La evaluación a la S 22

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Cuauhtémoc Blas

 

Cuando escribimos esto se dan las escaramuzas frente a la ciudad administrativa del gobierno de Oaxaca. No se exagera si apuntamos que ahí se empieza a decidir finalmente el éxito o retraso de esta política pública federal, “la reforma educativa”. La Sección 22 del SNTE de Oaxaca constituye el 70 por ciento de la membrecía de la opositora gremial CNTE, esto es, la mayor fuerza para buscar abollar dicha política pública.

 

Tanto la Sección 22 como el gobierno federal llegaron a la coyuntura de sus límites. El segundo porque aunque quisiera ya no puede ceder irresponsablemente como antes. La élite dirigente de la S 22 porque se juega, con esta primera fase de la evaluación educativa, su existencia. Si el gobierno federal logra evaluar ahora y en lo sucesivo a un número considerable de profesores, se alza con el triunfo; si la S 22 logra impedirlo, pospone su agonía.

 

Se preguntará algún lector (alguno habrá) por que no incluimos acá al gobierno de Oaxaca; la respuesta es, por ser un ente simplemente inocuo. Si el gobierno federal no lo hubiera invitado ( ¡ ) a combatir a la S 22, hoy seguiría subordinado a esa camarilla de poder fáctico que tanto lo maltrató y exhibió. Los funcionarios de ese gobierno seguirían de tiempo completo sin distracción dedicados a lo único que los inspira, amasar fortunas privadas con recursos públicos.

 

Muy lejos está hoy la camarilla dirigente de la S 22 de imponer sus caprichos como antes, apenas está ahora para sobrevivir. La 22 como Sección del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE) no desaparecerá, es obvio. Quienes pueden perder sus privilegios y mina de oro es esa camarilla, por eso han cerrado filas; por eso se juntaron agua y aceite de ex dirigentes que ven en inminente peligro su mina de oro.

 

¿Por qué ya no puede ceder el gobierno federal ahora ante la S 22 para evitarse escándalos? Una es obviedad, pues no puede poner en riesgo la única de sus reformas estructurales que aún le queda viva, después del fracaso de la fiscal y de la petrolera. Otra, es no ceder su principio de autoridad ante un grupo reducido de opositores que no representan de todas maneras ni el 5 por ciento del magisterio nacional. De acuerdo a informaciones creíbles, más del 95 por ciento del magisterio nacional ya se ha evaluado. Y otra es que la derrota en Oaxaca, además de dejar mal parado a Peña Nieto, dejaría débil al delfín Aurelio Nuño rumbo a la candidatura priista por la presidencia de la república.

 

Estaba cantado que cuando la mafia que contrala la S 22 perdiera el control del IEEPO perdería el poder sobre los trabajadores de la educación, quienes sufrieron muchos años a esa nomenclatura autoritaria y voraz. No son pocos quienes hoy, ahora sí, no sólo la desdeñan sino critican abiertamente a sus dirigentes. Hartos de ellos y sus arbitrariedades, sus ventas de plazas y de horas, sus extorsiones económicas y sexuales y de su patrimonialismo: la dirigencia de la 22 era, además, un enorme clan de familias que se repartían, fueran o no maestros, cargos, puestos, plazas, horas-clase. Los menos preparados con grandes sueldos; los capaces y preparados, con bajos sueldos. No por nada Oaxaca está desde hace mucho en los últimos lugares de los indicadores de calidad educativa de México. Algo que extrañamente no ven las plumas que sólo defienden a los buenos “revolucionarios” maestros contra el malo gobierno.

 

En la trinchera “revolucionaria” de la S 22 y el IEEPO aún está enquistada esa camarilla de otra genial impostura que con banderas de izquierda, de indigenistas, de artistas o culturales ha sido la gran beneficiada de esta degradación educativa y civilizatoria del Oaxaca profundo… pero en miseria.

 

Absurdo es que después de que los gobiernos federal y estatal durante décadas fortalecieran a su Frankenstein, hoy tengan que recurrir a toda la capacidad del Estado para someter a su engendro. Finalmente esos gobiernos son los culpables de esta otra desgracia de Oaxaca. Que no se quieran ahora alzar como los buenos. A ellos y a la mafia de la S 22 les queda bien la sentencia juarista: “Malditos aquellos que con sus palabras defienden al pueblo, pero con sus hechos lo traicionan”.

 

Que hoy sábado 28 de noviembre de 2015 quienes han destruido la educación y posibilidades de emancipación de legiones de oaxaqueños durante 35 años se haya quedado solos —ni siquiera lograron hacer marchar a 3 mil maestros— y que apenas la canalla tribal de grupos de chantaje político, incluidas ONG,s trasnochadas y sin sentido se les hayan sumado les dibuja su futuro: quedarse definitivamente en el pasado.

 

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