- Terremoto en el subdesarrollo oaxaqueño 2a parte

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Segunda parte

 

Cuauhtémoc Blas

 

Caos es la palabra adecuada para designar lo que sucede en el Istmo de Tehuantepec en éstas sus horas de desgracia, el video que circula sobre la confrontación entre militares y policías federales ilustra esa situación. No hay coordinación ni entre los hombres de las armas, ni entre instituciones de gobierno. No hay un centro de Coordinación General que tuviera el mando las 24 horas. Al menos no se ve, no se nota.

 

Un centro con la fuerza para recibir o al menos coordinar las rutas de auxilio de todo tipo a los 41 municipios afectados en la región. Punto donde se pudieran reportar los envíos, y donde se organizara la ayuda, por municipios, rutas, frecuencia de envíos, etc. Posiblemente haya algo en teoría, pero no se nota en lo absoluto.

 

El gobierno municipal fue inmediatamente rebasado, después el estatal fue “reforzado” por los secretarios del gobierno federal. El municipal de suyo confrontado entre sus regidores, con dos mandos, la presidenta municipal Gloria y su hermano Héctor Sánchez. Ni sus sesiones de cabildo pueden realizar menos organizar una poderosa infraestructura para atender la emergencia.

 

El gobierno estatal gira exclusivamente en torno al gobernador, la mala suerte de que también sea época electoral hace que la camada de funcionarios estatales siga a Alejandro Murat a todas partes, en vez de tomar posiciones de coordinación y apoyo real. Algo de ese otro desastre vio el gobierno federal que dejó a sus secretarios de Estado a cargo.

 

Con todo, la desorganización persiste, pues algunos funcionarios encargados de apoyar a los municipios dañados, en esta mencionada época electoral, están más preocupados en sus ganancias políticas que en auxiliar a la gente. Por ejemplo, hubo quienes querían ser los primeros en dar por terminado, sin realmente culminar, el censo de casas dañadas, antes de la fecha límite, para ganar puntos en sus aspiraciones.

 

La carencia de una eficiente administración pública también es letal. Urgidos en la Sexta Sección de Juchitán de derribar casas que podrían dañar a otras aún en pie y para poder habitar de alguna manera esos terrenos ahora sin casas (antes del otro fuerte sismo del sábado pasado), se llamó a los operadores de trascabos y camiones de volteo enviados por la eólica Acciona para sacar el escombro. Ellos decían que esperaban que los “soldados” les dieran la ruta. ¿Los militares que viene de fuera, que no conocen la ciudad les darían las rutas? Como no se las dieron, antes del medio día, aburridos, salieron a trabajar por su cuenta pues ellos llegaron a ayudar, dijeron.

 

Caos también en seguridad pública

 

Las bandas delictivas que asuelan cuando hay revueltas sociales o magisteriales, ahora se magnificaron. En albergues del municipio de El Espinal los varones salieron a encarar a forajidos que los merodeaban en motocicletas. Los delincuentes ven quienes están en los albergues para ir a robar en sus casas. En Ixtepec, dos hombres armados intentaron asaltar a quienes acampaban en la Escuela Normal Urbana Federal del Istmo.

 

En tanto decenas de vehículos repletos de soldados y policías federales están estacionados en pocos y focalizados lugares, en Juchitán los vimos en el albergue del Instituto Tecnológico del Istmo y algunos más en el de El Calvario en la Sexta Sección. También estacionados en filas sobre algunas calles de la Segunda Sección. ¿Qué hacen ahí además de sólo estar parados?

 

En la demolición que presenciamos de algunas casas durante varios días, donde conductores de automóviles, mototaxis y bicicletas se atrevían a pasar mientras las máquinas derribaban las casas o cargaban de escombro los camiones, de los soldados, policías federales, estatales y municipales que pasaban como dando sus rondines, sólo un par de federales se detuvieron a auxiliar y obligar a los audaces a detener su paso por esa zona de peligro. Aquí también, en los cuerpos armados, el apoyo parece depender más del carácter de los efectivos, de su buena disposición o generosidad personal.

 

Video que exhibe la desorganización

 

En el video que circuló primero en las redes sociales los militares quedan mal parados, pero no todo es así, en buena parte la presencia del Ejército Mexicano y la Marina ha servido para mantener algo de orden en la población. En colonias bravas quienes reparten las despensas de ayuda tienen que auxiliarse de los militares para lograrlo, o de plano se los dan a ellos para que lo distribuyan. “Sólo a ellos los respetan un poco —nos comentó alguien de una brigada—, a nosotros nos arrebatan las despensas”.

 

Por otro lado, tampoco todos los policías federales hacen bien su trabajo, en redes sociales denunciaban (con fotos) a una patrulla de esa corporación con dos efectivos quienes en la carretera Tehuantepec -Oaxaca, a la altura del camarón estaban, “como siempre, haciendo de las suyas”. También un médico que llegó a Juchitán con una camioneta de medicinas relató que al salir de la Ciudad de México, en Río Frío fue detenido por policías federales quienes lo acusaban, sin pruebas, de llevar productos robados. Evidentemente, querían algo de lo que acostumbran.

 

Esta disputa escandalosa muestra la evidente desorganización que priva en la derruida región del Istmo de Tehuantepec, a estas alturas es necesario un mando único, un centro de control, alguien que simplemente coordine y organice, claro necesita autoridad moral y eficiencia. Algo muy escaso por estos lares.

 

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