Negligencia que mata

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El señor Gabriel López Estudillo y su hija Sandra López no tenían porque morir en una perturbación natural como la que los llevó a la tumba en la humilde colonia San Miguelito en el “Puerto de las Maravillas” Salina Cruz el 16 de julio pasado. Si el presidente municipal panista del “cambio”, Gerardo García Henestroza, hubiera puesto atención, eso no habría sucedido.

En materia de desastres naturales y humanos nuestras autoridades municipales carecen de políticas públicas de protección civil, algunos ni idea tienen al respecto. Todo lo que se hace y luce hasta ahora es a posteriori, o sea después de sucedido el siniestro. Cuando de lo que se trata es de preveer no de subsanar, de prevenir no de lamentar. Agravia por ello la faramalla de los gobiernos federal y estatal con los municipios en materia de Protección Civil. Nada de lo que dicen y publicitan sirve si no tienen lo elemental, sin lo cual no puede sustentarse ninguna política pública de protección civil.

Y eso elemental es un Atlas de Riesgo, con el cual se tengan ubicadas las zonas de alto, mediano y bajo riesgo, agencias y colonias donde generalmente vive la gente más pobre, a quien se debe alertar a tiempo y hasta evacuar. Y para eso está el presidente municipal y su ayuntamiento, pero si aquél no los convoca también inmoviliza a ese cuerpo colegiado como sucedió en Salina Cruz.

Otra medida elemental previa a cualquier perturbación, que deben tener los ayuntamientos apenas tomen posesión, son los albergues donde dar cobijo a quienes sean evacuados de sus casas. Finalmente, lo ideal es que cuenten con un Sistema Municipal de Protección Civil, que minimice los daños al estar idóneamente preparados para cualquier perturbación.

Antes que nada, el ayuntamiento debe cuidar de allegarse gente capaz, profesionales en la materia, y no como hace García Henestroza quien se rodeó de jovencitos quienes si bien tienen el empuje carecen de experiencia. Con gente capaz ese folclórico personaje de la política pueblerina del Istmo de Tehuantepec, donde cantan las maderas, Gerardo García, podría dedicarse de tiempo completo sin dañar tanto a lo porteños, como lo hace ya, a promoverse para obtener la candidatura a diputado federal en el 2012.

La LXI Legislatura debe atender la demanda de diversas personalidades de la sociedad civil para separar de sus cargos a quienes evidentemente, como este caso que nos ocupa, se encuentren en abierto proceso proselitista. No sólo toda su atención, también todos sus sueños lúbricos de poder los aleja de la atención a sus conciudadanos, quienes los eligieron y quienes les pagan hasta de más.

Y por si fuera poco, es fuerte la versión de que García Henestroza financia los actos en la entidad de una persona que aspira a la presidencia de la República, de lo que pareciera hacer ostentación en un acto político reciente al estacionar su lujoso y costoso auto Mercedes Bens negro en la puerta principal del Auditorio Dionysus en la ciudad de Oaxaca.