Puente de 5 señores exhibe a dos gobiernos

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Cuauhtémoc Blas

 

Los camiones grandes ya no pueden transitar sobre el puente elevado de Cinco Señores en Oaxaca de Juárez. Policías apostados en las estradas les impiden el paso. Sin embargo, Gabino Cué, el responsable de esa construcción ni sufre ni se acongoja, fiel a su estilo desenfadado seguirá paseando con su nieto seguro de sus pactos con quienes le sucedieron en el poder. Lo que cobra visos de realidad cada vez más.

 

El peligro que representan las fallas evidentes desde siempre del puente no sólo confirma la escandalosa corrupción del gobierno pasado, también arrastrará consigo la credibilidad del naciente gobierno actual

 

Es decir, estará a los ojos de todo el mundo la complicidad entre ambos gobiernos, ya que no es posible que tanta negligencia y desvío de recursos, que supone una obra de la más pésima calidad quede sin castigo. Aunque, ¿a alguien le importa, además del dinero, la credibilidad?

 

No digamos que quede sin investigación, mañana pueden salir los del gobierno muratista a decir que “caerá todo el peso de la ley sobre los responsables”, sin que nunca les caiga nada. Seguro será ese pobre de Alejandro Avilés, a quien han convertido en el villano favorito, como si no supieran que está ahí para mandar obedeciendo… a sus patrones.

 

Si hay acuerdos soterrados de no tocar a Gabino, que al menos otros responsables de tanto latrocinio vayan a la cárcel. Es una necesidad social, la gente pide algo de justicia al menos. O ¿Cómo explicará el nuevo gobierno que nadie reciba un castigo por tan notoria ineptitud?

 

Por ser la única obra voluminosa del sexenio pasado, es donde pudo y pueden verse todas las miasmas de dicho gobierno: autoritarismo, improvisación, despilfarro y corrupción. Los que condenan a Layín, el edil de San Blas Nayarit, quien confesó que robaba poquito, no saben agradecer, ya quisiéramos por estos lares patriotas semejantes.

 

Concebido con fallas estructurales

 

Desde que se construía el puente, en medio de la oposición de ciudadanía y sociedad civil, hubo señalamientos de fallas estructurales, incluso se publicaban fotografías con esas fallas. Entre las alertas que se daban estuvo lo del hundimiento de un pilote sostén del puente, lo que dio pie a las denuncias de que había errores de cálculo.

 

La sociedad civil aún creía que podía corregir las malas decisiones de ese gobierno que llegó al poder con apoyo popular y propuestas democráticas, por lo que diversas organizaciones de ciudadanos y de profesionales de la arquitectura alzaron la voz para detener la arbitraria e insostenible improvisada decisión de construir ese puente elevado. La principal organización opositora fue Pro-Oax de Francisco Toledo.

 

También los constructores oaxaqueños desplazados de esa construcción hacían señalamientos técnicos y administrativos, como que dicha obra fuera adjudicada en licitación amañada a una empresa de fuera, sin experiencia en ese tipo de trabajos, además vinculada a José Murat, Constructora del Sureste S.A. de C.V. Otro pequeño escollo para las aclaraciones.

 

Puente inservible en apenas un par de años

 

Hoy, al paso de apenas un par de años, el tiempo da la razón a quienes hacían la crítica: desde su concepción, construcción y conclusión esa obra estaba en todo mal. Un arquitecto de fama internacional, Alberto Kalach, echó abajo técnicamente los argumentos del gobierno, dijo que lo urgente era modernizar la flota vehicular del servicio de transporte, eliminar a los taxis de cinco plazas cambiándolos por urbanos o metrobús con paradas fijas.

 

Dictaminó también el especialista eliminar ese puente elevado hoy de nuevo en cuestión y hacer “sólo el túnel o sólo el puente, no las dos cosas”. Pero como no se trataba de hacer bien las cosas sino negocios con dinero público, el gobierno del “cambio” ni caso le hizo. Doble contra sencillo que todo esto quedará impune.

 

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