.- SUNEO, OPCIÓN AUTORITARIA EN CRISIS, UABJO DEGRADADA Y LA CAMARILLA DE LA SECCIÓN 22, CUMPLEN CON SOSTENER A UN OAXACA SIN ILUSTRACIÓN

Cuauhtémoc Blas

 

Es claro que en Oaxaca se permite y se propicia la degradación de sus sistemas educativos, con la permanencia de sistemas caciquiles como la antidemocrática Sección 22 durante 43 años y de caciques universitarios: Modesto Seara (+), 32 años en el SUNEO y Abraham Martínez Alavés, 20 años en la UABJO.

Esto se inició y continuó con toda intención, con el abierto estímulo de los sucesivos gobiernos estatales para la sostenida caída de la calidad educativa de los oaxaqueños. No es difícil identificar el propósito de tal desmantelamiento educativo: la ventaja de dominar y saquear a un pueblo no ilustrado, y, por lo mismo, indefenso. Esto se impulsó decididamente desde 1992, cuando se entregó el IEEPO a la Sección 22, y cargos y plazas quedaron al arbitrio de la facciosa gremial, y la caída de la calidad educativa fue vertiginosa.

 

SUNEO, VANGUARDIA DEMAGÓGICA ECHEVERRISTA

 

La que se presentó desde 1990 como la gran opción para el desarrollo educativo y productivo de Oaxaca, hoy, luego de más de tres décadas, está a la vista que fue otra simulación. Desde su creación, la Universidad Tecnológica de la Mixteca (UTM), fue concebida más como un ente de lucimiento político, que de búsqueda de una educación adecuada a su entorno socioeconómico en la muy pobre Mixteca.
Surgió al amparo de la fracasada política del desarrollismo latinoamericano, adoptado por el demagógico echeverrismo, que en materia educativa propaló la falsa idea de que la educación tecnológica crearía su propio desarrollo industrial. Lo que es exactamente al revés.

 

El desarrollo tecnológico siempre corre a cuenta de las industrias. Procter & Gamble, ha dedicado hasta el 30 por ciento de su facturación a investigaciones en innovación tecnológica. En México la cementera CEMEX compite a nivel internacional porque ha sido capaz de innovar, contrario a la Cruz Azul, estancada, reducida al ámbito nacional y señalada como productora de un cemento que no cumple con los estándares internacionales. No son las Universidades, sino las mismas grandes industrias las que financian sus innovaciones. Otra cosa es el desarrollo científico y humanístico.

 

¿DÓNDE ESTÁN LAS LUMBRERAS?

 

¿Dónde está el equipo de científicos o técnicos, las lumbreras formados en esas escuelas del SUNEO? ¿Al menos una individualidad verdaderamente excepcional?  Parece que no los hay, y sería insólito porque la inteligencia solo puede crecer y profundizar en la crítica y en la libertad. No en el ambiente fascistoide de esas escuelas, donde los pupitres están atornillados al piso, donde están prohibidas reuniones y charlas colectivas y donde la libertad de cátedra fue proscrita.   
En los años 80 del siglo pasado, la crítica era que las Universidades y tecnológicos eran simples proveedoras de mano de obra calificada de las grandes empresas, con egresados provistos de disciplina, habilidades y destrezas -como se decía-, pero la UTM ni eso, pues en el páramo de Acatlima y en toda la Mixteca y Oaxaca no había empresas que contrataran a sus egresados.

La UTM nació deliberadamente mal. En medio de la asfixiante demagogia del exgobernador Heladio Ramírez López, echeverrista de prosapia, oriundo de la mixteca, región donde casualmente inició la historia del SUNEO. ¿Alguien puede indicar en dónde floreció la cuenca industrial, comercial o intelectual de Oaxaca propiciada por la UTM y de quien fuera su rector vitalicio, Modesto Seara Vásquez?
Lo anterior entra en contradicción con los objetivos de la UTM: “Desalentar la emigración de los jóvenes oaxaqueños, coadyuvar en el desarrollo de proyectos que activen la economía y creen empleo”. Estos tres puntos están imbricados, aunque en simple discurso. Las primeras generaciones de la UTM salieron a otros estados en busca de empleo.

En tanto se destruía a la UABJO, fomentando el porrismo, la corrupción y desplazando a la inteligencia universitaria, hasta llegar a su aguda degradación de hoy, se incrementó notoriamente el presupuesto para la creación de decenas de campus del acrítico y sometido SUNEO. Hoy cuenta con 10 Universidades y 18 campus, en las ocho regiones de la entidad.

