Jefes de caciques

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Uno le desea toda la vida de temporada alta de turismo a nuestro Huatulco y a su gente, pero mientras haya temporadas bajas habremos de disfrutarlas, ni modo. Porque Huatulco nos da no sólo la posibilidad de nadar en las aguas de las playas más limpias de México, certificado por Green Globe, sino de tener por ahí grandes amigos, de aquellos que, como dice la canción, se quitan la camisa. Aunque por tanta calor algunos ni la traen puesta.

Por eso el Encuentro de Periodistas de Oaxaca lo hemos realizado felizmente en Huatulco en dos de las tres ocasiones en que se ha hecho durante los tres últimos años. El primero fue en esta ciudad de Oaxaca, en el bello e histórico edificio de la Hemeroteca Pública “Néstor Sánchez” en el año 2007, donde analizamos, entre otros temas, la resaca del fatídico año anterior y sus secuelas luego de la confrontación gobierno contra magisterio-APPO.

El segundo Encuentro, ya en Huatulco, fue un seminario de “Periodismo bajo condiciones de riesgo”, algo de tan terrible actualidad. Y el reciente titulado “Tendencias actuales del periodismo”, donde se privilegió el conocimiento de las nuevas tecnologías en la comunicación. Sobre todo en el ciberperiodismo, hoy tan vigente y como rival del periodismo escrito, de radio y de televisión. La reunión congregó a periodistas de las regiones de Oaxaca y de otras entidades como Chiapas, Veracruz y el DF. La asistencia y calidad fueron un éxito, tanto en aprendizaje como en intercambio de experiencias.

En la entrega anterior de estas crónicas publicamos la primera parte de la ponencia que este tecleador presentara en ese Encuentro Huatulco 2009. Por si hubiera interés, la segunda parte puede leerse en la liga siguiente, pues ahora otros asuntos nos ocupan:http://www.revistaenmarcha.com.mx/columnas/cronicas-de-la-insula/301-poder-y-contrapoder-en-oaxaca-segunda-parte.html.

Pero hay algo que debemos retomar de nuestra participación ahí, donde dijimos que “democracia no sólo es ir a votar y esperar los resultados, sino mucho más, sobre todo el acceso a los satisfactores mínimos de vida,  a la educación y a la cultura. Y aquí está el quid del asunto, la educación…

“La formación de ciudadanía no es posible sin una educación de calidad, que pueda fomentar la cultura política, con ciudadanos conocedores de sus derechos y obligaciones, participativos y cuidadosos de la transparencia en el ejercicio de los recursos públicos y en la toma de las grandes decisiones. Después de tres décadas de desastre educativo en Oaxaca, nuestro sistema educativo no sólo no contribuye a la creación de cultura política sino la inhibe, la detiene.

“Así, no es posible crear buenos ciudadanos, y sin embargo queremos buenos gobernantes, lo exigimos cuando no tenemos buenos ciudadanos, ¿de dónde van a salir esos buenos gobernantes?, pues los gobernantes no se dan en el aire, sino salen precisamente de las filas de la sociedad.

“El rezago educativo de Oaxaca afecta por partida doble, impide la formación de una cultura cívica elemental y acentúa el atraso secular en materia de civilización. En Oaxaca y sus regiones no sólo la calidad de la democracia no avanza sino que al parecer vamos para atrás. Junto con el reforzamiento de un gobierno estatal autoritario, desprendido del antiguo control del gobierno federal de la época posrevolucionaria, vemos también el reforzamiento de caciques municipales que hacen y deshacen en sus comarcas, lo que algunos autores han llamados ‘nuestros pequeños tiranos’.

“Por si fuera poco, encima de estos caciquismos municipales hay quienes buscan ser coordinadores regionales de los tiranos municipales, jefes de los caciques municipales, con intereses que, incluso, a veces se contraponen al interés del PRI y del gobierno estatal”.

En la Costa, en las microrregiones de Huatulco, Loxichas y Pluma Hidalgo tenemos el caso del dos veces diputado federal Héctor Pablo Ramírez Puga, quien actualmente anda en pos de poner presidentes municipales que le garanticen el control no sólo del poder y los votos, sino también de los cuantiosos recursos económicos de los municipios.

Por el municipio de Huatulco maniobra José Humberto Cruz Ramos, quien ya fue ahí presidente municipal en dos ocasiones, y por San Agustín Loxicha el aún edil Jesús Martínez Mendoza. El primero impulsa la impopular pre candidatura a la presidencia municipal de Fernando Franco Luna; por su parte el de Loxicha lanza a su propio hermano Víctor Martínez Mendoza, para que la presidencia municipal quede entre familias caciquiles con los 104 millones de pesos que manejan al año, al ser beneficiarios casi privados de los cuantiosos recursos públicos que entrega la federación a los municipios más pobres del país. Atención aparte y especial merece este voraz negocio de manejar los recursos de los programas federales contra la pobreza. Por eso ahora lo que les conviene a algunos es dirigir un municipio de alta marginación, pues reciben más dinero que otros.

Estos ejemplos ilustran nuestro concepto de “jefe de caciques”, pues ambos “pequeños tiranos locales”, José Humberto y “Chucho” Loxicha, tienen como jefe al diputado federal Ramírez Puga, quien hizo diputado local a José Humberto en 2007 y pretende hacer lo mismo en 2010 con el edil de Loxicha, aun en contra de la decisión del PRI estatal y del gobernador, según los conocedores de la política local, quienes afirma que su partido tiene casi tomada la decisión por personajes con mayores posibilidades de captar votos, tanto en las candidaturas a las presidencias municipales como a la diputación federal, que no son los incondicionales de Ramírez Puga.

Similares pretensiones tiene el “jefe caciquil” para Pochutla, Pluma Hidalgo y los municipios que se dejen. Aquello de la unidad partidistas se la pasan por el arco del triunfo, ellos quieren el control con su gente, con sus incondicionales. Por eso decimos que Oaxaca no sólo no avanza sino retrocede, con la creación no de ciudadanía ni de cultura cívica, sino de “nuevas” figuras extraídas del arcaísmo político de México.

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