.- Médicos del ISSSTE ganan amparo contra gobiernos federal y de Oaxaca

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Cuauhtémoc Blas

 

En Oaxaca desde hace años estamos en situaciones límite. Acá los hospitales están más que saturados desde hace lustros; al pasar frente al Hospital Civil puede verse a los familiares de enfermos tirados en la banqueta, y dentro a los internos en el piso, cuando ya no hay ni camillas para tenderlos.

 

Casi un centenar de hospitales y clínicas fueron dejados en obra negra desde el sexenio de Ulises Ruiz y su secretario de Salud, Martín Vásquez, quien inició la tradición de perder costosos aparatos médicos, como aquel famoso Acelerador Lineal, para el tratamiento de cáncer. Hoy igualmente perdidos los destinados contra el Covid 19 en el Hospital Civil.

 

En el Hospital Juárez del ISSSTE desde febrero de este año suspendieron las cirugías, la demanda los rebasaba y no había el material suficiente. Decenas de enfermos eran regresados a casa después de sus ayunos y su preparación, la respuesta era: hay una urgencia.

 

Precisamente en esa coyuntura crítica, entramos a la actual crisis sanitaria del Covid 19, cuando el miedo, la angustia, pero también las incapacidades hospitalarias hacen presa del eslabón más débil de la cadena federal que es Oaxaca.

 

Los trabajadores de los hospitales y clínicas ya no pudieron pasar por alto las imposturas del gobierno del estado y sus directores y jefes. Quienes anuncian con bombo y platillo el inicio de campañas de vacunación o contra tal epidemia, sin que se hagan realmente, pero la foto y el aburrido boletín ya los festejan.

 

Pero pasar por alto la simulación de atención a la ciudadanía ante el Coronavirus actual es otra cosa, acá el personal médico se juega la vida. De ahí tanto la denuncia del director del IMSS Zoe Robledo, de que el gobierno de Oaxaca sólo había rentado por 15 días aparatos para el Hospital de Tlaxiaco, como la encendida réplica de los sindicalistas del Hospital Civil al ser acusados por el gobernador del robo de costoso material contra el Covid.

 

Hospital Presidente Juárez, amparo

 

El Hospital Regional Presidente Juárez del ISSSTE fue declarado para atender a enfermos de Covid 19. Como acostumbran las autoridades, con simulación de atención. Sin embargo, decíamos, es mortal entrar a combatir el Covid sin tener lo necesario: cubrebocas, caretas, guantes, gel y el protocolo para atender a los pacientes.

 

Aquí los trabajadores fueron más lejos, en vez de negarse a atender a los contagiados, como sucede en el Hospital Civil, exigieron con las leyes en la mano que sus patrones los proveyeran de lo necesario. Presentaron una demanda de amparo para exigir condiciones.

 

La demanda de amparo fue contra el Presidente López Obrador y el Gobernador Alejandro Murat. Amparo radicado en el expediente 314/2020 del Juzgado Noveno de Distrito, del 13 circuito, en San Bartolo Coyotepec. En un hecho insólito por partida doble, pues también la autoridad federal que se ocupó de la demanda otorgó dicho amparo.

 

El Juzgado 9º estableció que con ese juicio de amparo indirecto: Se concede la suspensión de plano a la parte quejosa, para el efecto de que las autoridades señaladas como responsables, de manera inmediata y bajo su más estricta responsabilidad apliquen las medidas y acciones sanitarias de contención y prevención de contagio y propagación del covid-19; provean los insumos, equipo e instrumental técnico, material de protección y seguridad sanitaria, a efecto de que puedan prestar el servicio con los mayores estándares de seguridad para su salud, ante el virus SARS-COV2 #Covid19. Les daban para esto un plazo de 24 horas.

 

Pero es la hora que no se les provee, apenas cubrebocas y deben darse prisa en rellenar los vales. El personal se siente abandonado por sus jefes, de ahí que nos comenten los sucesos sin dar sus nombres. La preocupación es grande.

 

Lo primero que muere es la verdad

 

Este 23 de abril murió en dicho hospital un paciente quien no obstante presentar síntomas de Covid, nos dicen, las autoridades lo ingresaron con neumonía. Sólo al final se le aisló. En pruebas posteriores el paciente dio positivo al coronavirus, pero el personal que lo atendió no contó con las medidas de protección, y ni así se les ha puesto en cuarentena.

 

Sin embargo, la información no fluye con verdad; en las guerras lo primero que muere es la verdad, y como que estamos en eso. El gobierno controla la información, las notas de quienes reportan son más densas que los boletines oficiales. Los medios o periodistas con influencia en las regiones son cooptados y tripulados desde el centro.

 

Sin rubor, hay hasta quienes anuncian que meten las manos al fuego por la atención de los hospitales, cuando esos están menos que mediocres en atención. Y no precisamente porque el personal no se aplique, sino porque los gobiernos no los proveen de lo necesario. Los mandan exactamente a la guerra sin fusil, o sea con amplias posibilidades de contagiarse también.

 

En Oaxaca hay muy pocos hospitales y esos pocos no están bien preparados para atender a los contagiados; en Oaxaca, más de la mitad de la población carece del servicio de agua; en Oaxaca las autoridades combaten este mal con la simulación de siempre. Oscuro porvenir.

 

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