Oaxaca, su peor final de sexenio

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Cuauhtémoc Blas

 

Es muy inexacto que Oaxaca viva hoy algo común de los finales de sexenio. Siempre hay agitación y limitaciones, pero lo que pasa hoy no tiene comparación. Es terrible. Familias, cientos, miles de familias en bancarrota. Se ha acentuado la emigración de oaxaqueños. El desastre durante estos seis años, es total.

 

Será largo escribir la crónica de este otro mal gobierno de Oaxaca, el peor de todos. Dejemos los guarismos de la deuda pública, cerca de 30 mil millones de pesos. El daño concreto a las familias es ominoso.

 

Oaxaca es un estado sin industria, sin empleos fabriles, y los gobiernos son el motor de su economía, el gobierno federal con sus delegaciones y, sobre todo, con los recursos que dilapida aquí la SEP en 80 mil maestros. El gobierno del estado y los gobiernos municipales.

 

Las empresas, medianas y pequeñas, han subsistido de proveer a esos gobiernos, sobre todo al estatal y al municipal de Oaxaca de Juárez en la capital. Esta última, salvo el troglodita de Luis Ugartechea ex edil que se fue sin pagar deudas, la mayoría cumplía antes sus compromisos.

 

Pero hoy por primera vez el gobierno saldrá sin pagar a miles proveedores. En algunas dependencias han decidido ser objetivos y decirles de una vez: no podremos pagarles. Así, con esa claridad. En otras dependencias les dan falsas esperanzas, “en estos dos meses saldrá, aguanten y sígannos proveyendo”. Es mentira, no hay con qué pagarles. Si sale algo, les han dicho los sinceros, será para abonar a quienes se les debe de 2015.

 

Irresponsable insolvencia del gobierno

 

Un proveedor beneficiado con esa sinceridad de que no le pagarán casi llora, “ahora, ¿cómo le digo a mi esposa que no habrá dinero, y nuestras deudas y los pendiente y las colegiaturas… y Hacienda?”. Eso nada le importa al reducido grupo que maneja el erario de Oaxaca, los 80 mil millones de pesos anuales de los llamados presupuestos históricos sólo sirvieron para empobrecer más a la entidad y para llevar a la ruina a empresas y familias. En el fracaso de millones de oaxaqueños se basa el éxito de unos cuantos en el gobierno.

 

Las pruebas de esta irresponsable insolvencia están a la luz, por la falta de pago a los dueños de los camiones que transportan a empleados a los dos complejos administrativos, casi toda una semana no hubo servicio en ambas. No pagan los salarios de los burócratas de confianza; tampoco a los del COBAO; deben a los becarios…

 

Los proveedores de papelería ya no le surten al gobierno del estado, de manera que oficinas como las del Registro Civil no están expidiendo actas de nacimiento y pronto ya no tendrán para actas de defunción. No, no es un final de sexenio cualquiera.

 

Cándido Santiago: “son unos ingratos”

 

Pintor que ya consolida su exitosa carrera, acaba de exponer en la Casa de las Bombas de la UAM y expone actualmente en Espacio Copal, Matamoros 305, Oaxaca. Vecino del legendario Barrio del Polvo, que le imprimió esa bravura imperceptible a simple vista. Solidario de las causas sociales, protagonista del 2006 contra el “Tirano”. Nos habla de las dubitaciones de Alcázar con ellos en ese trance y de la solidaridad inmediata de Toledo con los artistas detenidos.

 

Todo lo que pasamos sólo sirvió para la desgracia de Oaxaca con este gobierno que pusimos, se lamenta. Incluso, agrega, aquellos a quienes apoyamos, encumbrados como diputados o presidentes ni nos ven. “Hace un tiempo tenía necesidad de vender un cuadro y le llamé al entonces diputado Flavio Sosa para ofrecerle: ´no tengo dinero´, me dijo seco”. ¿Sin dinero el conocido zar de los taxis foráneos?

 

Quien sí me pidió media docena de cuadros pero no me pagó, sostiene el pintor, es Víctor Amado López Hernández (su ex compañero de aquellas Barricadas), presidente municipal y líder vitalicio del PRD en San Jacinto Amilpas. Escribe al menos, dice Cándido, que son unos ingratos.

 

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