Magisterio hunde a Oaxaca

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Cuauhtémoc Blas

 

Son de verdad incontables los daños del magisterio de Oaxaca a la vida estatal. Imposible enumerarlos en un pequeño espacio, haría falta un libro de más de 300 páginas. Daños en la economía, en la cultura, en la educación, en suma, en el bajo grado de civilización a que nos han condenado.

 

Condenados a ser una sociedad cuasi ignorante y violenta, no sólo por la violencia de la delincuencia común y la organizada, sino porque no cabe duda que es real ese lugar común de que se educa con el ejemplo, lo que también funciona en este caso, pero al revés, los maestros oaxaqueños maleducan con su mal ejemplo.

 

Maleducan con su mal ejemplo

 

No pocas veces nos hemos topado en carreteras con grupos de muchachos que con una soga detienen la circulación en un tope para exigir dinero para el compañerito enfermo, o en diciembre para la fiesta de la virgen de la localidad, en la Costa, en el Istmo, por ejemplo (tenemos algunas fotografías al respecto). A tono con lo que ven que hacen sus mentores.

 

O grupos de pobladores que cuando las hordas magisteriales bloquean las carreteras ellos cierran las calles que podrían servir de desahogo, para igual que los primeros exigir dinero por dejar transitar a los vehículos. Casos concretos hay a pasto.

 

En Matías Romero los transportistas tenían que pagar aduanas magisteriales o de vecinos por dejarlos transitar por sus calles, como en la calle prolongación de Allende, colonia Barrio Juárez Sur donde cobraban 30 pesos para permitir que los vehículos evadieran por ahí el bloqueo de la carretera transístmica rumbo a Tuxtepec, Veracruz y la Ciudad de México. A este ilegal negocio lo llamaron coloquialmente “Empleo temporal”. Ingeniosos, creativos, bandoleros.

 

Magisterio, obstáculo

 

El magisterio no sólo en un fenómeno que algunos comentaristas quisieran dejar en el plano de un elegante análisis social, cual si se tratara de un movimiento con perspectivas de alguna propuesta para Oaxaca. Nada de eso, estamos ante un fenómeno destructivo que nos tiene en los últimos lugares de los indicadores nacionales e internacionales de calidad educativa.

 

No es una exquisita teoría de guerra de posiciones y de movimientos gramsciano, el magisterio de Oaxaca es el principal obstáculo para cualquier proyecto de mejoría económica, social, educativa, cultural de la entidad. Movimiento violento que agrede, golpea y hasta muertos arroja periódicamente como el padre de familia opuesto a seguir con el cierre de la escuela, quien cayó muerto a balazos en la Mixteca. Además de sus ajusticiamientos internos.

 

El sistema educativo de Oaxaca, que debería ser la esperanza de movilidad social, la base de la meritocracia para la superación de los mejores, es hoy el más fuerte obstáculo para que la gente pobre con talento e inteligencia salga adelante; el sistema educativo de Oaxaca, sostenido por le S 22 y los gobiernos federal y el estatal, garantiza la perduración de la miseria de este estado. Y si ese sindicalismo mafioso persiste, Oaxaca no tiene esperanza de un futuro mejor.

 

Iniciativa privada, el demonio

 

Para ellos la única ocupación aceptable es la de profesor, burócrata o cualquier otro dependiente del erario; para ellos la iniciativa privada no sólo es mala, es casi un pecado condenable desde su sola mención. Odian por igual a quienes tienen una empresa transnacional o un pequeño café o restaurante.

 

Para ese magisterio extraviado, todos esos son burgueses despreciables que no merecen consideración alguna. Aunque uno de ellos con doble plaza o cargo en el IEEPO, o en su sindicato o con Carrera Magisterial gane más que el dueño de uno de los modestos restaurantes y hoteles de 10 cuartos que tienen bloqueados en el Zócalo de Oaxaca, junto con los humildes meseros, maleteros y empleados sin propina y muchos ya sin empleo.

 

En vez de educar a los jóvenes con la idea de ser líderes creadores de sus propias empresas, ciudadano creativos que no tuvieran que pedir “chiche” al gobierno para ser burócratas, para vivir del erario, condenan, atacan, destruyen todo lo que es iniciativa privada. Cualquier puesto de tacos, nos enseñó Gabriel Zaid, produce más que cualquier puesto de burócrata que sangra el erario. Claro, alguien ha de ocuparse de la administración pública, incluso hay carreras profesionales al respecto, pero ahí deberán estar personas con genuina vocación de servicio público.

 

América Latina está hundida y pobre por la debilidad de su iniciativa privada, por la falta de un empresariado capaz, que creara empresas competitivas en el ámbito internacional, que desarrollara las fuerzas productivas, que hiciera su propia revolución industrial. En este aspecto México está igual y Oaxaca peor. El gobierno no crea empresas, sólo está o debiera estar para garantizar el Estado de derecho y la paz social que se requiere para el crecimiento económico.

 

La idea del magisterio de agredir a quienes proveen de los impuestos con los que les pagan sus no devengados salarios es irracional, es de una ignorancia o menosprecio supinos. ¿Y ellos son los que educan a nuestros niños?

 

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