Después de ser el hombre fuerte de Gabino Cué Monteagudo en sus campañas para senador y gobernador, además de los primeros años de su gobierno del “cambio”, Benjamín Robles Montoya se ha convertido en su más fuerte detractor.
Pelean por Diódoro
Ha trascendido que dicha separación se dio durante la disputa electoral por la senaduría en 2012, cuando el “Tigre Robles” era abanderado del PRD, Eviel Pérez Magaña del PRI y Diódoro Carrasco del PAN. Cué habría pedido a Robles que se “abriera” para dar chance a que su padrino y jefe político Diódoro pudiera al menos entrar como senador por “primera minoría”.
Robles habría desatendido esa petición y ganó la elección; Eviel Pérez, perdió por segunda vez una elección aunque entró como senador de “primera minoría”, dejando a Diódoro en último lugar, sin curul y desolado. Eso de primera minoría es un eufemismo para disimular el regalo que se hace la clase política, de darse una senaduría aún perdiendo las elecciones.
Coco Castillo, 2 mil millones
El caso es que de distanciamiento entre Cué y Robles pasó a pleito. En agosto de este 2015 Robles interpuso una demanda ante la Procuraduría General de la República por presuntos actos de corrupción contra Jorge Castillo Díaz. En una conferencia de prensa el senador mostró documentos que, dijo, son probatorios de delitos con el que se pueden configurar tráfico de influencias y malversación de recursos públicos.
Aseguró el senador contar con pruebas del desvío de recursos públicos del programa Cocinas Comunitarias y la compra de propiedades en Malibú California, Estados Unidos y en Lomas de Chapultepec, Distrito Federal.
Denunció también que “todo aquel que quiere invertir en Oaxaca o realizar infraestructura de carácter social sabe que tiene que entrevistarse con el mandamás de este gobierno, Jorge Coco Castillo para realizar actos ilícitos como los moches o evadir la ley”.
La fortuna del conocido operador de Cué, Jorge Castillo —denunció— es de 2 mil millones de pesos en tan sólo cinco años, lo que va de la administración actual de gobierno.
Gabino, silencio cómplice
A pesar de haber platicado estas irregularidades al gobernador, Robles Montoya sostuvo que éste nada le dijo, por lo que decidió “dar el salto a la PGR” y denunciar a Jorge Castillo por enriquecimiento ilícito, usurpación de funciones, operaciones con recursos de procedencia ilícita, tráfico de influencias y demás que se configuren en contra de las haciendas federal y estatal.
Las áreas donde opera Castillo, dijo, son construcción, carreteras, turismo, servicios, cocinas comunitarias e infraestructura social. Las cuales involucran al DIF con la ex esposa del Gobernador Mané Sánchez; SINFRA con el ex titular Netzahualcóyotl Salvatierra; Turismo con José Zorrilla; y en Salud Germán Tenorio.
Días después denunció a otro funcionario de Cué, al secretario de Administración Alberto Vargas Varela, por corrupción y conflicto de intereses. Este nuevo rico de Oaxaca, dijo, se ha beneficiado a costa de la pobreza de los oaxaqueños, sin importarle, que miles de familias carezcan de un sustento digno. Por eso sentenció “he dicho ¡ya basta!”, y pidió la renuncia de Cué.
De que está muy molesto el senador, lo está pues, además y por si fuera poco, le están cerrando las puertas a su candidatura. Eso desde que el mismo Coco Castillo interviniera para que el virtual secretario general estatal del PRD y gente de Robles, Jesús Romero perdiera esa posición a pesar de contar con la mayoría de delegados del partido. Mayoría que perdió en el Congreso partidista, donde la compra de voluntades por parte de Castillo fue evidente a la hora de las votaciones. Quedó el ex priista Carol Altamirano, puesto a las órdenes del operador político y financiero de Gabino Cué. Sin embargo, aun barajan el nombre del “Tigre Robles” en el PRD, junto al de Estefan Garfias y el contador Martínez Neri.