“Mordidas” de 30 a 80 mil pesos por ingresar a la UABJO

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¿Por qué pagan tanto por ingresar a una de las peores Universidades?

 

En estas fechas de conflictos por los miles de rechazados a ingresar a la Universidad Autónoma Benito Juárez de Oaxaca (UABJO), siempre nos hemos preguntado, ¿por qué no sólo pugnan sino hasta pagan mucho dinero ilegalmente para ingresar a unas de las peores universidades de México y América? La UABJO cierra el círculo educativo propio de Oaxaca que inicia en la educación básica de la Sección 22, donde igual sufren los alumnos numerosos días sin clases por conflictos sin fin, malos maestros, cuotas altas. Y también el autoritarismo de otra mafia sostenida aquí por “La familia” Martínez Helmes.

 

Desde 30 mil, 40 y hasta 80 mil pesos puede llegar a pagar un aspirante que no haya logrado su ingreso con la aprobación de examen a una de las facultades de mayor demanda en la UABJO, medicina y derecho. además de otros miles por pago formal de inscripción. Más o menos todo un año de lo que pagaría mensualmente en una institución privada, con la desventaja de que en la UABJO tendrá largas temporadas sin clases, por paros, huelgas, conflictos diversos. Hay alumnos que han necesitado apoyo sicológico por la depresión en que caen al ver que no tienen clases y poco aprenden en su carrera. (http://publicaciones.anuies.mx/revista/166/2/1/es/la-calidad-de-las-universidades-publicas-estatales-en-mexico-desde-la)

 

rechazados, clientela

 

De 8 mil solicitantes de ingreso, la Universidad local admitió a 3 mil, quedando 5 mil rechazados. De éstos últimos es donde sale la clientela de membretes estudiantiles y de funcionarios universitarios que cobran a quien puede pagar de 30 mil a 80 mil para ingresar. Monto que a decir de los afectados llega a ser tan alto muy probablemente por los intermediarios.

 

De esta manera “La familia” Alavés-Helmes que domina esa Universidad como su patrimonio corresponde a sus grupos políticos, de porros y aliados que coordina y la sostienen en la posesión del control universitario, entregándoles determinado número de fichas de ingreso para que aquellos incluyan a su clientela. En la parte final de esta dinámica se ignora si parte de esos pagos ilegales llegan hasta la jerarquía de la institución. Lo que sin duda si les llega son las fabulosas cuotas de entre 5 mil y 15 mil pesos que han cobrado por inscripción formal de los alumnos, dependiendo de las facultades o escuelas.

 

Aunque el rector Martínez Helmes declara que quien califica a los alumnos para su ingreso es la Universidad de Veracruz, es del dominio público la dinámica de venta de ingresos a esas facultades. Aunque también es cierto que los recursos e infraestructura de la UABJO impiden aceptar a otros miles de aspirantes, por ser la Universidad que recibe el más bajo subsidio del país. Pero eso también por ser la que entrega los peores resultados, sin reales procesos de acreditación y certificación de calidad y sin cambios en su legislación universitaria, como ha sido desde hace décadas la exigencia de la Asociación Nacional de Universidades e Institutos de Educación Superior (ANUIES).
“La Familia” por grado cero de calidad

 

Lo anterior es precisamente lo que no necesita “La familia” que encabeza Abraham Martínez Alavés, pues para los viejos y buenos profesores de la UABJO la estrategia de este personaje para adueñarse del control de la Universidad desde hace más de una década es exactamente lo contrario a la búsqueda de la calidad educativa. “La estrategia general de Martínez Alavés para apoderarse por completo de la UABJO es clara, crear las mejores condiciones para dominar por completo y sin competencia su institución, con un contexto general favorable para él; acabar con todo lo que pueda favorecer una masa crítica. O sea, el envilecimiento de la Universidad, el grado cero de calidad”. (Ver http://www.revistaenmarcha.com.mx/miscelanea/1376.html)

 

De manera que entre peor esté la UABJO “La Familia” tiene más seguro y bajo su control a la institución, negociando posiciones, direcciones y facultades con sus aliados para ella quedarse con lo mejor. Ya van tres rectores que Abraham Martínez ha impuesto después de escindirse del STAUO, sindicato creado por su símil caciquil Nahúm Vásquez Carreño. El STAUO vino a la baja después del asesinato a Nahúm, lo que constituyó el momento adecuado para salirse de ese sindicato donde militaba Abraham para fundar el suyo, SUMA, con el cual ha logrado el control de la Universidad al imponer a tres rectores: a Francisco Martínez Neri, Rafael Torres Valdés (que pedía lo llamaran por su apodo, “El Pingüino”) y actualmente a su joven hijo Eduardo Martínez Helmes.

 

5 tácticas de control

 

Son cinco las tácticas del veterano cacique Abraham para tener el control de “La familia” sobre esa Universidad estatal:

 

1, Controlar a su sindicato SUMA, a la planta de maestros y al mayor número de directivos de facultades, escuelas, institutos, así como de Concejos Técnicos de las mismas y sobre todo del Concejo Universitario.

2, El control de la dirección de REDES, que concentra todos los archivos de alumnos y profesores. El director de este sistema desde hace 7 años es otro vástago de Martínez Alavés, Abraham Martínez Helmes.

3. El control del rector en turno con su hijo Eduardo como secretario particular desde Martínez Neri. Finalmente este hijo del cacique tuvo la edad y coyuntura para tenerlo hoy como rector.

4. El control de los recursos económicos de facultades, escuelas, institutos y jefaturas, y por supuesto de los de la rectoría.

5. El control de la violencia cuasi institucional con el manejo de grupos violentos, último recurso para someter a quienes se rebelan a las decisiones de “La Familia”.

 

En este escenario y con la premisa del grado cero de calidad para persistir “La Familia” con el control de la UABJO, es un contrasentido esperar ya no digamos una educación de excelencia, ni siquiera un proceso educativo regular con una planta de profesores, que como los de la sección 22 sólo deben ser obedientes con su gremial, en la UABJO subordinados a “La Familia” y sus aliados.

 

Por todo eso es la pregunta: ¿Por qué no sólo pugnan sino hasta pagan mucho dinero ilegalmente para ingresar a unas de las peores universidades de México y América?