.- LOS ATROPELLOS DEL JURADO DE SECULTA Y UABJO PARA LA IMAGEN DE LA GUELAGUETZA 2023

CUAUHTÉMOC BLAS

 

Nunca en la historia de la Guelaguetza se habían padecido tantas arbitrariedades como en este 2023. Los atropellos del personal de la SECULTA y de la Escuela de Bellas Artes de la UABJO, cobijados por la Secretaría de Turismo, que conformó el jurado seleccionador de la Imagen de la fiesta, son incontables.

 

En la SECULTA, donde se esperaba a Lila Downs como titular, esta dejó a un inexperto; los de Bellas Artes, llevaron sus vicios “porriles” propios de la UABJO, con su nepotismo y conflicto de intereses; y en Turismo no saben ni de qué se trata la Guelaguetza.

 

Buena parte de los 75 participantes sostienen que el culpable de todo fue el jurado, que premió y luego descalificó al ganador. Este es un importante testimonio a ese respecto: https://revistaenmarcha.com.mx/miscelanea/3348-2023-03-22-04-01-36.html

 

NO FUERON ERRORES, SINO MALAS DECISIONES

 

Quienes cometieron la cadena de arbitrariedades en el Concurso de la Imagen de la Guelaguetza 2023, todo indica, no sufrirán ninguna consecuencia. Violar una y otra vez las normas de la convocatoria para dicha selección no es equivocación o pifia, sino malas decisiones.

 

Hay que situar el contexto en que se dan esos hechos. Destacan dos, por lo pronto: el factor 2024 con la designación de la candidatura de senador o senadora de Morena, y, segundo, la añeja política de gobiernos de cuotas y cuates.

De lo primero, no es extraño que toda la responsabilidad se le adjudique, casi uniformada en la mayoría de portales e informaciones, a la preferida del gobernador, Saimy Pineda; de lo segundo, a la entrega de la SECULTA como cuota al grupo de la cantante Lila Downs y Natalia Toledo, cuyo beneficiado, Víctor Vásquez Castillejos, carece de experiencia en administración pública.

 

Repasamos rápidamente los hechos, que son ya muy del dominio público: la premiación a un joven participante en el Concurso para seleccionar la imagen oficial la Guelaguetza, su descalificación, el despojo de su premio y la entrega del premio a otra persona.

 

GENTE DE SECULTA Y UABJO INTEGRÓ EL JURADO

 

Lo que hay que dejar claro desde el principio, es que todas estas malas decisiones fueron cometidas por personal de la SECULTA y de la UABJO, con su Escuela de Bellas Artes ahora llamada Escuela de Artes Plásticas y Visuales, más conocida con el primer nombre.

 

Lo anterior, bajo los auspicios de la Secretaría de Turismo, que solo lanzó la convocatoria y se cruzó de brazos a ver cómo transgredían esas normas y crucificaban a la titular de dicha Secretaría. Toda la responsabilidad fue adjudicada a la poco docta titular de esa Secretaría, Saymi Pineda, egresada de la UMAR, quien lo mismo dice que Oaxaca cuenta con cinco regiones y no ocho, así como que Oaxaca espera mucha “visitación” gracias a su “anfitrionía”.

 

El rector espurio de la UABJO —otro impuesto de manera arbitraria, sin respetar la Ley orgánica de la misma—, Christian Eder Carreño, es responsable de un escrito emitido por una de sus escuelas que reclama el manejo desaseado de la premiación del cartel de la Guelaguetza. insólito, pues la misma UABJO es responsable directa del desaguisado. El personal adscrito a la Escuela de Bellas Artes, fue quien como jurado calificó y descalificó y volvió a otorgar el primer lugar del concurso.

 

Esa camarilla universitaria no ignora, pero creen que todos nosotros sí, que quien gobernó ese jurado es profesor de grabado de la Escuela de Bellas Artes de la UABJO, Enrique Guijón, quien incluyó a su esposa en dicho jurado, Salime Gutiérrez, así como su alumna en esa misma Escuela, Alma Patiño. El primer ganador del concurso, luego desconocido, fue Luis Fernando Ramírez García, también alumno de grabado de Guijón en Bellas Artes. Nepotismo, favoritismo, conflicto de intereses. Las lacras de la UABJO trasladadas ahí.

