El atraso nos golpea doble

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Los expertos en construcción coinciden: no aplicar el Reglamento de Construcción fue la causa mayor para que se suscitaran los grandes daños con el sismo de 8.2 grados Richter, sobre todo en el Istmo de Tehuantepec.

 

Ese Reglamento ni siquiera lo conocen las autoridades municipales, directores de Obras y de Protección Civil. Desconocimiento fatal. Una construcción que respete el Reglamento soporta sin problema un sismo de 8 grados o un poco más.

 

La gente construye como quiere. Pocos diseñan un proyecto de vivienda, lo consideran un gasto, y destinan los recursos directo a la construcción. La mayoría asume este sentido común equivocado, cuando debe ser al revés. Es más importante el proyecto, pues sin éste no puede realizarse una buena construcción.

 

En torno al factor de la pobreza, los profesionales sostienen: cierto que hay mucha pobreza en Oaxaca, pero cierto es también que en las poblaciones más afectadas por los sismos la gente gasta más en sus fiestas de gran boato y no en la seguridad de sus familias, en hacer bien su casa.  La ciudadanía ya debe asumir su responsabilidad.

 

Es urgente tomar en serio el papel del Director Responsable de Obra (DRO) que debe haber en cada municipio. Esa autoridad, con sus funciones de vigilancia y supervisión de las edificaciones, en muchos municipios ni siquiera saben que existe.

 

En entrevista con En Marcha, el Colegio Oaxaqueño de Ingenieros Civiles Unidos para el Desarrollo del Estado, A. C. y la Agrupación Colegiada de Profesionales del Desarrollo Urbano de Oaxaca, destacaron el papel central de los gobiernos.

 

 

Gobiernos, la mayor responsabilidad

 

La mayor responsabilidad recae en los gobiernos, instalados para ofrecer paz y seguridad, tienen muchas funciones sin realizar. Un primer punto señalado, es que no tenemos un gobierno meritocrático, un gobierno de los mejores, al contrario. A los cargos llega gente sin preparación ni conciencia, que sólo le importa explotar intensamente el puesto, aunque todo lo demás se caiga.

 

Ya tenemos el entramado jurídico y el organigrama administrativo para trabajar en la prevención de desastres, pero no los aplica el gobierno del estado. El Consejo de Protección Civil, que debe funcionar antes y después de los desastres, no lo hace por desconocimiento y debilidad en la toma de decisiones.

 

En ese Consejo deben reunirse secretarías federales y estatales, instituciones de investigación, organizaciones ciudadanas, para trabajar en la prevención y reducción de riesgos. Si esto funcionara –aseguran— se irían reduciendo la falta de capacidades gubernamentales y los daños a la población; se tomarían decisiones integrales y no políticas aisladas como esa de dotar de 120 mil pesos para vivienda, ¿cómo y por qué se fijó esa cantidad? Nadie sabe.

 

El gobierno debe impulsar investigaciones en sismología, realizar y actualizar los Atlas de Riesgo, hacer un adecuado ordenamiento territorial. Hacer bien las licitaciones, pues construir con beneficio de ciertos constructores y de sus padrinos políticos que reciben “comisiones”, de entrada, mengua la cantidad y calidad de los materiales para construir un edificio público.

 

No es de dudar que la omnipresente corrupción explique la caída o daños de no pocos edificios públicos: el Hospital de la Secretaría de Salud de Juchitán “Macedonio Benítez”; el Auditorio Municipal de Matías Romero y el de Ixtaltepec; el Mercado de Juchitán; el Centro de Desarrollo Comunitario y Palacio Municipal de Huajuapan de León, entre otros.

 

En suma, nuestra condición de pueblo atrasado nos golpea doble.