Cuauhtémoc Blas
Legislar la obligatoria equidad de género en los ayuntamientos indígenas, puede ser una bandera elegante desde algunos escritorios citadinos, pero peligrosa en las realidades microrregionales. Sería la riesgosa reunión de los dos polos de México: la tradición autoritaria y la modernidad autoritaria.
Hay que investigar si imponer a rajatabla elementos modernos dentro del régimen colonial de usos y costumbres (uyc), no traería más adversidades que beneficios. ¿Cómo saber esto? La única manera es atendiendo a la realidad que viven ahí las mujeres, y no discursos de “avanzada”.
Pena de muerte en usos y costumbres
No hay que olvidar que las leyes no siempre tienen validez en esos municipios. Como sus asambleas son la “máxima autoridad”, llegan a tomar decisiones graves, como la pena de muerte (Río Chiquito, Santiago Jocotepec, Choapam. Octubre de 1995).
Estos son datos verificables, a diferencia de los indigenistas-arribistas, quienes no se molestan en atender la realidad, y que desde hace décadas traen las mismas propuestas y narrativas fundamentalistas, como si nada cambiara. Van algunos casos de la impertinente realidad en el municipio mencionado y en otros:
“Refiere que, mediante asamblea de la localidad de Arroyo Tinta, fue elegida para desempeñar el cargo de policía-topil en la misma localidad, cargo que no puede desempeñar, pues por la mañana cuida de sus hijos y por la tarde trabaja. Quien le solicitó al agente de policía le pusiera la multa que pagan todos lo que no pueden realizar el servicio a la localidad, quien se negó y junto con la asamblea decidieron sacarla de su casa y tomar su casa como patrimonio de la localidad”. (Expediente: DDHPO/0015/RCP/(26)/OAX/2019).
Otro caso es de Santo Domingo Tepuxtepec, Mixe: “Presenta queja en contra de las autoridades de la agencia de policía de Llano Laguna, Santo Domingo Tepuxtepec, Mixe, por privar de su libertad a la ciudadana, siendo las once de la mañana del día de hoy once de septiembre de año en curso, toda vez que se ha negado a recibir el cargo que le fue asignado por parte de los ciudadanos de esa agencia”. (DDHPO/1859/(14)/OAX/2019).
Habida cuenta de la aguda misoginia patriarcal de muchos de esos pueblos (característica de sociedades rezagadas), legislar la equidad de género en esos ayuntamientos daría mayores armas a quienes ejercen allí su mando de manera arbitraria. Tendrían todo para que, ahora sí, con la ley en la mano obligarlas a asumir cargos a quienes ellos señalen.
En Santiago Huauclilla, Nochixtlan: “Refiere, fue destituida del cargo que ostentaba en su comunidad por haber dado a luz a su hijo y ausentarse unos días, sin considerarle su justificante mismo que fue enviado al presidente municipal. DDHPO/0036/AN/(15)/OAX/2019 .
Mujeres, avanzan solas
Al Tribunal Estatal Electoral llego el caso de Mesones Hidalgo, Putla, donde para impedir la participación de una mujer, le negaron su constancia de vecindad y su “acta de buena conducta”. (TEEO, expediente JDCI/65/2019). Recientemente, en Santiago Yaveo, Essica Vásquez Romualdo fue reprimida al intentar participar en el proceso electoral de su municipio.
No obstante, y con todo en contra, cada vez hay más municipios donde las mujeres son regidoras o hasta presidentas municipales. No han necesitado de legislación para lograrlo. Por ello, lo que debiera reforzarse es que se respeten esos avances, pues cuando ya están ejerciendo su regiduría, los varones deciden echarlas del cabildo. Eso si no es que desde antes de la elección anulan la participación de las mujeres, al ser ellos mismos, los varones de los ayuntamientos salientes, quienes convocan y administran el proceso electoral de uyc.
Una buena legislación sería suspender las participaciones municipales hasta que dejaran en paz a las regidoras y a las aspirantes a participar. Eso, quizá, sería más efectivo. Se trata de buscar acciones eficaces, no riesgosas salidas fáciles, como eso de legislar equidades a rajatabla y fuera de contexto.
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