 

Otro miembro del jurado fue Jorge Bueno Sánchez. Al cronista de los “moches”, desde Ulises Ruiz hasta Javier Villacaña —este último lo impuso como cronista municipal—, con que le den obra para su constructora, se ajusta a lo que sea. ¡Vaya jurado!

 

SECULTA se coordinó muy bien con los anteriores al darles el control del jurado de marras. El inexperto secretario de Cultura, Víctor Vásquez Castillejos designó a Feliciano Marín Valdivieso, director de Atención Cultural Comunitaria, para hacerse cargo de calificar los trabajos. Este designó como jefe del jurado, prácticamente, a su subordinado, Enrique Gijón, también director del Taller de Artes Plásticas Rufino Tamayo, adscrito a esa Dirección de Atención Comunitaria de SECULTA, además de profesor de la UABJO.

 

La coordinación entre SECULTA y UABJO funcionó perfectamente para dar al traste con esta actividad esencial de la Guelaguetza: elegir la imagen más adecuada para la festividad. Hicieron lo que les vino en gana, al fin que tenían a quien cargarle sus atropellos: a la de Turismo.

 

ARBITRARIEDADES EN EL CONCURSO IMAGEN GUELAGUETZA 2023

 

1. Designar como jurado a personas vinculados a los concursantes, maestros y compañeros de estos en esa escuela de la UABJO, lo que supone conflicto de intereses desde el principio.

2. Premiar, en primera instancia, el profesor Enrique Guijón, a su alumno de grabado de esa Universidad, Luis Fernando Ramírez García, inscrito en el sexto semestre de licenciatura en artes plásticas.

3. Cambiar el monto del premio de 25 pesos mil establecido en la convocatoria a 50 mil pesos.

4. Sostener en la convocatoria la participación del Comité de Autenticidad, sin que este haya integrado el jurado, como se establece. (Si SECULTA había anunciado que prescindirían de ese Comité, debieron modificar ese punto como lo hicieron con el monto del premio).

5. Violar la convocatoria que exigía que los trabajos concursantes fueran “originales e inéditos”.

6. Quien en la primera premiación fue beneficiado con el segundo lugar, también fue desconocido al no cumplir con el requisito anterior, de lo que no se percató el jurado.

7. Violar el punto de la convocatoria donde establece que la decisión del jurado sería inapelable.

8. Descalificar al alumno de grabado que ya había sido premiado con el primer lugar.

9. Realizar otra selección y entregar el primer lugar a otra persona, cuando la secretaria de Turismo anunció que se calificaría con la participación del público. Nadie le hace caso.

 

REUNIÓN CON LOS CONCURSANTES LUEGO DE LA DESCALIFICACIÓN

 

En la reunión de los participantes del concurso con las autoridades estatales, antes de que el ya desprestigiado jurado emitiera su nueva falla, los primeros exigieron que se cambiara de jurado, que no podía ser el mismo. No les hicieron caso. Insistieron en afirmar que toda la culpa de lo sucedido era del jurado, y que no deberían seguir. No fueron los medios de comunicación ni las redes quienes cambiaron el veredicto anunciado como inapelable, fue el jurado, dijeron. De paso revelaron la forma fraudulenta como en otros años se ha decidido el primer lugar de este concurso.

 

De entrada, desmintieron a la secretaria de Turismo quien afirmó que los concursantes habían rechazado la calificación a través de la participación ciudadana, ello porque la ciudadanía no sabía de arte, lo cual es mentira, dijeron. Lo que rechazaron es que la votación fuera por QR, nada más.

 

El acuerdo entre las autoridades y los participantes del certamen, afirmaron, fue que cada concursante explicaría su obra para su calificación y no se hizo. Al contrario, de manera repentina apareció la decisión del jurado, misma que, aseguran, se tomó en lo “oscurito”. Y fueron más lejos al revelar las mismas transas en la premiación de la Noche de Rábanos.

