¿Otro autoatentado?

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Con las columnas y comentarios políticos en los medios de comunicación pasa lo mismo que en el ámbito deportivo, los comentaristas dicen antes del partido por qué tal o cual equipo debe ganar, pero al final del partido, cuando ese equipo pierde, explican detalladamente por qué el equipo favorito perdió. Eso pasa hoy en Oaxaca.

De quienes se vaticinaba iban a perder y ganaron se puede mencionar al Partido Acción Nacional (PAN) aumentó su votación en un 200 por ciento. El PRD, por cierto, no perdió, como dicen, sino al contrario, por lo menos tuvo algo de votación. Ambos partidos, junto con los otros dos de la Coalición hasta ahora opositora, PT y Convergencia, también ganarán en la integración del gabinete de Gabino Cué. Por eso, no obstante el candidato ganador no fuera de las filas de PAN y PRD, ambos ganaron, de otra forma hoy no tendrían mucho en su haber.

Por supuesto que la alianza entre partidos disímiles, muy diferentes, cuya coalición soportó hasta fundadas críticas, también tuvo argumentos de sobra que justificaran dicha unión, entre lo más importante: que por separado sería casi imposible que un solo partido pudiera contra el poderío del gobierno y su partido de Estado, el PRI, con su enorme maquinaria que era la estructura misma de la administración pública estatal en todos los rincones de la entidad, así como los recursos del erario estatal, este año sin la obligación de comprobación alguna ante la federación.

Así las cosas, la coalición de opositores emparejaba la contienda. Pero no sólo concurrieron al llamado contra Ulises Ruiz, más que exactamente contra el PRI, los cuatro partidos que formaron la Coalición por la Paz y el Progreso, PAN, PRD, PT y Convergencia, además se unieron en esta cruzada prominentes priistas de antaño, incluso ex gobernadores que ejercieron bajo las siglas de ese partido otrora invencible. Sin reparo alguno, altos ex funcionarios priistas de administraciones anteriores se daban a notar que apoyaban a Gabino o trabajaban contra su partido el PRI, lo presumían.

Por eso se dice que esta contienda electoral reciente de Oaxaca también incluía un duelo de PRI contra PRI, donde priistas viejos se confrontaban contra priistas de la “burbuja” de Ulises, naturalmente con Ruiz Ortiz al frente, el enemigo a vencer y quien se dedicó casi seis años a abrir en su contra todos los frente que pudo. Y cuando llegó la hora de la batalla final colocó en la mayoría de sus puestos de combate a los más endebles de los suyos, para realizar otro autoatentado, pero éste político, diferente al de José Murat.

Decíamos que los argumentos para sortear todos los obstáculos para lograr finalmente la coalición triunfadora fueron tantos como esas dificultades. Hubo uno importante, incontrovertible y claramente expuesto por Josefina Vásquez Mota el 23 de mayo pasado en un hotel de la ciudad de Oaxaca. La prominente política panista, cuya oratoria inteligente dejó huella en la intensa campaña política del hoy triunfador Gabino Cué, hizo énfasis en la importancia de que en Oaxaca se diera la alternancia.

Vásquez Mota narró anécdotas de su vida ligadas a esta entidad, de cuando ella vino a Oaxaca a sus 14 años al municipio istmeño de Unión Hidalgo donde conoció al obispo Arturo Lona Reyes (quien hace mucho abanderaba la opción preferencial por los pobres), y conoció de las carencias y dificultades de los oaxaqueños, etcétera. Por esa pobreza, dijo, era necesario ser valientes para dar el combate electoral, pero también para detener a los peores políticos que ella había conocido en su vida, agregó, y que estaban en Oaxaca.

Narró entonces la hoy coordinadora de la bancada panista en la Cámara federal de diputados su desencuentro con José Murat, cuando ella a cargo de la Secretaría de Desarrollo Social (Sedesol) quiso apoyar al municipio de Oaxaca de Juárez que a la sazón gobernaba precisamente Gabino Cué Monteagudo. Eran alrededor de 50 millones de pesos que dentro del programa Hábitat se había destinado a esta capital del estado, para la realización de diversas obras municipales.

Esos 50 millones nunca llegaron al municipio, expuso Vásquez Mota, porque el entonces gobernador José Murat se opuso de manera terminante. Le dijo que él no habría de consentir que ese dinero llegara a un municipio gobernado por un Ayuntamiento opositor, que si eso sucedía rompería relaciones con el gobierno federal. Exigió Murat que el dinero llegara a las arcas del gobierno del estado, lo cual no era posible por ser un programa cuyo enlace es directamente con los municipios. Sin una mínima consideración el entonces gobernador dejó que esos recursos importantes para el desarrollo de la ciudad capital se perdieran, antes que Gabino Cué pudiera realizar obras importantes con ellos.

No es poco lo que se puede avanzar ahora, un primer paso es tener gobernantes diferentes a los atrabiliarios que han desfilado impunemente por el gobierno de Oaxaca. Ya se verá si es posible y hasta donde llega el juicio a los hasta hoy impunes.

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