A pesar del caos y tiradero del actual gobierno de Oaxaca sin pies ni cabeza, sus funcionarios y hasta el mismo gobernador alertan contra la “restauración autoritaria”, o sea el regreso del PRI al poder ejecutivo estatal, sin embargo, en los hechos sostienen una alianza con un grupo priista y su abanderado como precandidato a gobernador.
Desde la campaña política de 2010, priistas acusaron al ex gobernador José Murat de apoyar al candidato adversario de su partido, Gabino Cué Monteagudo. Cué, por su parte, aceptaba cualquier apoyo sin reparar en quién se lo proporcionara, era evidente su interés en hacerse del poder a cualquier costo, aun con el riesgo de compromisos muy altos.
Al ganar y formar el gobierno que se dio en llamar de “cuates y cuotas”, se notó la cuota de poder para Murat: Germán Espinosa, hombre de Murat, fue hecho director de COABO, donde el grupo muratista inició su recomposición. Incluso, se decía que la inesperada llegada de la multipartidista Irma Piñeyro a la Secretaría General de gobierno habría contado con la influencia de Murat.
Esta alianza del gobierno de alternancia con el ex gobernador Murat Casab se fue haciendo más creíble cuando al iniciar el ejercicio de los llamados “presupuestos históricos” la única obra notoria de este sexenio, “el distribuidor vial” de Cinco Señores, fue entregada con licitación amañada a una empresa vinculada a dicho ex gobernador —lo que fue denunciado por constructores y comunicadores.
La buena relación entre Murat y el operador plenipotenciario de Cué, Jorge Castillo, es otro dato a este respecto, documentado con la revelación de los famosos audio escándalos de hace año y medio en uno de los cuales se oye una charla telefónica entre ambos personajes que hablan de su adversario común Ulises Ruiz, y acuerdan un encuentro personal.
Hay varios elementos que revelan las buenas relaciones entre ese ex gobernador y el actual. El vástago del primero y aspirante a gobernador de Oaxaca, actualmente director nacional del INFONAVIT ha firmado convenios con dependencias del gobierno estatal para beneficiar con viviendas o materiales a sus burócratas con gran difusión en los medios.
Nada fuera de un atinado cálculo político por parte de quienes hoy (des) gobiernan Oaxaca puede ser esta alianza. Recordemos el importante papel de Murat al iniciar el gobierno de Peña Nieto como facilitador del “Pacto por México”; la influencia del ex gobernador para enviar a Oaxaca a sus hombres y mujeres como delegados federales; la cercanía de Alejandro Murat a Peña Nieto al haber sido su director de Radio y Televisión Mexiquense; así como la inicial línea del centro de dar como el bueno para el PRI de Oaxaca a Alejandro.
Cuidar la sucesión dejando aliados o amigos en el poder, es típico de quienes saben que deben cuidarse las espaldas. Todo esto coincide con la ahora si evidente ruptura con el senador aliancista Benjamín Robles Montoya, quien fuera el primer hombre fuerte de este gobierno, sustituido por Jorge Castillo cuando se fue al Senado. Primero quitaron a la gente de Robles de los cargos en el gabinete, y ahora le quitan la dirigencia del PRD al imponer allí, a punta de billetazos, a dos conocidos mercenarios a las órdenes de Jorge Castillo; éste el enlace con Murat.