 

Llama la atención el regaño de uno de los artistas a una funcionaria de la Secretaría de Turismo quien expresó que ella nada sabía de arte. Si no sabes, le dijo prácticamente, no deberías estar en ese cargo sino la gente que sabe. Si la prensa se entera de esta confesión de ignorancia, imaginen que va a decir la gente: en manos de quién estamos los artistas. Otro funcionario intervino para recalcar que él tampoco sabe de arte, que si compra obra es porque gusta a sus ojos, y que considera que las pinturas de Rodolfo Morales parecen dibujos de niños.

 

En este audio, que da cuenta de esa reunión, quedó registrado dicho testimonio que debe ser público en aras de la transparencia: https://revistaenmarcha.com.mx/miscelanea/3348-2023-03-22-04-01-36.html

Una debilidad adicional del gobierno estatal exhibido en este escándalo, es la falta de gente capaz en control de daños en comunicación institucional. Algo intentaron al publicar profusamente en portales y medios que ya había un ganador y punto. Con ello solo agudizaron la molestia del público. Además de exhibir de más la pésima dinámica en que se desarrollaba el certamen, pues horas más tarde el jurado revocó su veredicto. Nadie intervino para cuidar la imagen de la celebración que estaba siendo afectado por ese jurado, al que dejaron proseguir con sus daños.

 

EL CONTEXTO POLÍTICO

 

Las sucesiones de 2024 ya están en todo México y en Oaxaca. La puja por los puestos de elección popular hace rato que inició. En el contexto de la designación de candidata y candidato a senadores por Oaxaca, se pueden entender varios movimientos y protagonismos. Ello puede explicar que en estas arbitrariedades de la Guelaguetza se eche toda la culpa, profusamente, a una de las aspirantes al Senado más cercanas al gobernador, Saymi Pineda.

 

Irma Juan Carlos, actual diputada federal, aparece a menudo en las primeras planas de los periódicos locales y en medios digitales. Desde el proceso anterior de búsqueda de la candidatura al gobierno de Oaxaca dejó ver sus pretensiones. La senaduría es el paso obligado para volver a aspirar al cargo.

 

Nino Morales, el político fogueado en San Blas Atempa —muchacho de cachucha y tenis—, es otro aspirante al senado, también cercano al gobernador. Jesús Romero “Charbelín”, es un aspirante más. Estos son los más notorios en busca de tal cargo, hasta ahora. De manera que el consabido fuego amigo será lo cotidiano.

 

LAS CUOTAS EN LA FUNCIÓN PÚBLICA: LILA DOWNS

 

La titularidad de la Secretaría de Cultura de Oaxaca (SECULTA) permanecía acéfala al inicio del nuevo gobierno del estado. El gobernador anunciaba que próximamente asumiría el cargo una importante exponente de la cultura oaxaqueña. Por las señales nadie dudaba que la aludida era la antropóloga, cantante y empresaria, Lila Downs.

 

Tal personaje arribó a Oaxaca una mañana al aeropuerto Benito Juárez. En su cuenta de Facebook anunció que estaba acá y tomaría un taxi. De manera sorpresiva el público le reclamó su excesiva modestia, pues no era una ciudadana de escasos recursos para andar en taxi; que ni siquiera vivía en Oaxaca para ocupar un cargo público importante. El rechazo fue largo y sostenido.

 

Cómo saber si eso la hizo desistir de ocupar la Secretaría de Cultura estatal. El hecho es que, luego de unos días apareció en tal cargo el juchiteco Víctor Vásquez Castillejos, “Víctor Cata”. Un personaje sin antecedentes en la administración pública, dedicado a la academia indigenista, ganador de reconocimientos por su labor de antropólogo y defensor de las raíces autóctonas, en cuyo currículo solo aparece que entre “2018 y 2022, laboró en la Subsecretaría de Diversidad Cultural de la Secretaría de Cultura de México”. Cuando Natalia Toledo ocupó esa Subsecretaría.

