En esa Facultad el negocio lo hace directamente el director, sin intermediarios como en Derecho donde la tarifa para nuevo ingreso que venden funcionarios o “porros” es de 30 mil pesos; o en Medicina donde fluctuó de 80 mil a 120 mil pesos.
En una puerta lateral del Palacio de gobierno de Oaxaca, edificio que al iniciar el supuesto gobierno del cambio Gabino Cué llamaba “La casa del pueblo”. Quizá por algo de pudor dejaron de llamarle así. Pues en esa casa sólo se atiende a quienes tienen suficiente fuerza de presión política o económica. Los demás como la jovencita Monserrat carecen de importancia para los poderosos de ese Palacio. No son atendidos.
Con un anuncio escrito en una cartulina blanca la joven confronta de manera sumamente desventajosa a la jerarquía de la UABJO y del gobierno del estado. A la primera exige su ingreso sin condiciones toda vez que aprobó el examen de admisión; a la segunda que obligue a respetar el derecho a la educación.
Desconcertada en su primer contacto con la mafia que dirige la UABJO, cuyo objetivo, está visto, no es la educación ni preparación de nadie sino amasar la mayor cantidad de dinero, pide que no se le cobre de manera arbitraria la cantidad de 7 mil pesos para ingresar a la facultad de Contaduría y Administración.
“Yo pasé el examen de admisión –afirma Monserrat– aplicado el 7 de julio, los resultados los dieron el 17, donde vi que lo aprobé. Ahora aplican dos conceptos, el de la inscripción de 272 pesos con 72 centavos y del mantenimiento de 7 mil pesos. Por ello pido al gobernador que garantice la educación, la mía y la de muchos jóvenes de Oaxaca”.
Otros muchachos acompañan a la aspirante, entre ellos Orlado Sosa quien informa que llevaban tres días ahí plantados, en apoyo a Monserrat quien no cuenta con esos 7 mil pesos al ser hija de madre soltera sin recursos, ella ha trabajado desde su preparatoria y no tiene ese dinero para garantizar su lugar y no sea vendido porque ya sabemos que ahorita los que van a entrar van a pagar 13 mil y ya no 7 mil pesos, afirma.
El doctor Abel Morales Santiago, director de esa facultad nos manifestó en una reunión, agrega, que la cuota de 7 mil pesos es para mantenimiento de la Universidad porque se están haciendo obras, pero sabemos que la Universidad tiene recursos millonarios que le otorga la federación y el gobierno del estado para mantenimiento y obras.
Los jóvenes manifiestan que el mismo director les comentó que cuando él fue estudiante de esa Universidad pagaba 10 pesos de inscripción. O sea hasta parece una burla, dijeron. Incluso el mismo funcionario los instó para pagar a la brevedad esa cantidad pues a partir del 25 de agosto serían 13 mil pesos para “mantenimiento”.
Por lo visto en esta Facultad el negocio lo hace directamente el director de la escuela, abiertamente, no ocupa a intermediarios como en otras facultades, es el caso de Derecho donde la tarifa para lugares de nuevo ingreso que venden funcionarios o “porros” es de 30 mil pesos, o en Medicina donde fluctuó de 80 mil hasta 120 mil pesos finalmente.
No hace mucho se suscitó un zafarrancho en las propias oficinas de la rectoría de la UABJO, trascendió que fue por diferencias respecto a esas ventas. Para acabar con estas disputas quizá el señor rector Eduardo Martínez Helmes adopte la política de cobros directos con el eufemismo “por mantenimiento” prescindiendo de intermediarios como lo hace el director de Contaduría y Administración.