Sucesión en Oaxaca, tema nacional

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Cuauhtémoc Blas

 

Como nunca Oaxaca está hoy muy atendido por los llamados medios nacionales rumbo a la nominación de los candidatos a la gubernatura, sobre todo del PRI (por la posibilidad de que éste retome el gobierno estatal), y en menor medida del PRD. Analistas y columnistas esbozan sus opiniones, emiten sus juicios. Pocos tienen el panorama amplio de lo que sucede en la entidad, sin embargo, lo que destacamos acá es la gran atención que tiene hoy Oaxaca.

 

Destaca también que la mayor parte de ese material de opinión se inscribe en la actual coyuntura política, donde ocupa importancia central la disputa de los grupos políticos de los ex gobernadores Diódoro Carrasco, José Murat y Ulises Ruiz. Aunque en general se dice que será el centro, partidista y del gobierno federal, quienes decidirán al candidato.

 

Centro, ¿control o cacicazgo?

 

No son pocas las razones para que los grandes decisores del centro se ocupen con mayor profundidad de la sucesión en Oaxaca. No sería atrevido aventurar que así como el centro hizo todo para recuperar el control del servicio educativo, de esa franja del gobierno que había perdido, trate de recuperar también el control del gobierno estatal o de no perderlo como desde que se incluyó hace más de tres años al conocido priista Alfonso Gómez Sandoval como secretario General de Gobierno de Oaxaca, en los hechos se dio un co-gobierno PRI-Gobierno del “cambio”.

 

Recuperar ese margen de control pasaría por no permitir la consolidación de cacicazgos estatales como en los primeros tiempos del PRI. Cacicazgo que hoy se disputan por el PRI los ex gobernadores José Murat y Ulises Ruiz, con sus precandidatos. Además, esos dos equipos ya dieron muestra de lo mal que administraron Oaxaca.

 

El tremendo hecho social de 2006 que se incubó desde el sexenio de Murat y estalló en el de Ulises, es insoslayable. Diódoro Carrasco, hoy panista, maniobra desde Puebla con la posible alianza PRD-PAN con su hombre, José Antonio Estefan, su malogrado delfín de 1998. Más con éste que con Candiani con quien también ha sostenido importante relación política.

 

Candiani y Murat, amigos de Peña

 

Con la irrupción en las precampañas de Gerardo Gutiérrez Candiani, quien en un hecho sin precedente, al menos en Oaxaca, se lanzó con el aviso de que aceptaría el registro de cualquier partido, aunque con especial atención al del PRI. Su relación estrecha con el presidente Peña Nieto le ha ganado notoriedad entre los mencionados.

 

De igual forma, Alejandro Murat sostiene añeja relación con el presidente Peña desde el gobierno de este último en el estado de México, donde fue su colaborador. Alejandro dejó

 

intempestivamente el INFONAVIT para poder aspirar a ser candidato. De otra forma tendría otro escollo, además de su falta de residencia y de no haber nacido en Oaxaca.

 

Mariana y Gómez Sandoval

 

Mariana Benítez, vinculada al grupo gobernante federal con su padrino Murillo Karam, ex procurador General de Justicia, con una meteórica carrera como funcionaria y una diputación federal plurinominal; y vinculada al gobierno de Oaxaca con su hermano Alberto Benítez Tiburcio, subsecretario de Finanzas del gobierno de Oaxaca y otros de ese equipo, ante este aparente panorama de indecisión de su partido el PRI, o al menos de indefinición, acentuó su presencia levantando la mano en busca de la candidatura.

 

Un trabajo importante de Mariana fue que como Subsecretaria de la PGR se ocupó de armar la denuncia efectiva que tiene en la cárcel a la ex líder moral del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE), la “maestra” Elba Esther Gordillo Morales. “La demanda no se va a caer”, expresaba ufana la profesional del derecho a los medios de comunicación.

 

Sin ruido pero muy presente figura el ex secretario General de Gobierno Alfonso Gómez Sandoval. Quienes lo conocen sostienen que este priista, disciplinado a ultranza, no habría renunciado sin el visto bueno de su dirigencia partidista. Con su amplia red de subsecretarios de gobierno en las regiones de Oaxaca sostiene trato con los grupos políticos, y atendió un trabajo clave con el centro federal: la recuperación del IEEPO.

 

Mientras el titular de la Secretaría de Turismo y Desarrollo Económico paseaba o buscaba hacer el negocio del Centro de Convenciones, Gómez Sandoval atendía la consulta indígena para el asentamiento de la empresa Eólica del Sur en el Istmo de Tehuantepec y a los inversionistas que habrán de arribar a Salina Cruz.

 

Es lo que hay en el estado de Oaxaca, entidad con severos conflictos políticos, agrarios y educativos, que exige la mano de alguien que domine ya esos temas, pues poner a gobernar a quien apenas va a conocerlos no sólo es un riesgo sino un grave peligro. Oaxaca está en vilo, con la ominosa posibilidad de regresar a un pasado caótico nada lejano.

 

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