Jugada democrática

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Son profusos los rumores, matizados por evidencias de uno y otro comportamiento de quienes están en los puestos de decisión política de Oaxaca, en torno a que el partido oficial en Oaxaca lanza a tal o cual candidato. Un día se extiende la información si bien de manera soterrada  que el presidente del PRI estatal, Jorge Franco Vargas ha logrado bajar del caballo a Eviel Pérez Magaña, con la salomónica solución de un tercero en discordia. Pero al día siguiente la gente del segundo contradice por completo esa versión y dicen que siguen en la puja, lo cual es muy notorio.

Quien de manera mesurada y paulatina ha ido aumentando su presencia y deslindes contra la línea autoritaria de su partido es José Antonio Hernández Fraguas, presidente de Oaxaca de Juárez, quien ha pasado de sólo manifestar confianza en un proceso equitativo y apegado a las normas de su partido, a exigirlo, siempre de manera mesurada. Unidad de su partido sí, dijo, pero con quien tenga militancia, con quien tenga capacidad, esto es, no unidad donde sea y con quien sea. Además de sus encuentros con jerarcas perredistas. PRD y PAN lo esperan con los brazos abiertos.

Este aparente juego democrático (nunca como ahora tan exacta la palabra juego, o más bien jugada) de lanzar a seis aspirantes a la candidatura del PRI, o “aspirinas”, como los llamó el mismo Ulises Ruiz que fue quien los lanzó, no ha sido una estrategia feliz en caso de poder llamarla estrategia. La confrontación y confusión  creadas en las filas del tricolor es fuerte, sobre todo en las regiones donde la incertidumbre es mayor.

Hoy más que antes estamos viendo que el PRI de Oaxaca no basa su política en sus mismas fuerzas, sino al contrario, si bien siempre ha comprado a dirigentes de partidos opositores, la preocupación priista (de la cúpula) en este 2010 es no por presentarse con candidatos  fuertes sino en buscar no tener adversario al frente. De ahí que su principal ocupación hoy es reventar la posible coalición de opositores.

Sin embargo, lo anterior se antoja difícil pues tanto el PAN como el PRD, los importantes de esta alianza, saben que si van cada uno por su lado sus posibilidades de triunfo desaparecen, y por si fuera poco también corren el riesgo de desaparecer en el panorama político de Oaxaca. Y cuando las situaciones llegan a un límite, al límite de la sobrevivencia, las otras consideraciones pasan a segundo término.

Por supuesto que deberíamos tener partidos con ideologías definidas, pero quienes se rasgan las vestiduras y exigen lo anterior acaso no se habían percatado que desde cuando eso es una farsa en México, que este flagelo se consolidó en nuestro país con mayor claridad desde el año 2000, cuando un comerciante cuyo galardón era vender un refresco que se vende solo (la Coca Cola), un ranchero ignorante con su consorte apoyados en el marketing tomaron por asalto no sólo a un partido sino acabaron con la mínima coherencia ideológica de la política en el país. Por supuesto que hacen falta partidos serios, fuertes, pero no los hay y “con estos hay que arar”, como dicen en los pueblo. Alfonso Zárate, articulista del El Universal, escribió el año pasado:

“Los mediocres dominan la escena pública. Lo que prevalece en los órganos de dirección lo mismo de los gobiernos que de los partidos, los sindicatos, los tribunales, las organizaciones empresariales y las iglesias es la improvisación, la insignificancia, el patrimonialismo.

“Una de las claves que explica el ascenso de figuras anodinas a los cargos de mayor responsabilidad reside en el perfil de los que mandan: sus inseguridades, sus miedos, que los llevan a rodearse de gente pequeña y a buscar, de entre ellos, a sucesores manejables. Muy lejos ha quedado aquel presupuesto de Gaetano Mosca, fundador de la teoría de las élites, de que ‘las minorías gobernantes generalmente están constituidas [por] individuos que se distinguen de la masa de gobernados por ciertas cualidades que les dan superioridad material, intelectual y hasta moral’ (Elementos de Ciencia Política)”.

El gobierno de los peores abarca también a los de la llamada oposición, por supuesto, y en Oaxaca tenemos muestras de sobra: por parte del PRD en Huautla de Jiménez, Agustín Sosa, pequeño cacique pueblerino y atrabiliario se ceba en el erario, con un gobierno patrimonialista, con su familia en la administración, su tesorero es su sobrino, por ejemplo, reprime a periodistas, todo impunemente.

En Juchitán un fundador de ese fraude histórico llamado COCEI, Mariano Santana, actual presidente municipal hace lo mismo, a éste le dio por reprimir a los carretoneros. Santana golpea de frente al sector cultural de esa población, al atacar los esforzados trabajo de la legendaria Casa de la Cultura local; infla el costo de las obras y ofrece mentiras en su informe de gobierno municipal, precisamente justificando recursos con los destinados a la restauración de la Casa de Cultura para lo cual su Ayuntamiento no ha puesto un solo peso, todo es a cargo del gobierno estatal.

El PAN se luce a este respecto con su principal delegado federal en la entidad Huberto Aldaz. El periódico “adiario” publicó el 19 de enero como este delegado de SEDESOL utiliza recursos federales para impulsar su precandidatura al gobierno de Oaxaca.

Pero no hay duda que el peor es César Augusto Rivera Beltrán, conocido por su éxito en el azar al ganar un premio del Melate. Después de publicar acá algo sobre ese grotesco personaje, sus vecinos de la colonia “La Cascada” nos vertieron incontables críticas contra él. En estado de ebriedad y/o drogado, nos dicen, escandaliza agrediendo a los vecinos, trastocando la calma y en pleno éxtasis hasta sale en trusa a la calle. Sus guaruras en su defensa ya han golpeado a los vecinos.

Y a éste tipo, Rivera Beltrán, de suyo prepotente e impune le ha vendido el PRI, afirman, una candidatura a diputado local con lo cual hasta podría tener fuero para cometer mayores agravios.

Notas al margen: La disputa por el paraje Sandichi  de más de mil hectáreas en el distrito de Nochixtlán amenaza con arrojar saldos violentos. San Francisco Jaltepetongo esgrime argumentos de razón para recuperar esos terrenos que, sostienen, les pertenece y no a San Miguel Tecomatlán. Es preciso una atención puntual de parte de las autoridades correspondientes, así como de prudencia en el tratamiento de este conflicto agrario. Es preciso que los jueces y autoridades no se dejen corromper por el asesor jurídico de Tecomatlán, Omar Lázcares Colmenares, quien, en vez de negociar civilizadamente, fuera de los cauces jurídicos amenaza con hacer lo que sea por meter a la cárcel a quienes están al frente de Jaltepetongo. Por el bien de todos lo  mejor sería neutralizarlo a él.

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