hay muy pocos profesionales de investigación en ingeniería y lamentablemente hace tres años nos dejó el ingeniero Mario Cruz Clemente, alguien muy preocupado por la sismología, proyectaba, hacía pronósticos, dejó trabajos inéditos que están en el ITO, donde laboró. Es preciso seguir su labor, pues ¿quién me va a dar la capacidad de carga para una casa?, la mecánica de suelos, la investigación, el trabajo de equipo.

 

Una casa bien hecha, cumpliendo el reglamento de construcción, debe soportar sin problema un sismo de 8 grados, recordemos que cada grado Richter representa en intensidad 32 veces más que el grado anterior, un sismo grado 8 es 32 veces más que uno grado 7. Un sismo de 9 es ya un daño muy severo en la gran mayoría de construcciones, pero si se construye con los lineamientos que indica el reglamento lo ha de soportar.

 

La otra escala de medición de los daños, Mercalli, es más subjetiva pues se basa en la percepción que tiene la gente de los daños del sismo.

 

Edgar Bautista: sismos dañan más por la vulnerabilidad social

 

El ingeniero Edgar Bautista Jiménez trabajó en la Coordinación Estatal de Protección Civil, al frente de la Dirección de Investigación y Diagnóstico de Riesgos hasta el año 2016, él llevaba a cabo el sistema de alerta sísmica y el monitoreo de este fenómeno. Invitado a la charla sostenida por En Marcha con especialistas del tema, explicó a detalle sobre las necesidades de protección civil, sobre todo antes de los desastres naturales.

 

La magnitud del sismo —explicó— se basa en la energía que libera, la escala es logarítmica, quiere decir que su crecimiento es exponencial y un sismo de 7 es 32 veces superior a otro de 6, es una variación muy grande, entre tener uno de grado 5 a uno de 7 u 8.

 

Su conclusión es que los daños que se dieron en Oaxaca se explican por la magnitud de la energía liberada, pero también por el grado de vulnerabilidad de la región. Si tenemos una alta vulnerabilidad en sistemas constructivos, en organización municipal, organización comunitaria, entre otras cuestiones, pues los daños van a ser más grandes.

 

Los sismos afectan más un área que otra, dijo, dependiendo de la ubicación epicentral, es decir donde se genera el sismo, depende de la característica física de cada zona, si tenemos suelos blandos o arcillosos, obviamente es un aspecto más de vulnerabilidad en contra que también va a sumar al incremento de daños.

 

También si no hacemos uso adecuado de los reglamentos de construcción a nivel municipal, estatal o federal, y de los procedimientos de valoración y supervisión de desarrollo de la infraestructura tenemos otro factor en contra para más daños.

 

Mencionó algunos sistemas de regulación que buscan mitigar o prevenir este tipo de eventos y sus resultados adversos, como puede ser la ley de planeación urbana, las leyes de riesgos, los atlas de riesgo municipal o estatal que deben ser documentos rectores que permitan determinar los esquemas de planeación de la infraestructura de un municipio o estado.

 

Si no hay un adecuado ordenamiento territorial vamos a tener daños bastante considerables, y eso juega a favor o en contra de los resultados que estamos observando en ciertas regiones.

 

En torno al Consejo de Protección Civil, que de acuerdo a la ley debería instalarse y sesionar al suceder un desastre natural, Bautista Jiménez aseguró que no ha funcionado porque no se ha tenido la visión de juntar a todas las Secretarías, estatales y federales, para que trabajen en el seno de ese Consejo, que es una herramienta que se dejó plasmado en la Coordinación de Protección Civil desde el sexenio pasado

 

Sin embargo, el ingeniero aclara que dicho Consejo debe funcionar no sólo en etapas críticas y de respuesta a emergencia sino desde antes, desde la prevención y reducción de riesgos. Si se aplicara esta normatividad iríamos gradualmente reduciendo todas estas faltas de capacidad que tenemos a nivel institucional estatal y municipal con la sociedad, afirma.

 

Por ejemplo, dice, “La política de dotar de 120 mil pesos por vivienda, es una política aislada, no nace de una estrategia integral, que busque involucrar a todos los actores, al gobierno estatal, al municipal, a la misma sociedad, a las organizaciones no gubernamentales, a los consejos técnicos existentes en el estado que también deben intervenir para generar una propuesta adecuada a las condiciones especifica de la zona afectada.

 

“Te dejo 120 mil pesos, ¿pero quién me garantiza que habrá una adecuada supervisión, seguimiento y regulación de los procesos constructivos? Ahí estamos generando una nueva vulnerabilidad en la supuesta etapa de reconstrucción, ahí los municipios deben de estar al pie del cañón, fortalecer sus capacidades para dar seguimiento a su población afectada sin embargo muchos municipios carecen del personal con las capacidades adecuadas para darle seguimiento a esos esquemas de autoconstrucción.

 

“Estamos hablando de un problema complejo que requiere soluciones integrales, lo que desafortunadamente hoy no tenemos, dada la urgencia de la población por tener su vivienda. Se requieren trabajos a mediano y largo plazos.

 

“Debe evitarse que el estado deje de tener esas altas vulnerabilidades, porque cada que ocurra un evento adverso que nos genera un desastre estamos dando pauta a que se detenga el desarrollo de las comunidades.

 

“Desafortunadamente, los desastres no son escenarios democráticos, no afecta a todos, afecta a la gente más vulnerable, a la gente con menos recursos, a la que tienen menores oportunidades de desarrollo, ello supone mayor atraso.

 

Finalmente, el ex alto funcionario de la Coordinación de Protección Civil sostiene que el Consejo no funcionó porque hay una falta de conocimiento, de visión, y obviamente la falta de una determinación política fuerte para que ese consejo trabajara de manera constante, no sólo ser convocado cuando hay desastre, sino todo el tiempo.

 

Ya está el andamiaje jurídico, ya está conceptualizado, falta voluntad política, conocimientos y visión de lo que ya se hizo porque no vamos a empezar de cero, ya está lo jurídico y todas las herramientas para aplicarlo y ponerlo en marcha.

 

Antes de reconstruir, recomendaciones mínimas

 

El ingeniero Leobardo retoma el asunto de los 120 mil pesos asignados a quienes tuvieron pérdida total de sus casas, al pregustarse si esa cantidad alcanza para una casa. Por lo menos —aseguró— alcanza para un pie de casa y de autoconstrucción, y en este tema de autoconstrucción hay que tener mucho cuidado porque no todos saben albañilería, tienen que recurrir a alguien que sepa, que vigile pues estamos hablando de la seguridad de la familia.

 

Cuestionado el profesional sobre si no es apresurada la entrega del dinero y que la gente construya de inmediato, aseguró que no se sabe cómo se le va a dar seguimiento a esos 120 mil pesos. Creo que antes de dar el recurso, debió haber un planteamiento de cómo construir, recomendaciones mínimas de construcción, acordes a la tipología regional, a las costumbres de las familias del istmo, los espacios mínimos a construir.

 

Finalmente coincidieron en que los constructores profesiones “debemos ser muy honestos cuando hacemos obra privada, las autoridades municipales encargadas de vigilar la construcción privada deben efectivamente hacer su trabajo de supervisión, que se presenten los proyectos y que éstos cumplan con el Reglamento de Construcción”.

 

En el caso de la obra pública que el gobierno del estado cumpla estrictamente con proyectos de construcción y sus especificaciones. Aunque en este punto los errores empiezan desde que se asignan obras para obtener “comisión”, es decir las fallas inician con la corrupción.