 

Independientemente de la labor de este grupo de amigos, está visto que acometer tareas de administración pública es un asunto que exige otras habilidades, más en el conflictivo Oaxaca. El viejo recurso de formar un gobierno simplemente de cuates y cuotas, sigue siendo un lastre.

 

No por nada, SECULTA carga hoy con la mayor responsabilidad al designar a un jurado calificador con personal inscrito en su nómina. Las fiestas de la Guelaguetza iniciaron con una “manchota” indeleble, tanto a nivel estatal como nacional e internacional, a decir de los concursantes inconformes.

 

ESTO AÚN NO ACABA: NUEVAS EXIGENCIAS

 

Circula una petición en change.org denominado: Respetar lo establecido en la convocatoria Cartel de la Guelaguetza (https://chng.it/d4tXSqJKVf), donde los firmantes exigen sea restituido el premio al primer ganador. La exigencia es para al gobernador de Oaxaca:

 

“Que se cumpla con las bases de la convocatoria, emitida por la Secretaría de Turismo del Estado de Oaxaca, en el inciso que dice ´El fallo del jurado será inapelable´ y por tanto, se restituya, al legitimo ganador del concurso, Luis Fernando Ramírez García, el premio correspondiente y a la obra ´Bordados de tradición e identidad´ el derecho a ser la imagen oficial de la Guelaguetza 2023”.

 

“ORIGINALIDAD” Y “HERMANAMIENTO: DEMAGOGIA

 

Una administración pública proactiva, luego de tan contundentes malos resultados iniciales, consideraría hacer cambios en esas Secretarías. No hay conocimiento del fenómeno social y económico que se está tratando como es la Guelaguetza.

Vásquez Castillejos sigue con su demagogia de “originalidad” y de “hermanamiento”. Ya hemos preguntado ¿De dónde sacará ambas lindezas? No le han informado que desde 1931-1932, cuando se diseñó el Homenaje Racial, antecedente directo de la Guelaguetza, fue explícito que sería un “espectáculo racial con innovaciones”.

 

En 1951 los ricos comerciantes locales y la autoridad municipal decidieron que, retomando el Homenaje Racial, desde entonces sería un espectáculo para atraer al turismo, un espectáculo para ser consumido por visitantes. Tampoco sería de hermanamiento, pues el público esperado, desde entonces y hasta hoy, no es indígena.

 

El Auditorio Guelaguetza, construido desde la Secretaría de Educación Pública, por quien fuera gobernador de Oaxaca, el tuxtepecano Víctor Bravo Ahuja, fue concebido en su arquitectura al estilo de los teatros griegos, foros al aire libre. Devolver parte de su originalidad a la fiesta —ofrecida por la SECULTA— sería con retirarle ese adefesio llamado velaría que la cubre desde hace más de 12 años. Cumplir con el hermanamiento supone no cobrar las entradas al Auditorio para el libre acceso del pueblo.

 

Nada de eso se vislumbra, pues ya circula en internet el ofrecimiento de hoteles de Oaxaca donde incluyen, por un monto de entre 7 mil 500 a 14 mil pesos, alojamiento por cuatro noches y cinco días y boletos para el espectáculo en el Cerro del Fortín.

 

Los boletos para entrar a la fiesta están a 1 mil 52 pesos y 1 mil 331. Es claro que ni el pueblo bueno de México ni el de Oaxaca entrará a ese “hermanamiento”. Solo muy pocos en los últimos espacios del auditorio, lejos de los participantes de la Rotonda de la Azucena.

 

¿Que el hermanamiento será entre las delegaciones participantes? Lo que hemos visto es que las delegaciones de municipios ricos, los de la Costa, Istmo y Tuxtepec, se alojan en mejores hoteles, donde festejan alrededor de la alberca. Los de municipios pobres en hoteles baratos.

 

Es preciso tomar decisiones urgentes. Quienes ya hicieron las cosas mal pueden hacerlas peor.

 

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