El personaje idóneo para tener ese control fue Seara Vásquez, autoritario, dictatorial, educado en las escuelas del franquismo de España, su patria. Hoy, sin su férreo dominio de los campus, las burocracias de cada uno quedan al garete. Si las cosas estaban mal, ahora quizá se pondrán peor. Lo ideal sería que las cosas mejorarán, y que esa formidable infraestructura educativa fuera reencauzada dentro de los marcos de una auténtica filosofía universitaria, como consciencia crítica de la sociedad. Crítica esencialmente, porque lo nuevo siempre niega dialécticamente lo anterior.

La nueva rectora, presumiblemente impuesta desde Palacio Nacional por los “Heladios”, María de los Ángeles Peralta Arias, ex secretaria de Seara, Vicerrectora de Relaciones Públicas y Gestión del Suneo en la Ciudad de México, no tiene el pulso de esas universidades y campus. Tampoco cuenta con palmarés académico. Aunque quizá un poco más que los cuadros familiares del actual gobierno estatal, que no tuvo en sus manos esta designación.

 

UABJO, DEGRADACIÓN ALENTADA

 

La Universidad autónoma Benito Juárez de Oaxaca (UABJO), escribimos hace poco, “es una Universidad sindical o laboral, gobernada por sus gremiales, con sus bandas de ´porros´. Alejada de lo académico, tiene seis sindicatos, de los cuales dos están divididos y actúan como si fueran independientes, de manera que la UABJO tiene al menos ocho grupos que presionan sobre el control de sus cargos, direcciones y los recursos”.

La Auditoría Superior de la Federación (ASF) ha señalado la irregularidad de que la UABJO presupueste “Pagos por actividades sindicales”. Son 500 millones de pesos que no se han comprobado, según la misma ASF desde 2018.
“Cada inicio de año todos esos gremios exigen aumentos y revisión de sus contratos de trabajo. Presionan con paros y huelgas, que no dejan de suscitarse durante el año, de manera que los estudiantes llegan a perder al menos dos meses de su calendario escolar. Esto afecta de manera irreversible su formación, al no cumplirse el programa de estudios. Ello sin descontar que tengan un programa y buenos maestros, pues la mayoría son de asignatura y de escasa calificación.  

 

UNIVERSIDAD DESMANTELADA

 

“Los maestros eméritos o de tiempo completo fueron reemplazados por los conocidos como “maestros-porros”, que aseguran sus votos al grupo caciquil –la elección de rector y directores es por votación universal, secreta y directa-, junto con los de sus alumnos presionados con calificaciones, fiestas y hasta violencia. Por eso la UABJO se encuentra en los últimos lugares de calidad académica de las universidades del país.

Esa es la democracia universitaria y la autonomía por la que dicen que el hoy excarcelado “Chapito”, ex rector Eduardo Martínez, lo crucificaron en la cárcel. Quieren autonomía para seguir gozando de impunidad. Lo único que dan a cambio al poder estatal es la “gobernabilidad”, más bien pasividad, de una universidad acrítica y en ruinas.

Esto se ha dado a lo largo de más de 40 años, con el visto bueno de todos los gobiernos estatales. Lo que universitarios y gobernantes se disputan es el control de la rectoría y de los recursos de la UABJO. Ahora hasta cobran cinco, siete y 15 mil pesos de inscripción, y hasta 150 mil un ingreso a la Facultad de Medicina.

 

UNIVERSIDAD COMUNAL, OTRA COMEDIA

 

Otra comedia se da en la llamada Universidad Autónoma Comunal de Oaxaca, autorizada rápidamente por el gobierno muratista y dirigida por un sonoro personaje, quien en agradecida correspondencia hacia sus benefactores expresó en la inauguración de su plaza: “ESTA UNIVERSIDAD NO VA A VENIRLES A DAR ALGO NUEVO, sino enriquecer lo que ya saben, lo que piensan, lo que son, lo que realizan, aquí no habrá alumnos, sino se construirá el conocimiento trabajando, mirándonos a los ojos”.

En síntesis, lo que Jaime Martínez Luna dijo fue: No se preocupen señores del poder, acá no habrá crítica ni innovación, ni cuestionamiento ni avance, solo tradición, costumbres y la “comunalidad” de la vanguardia del atraso. Monumental contrasentido, pues la educación es un proceso en cambio constante, de transformación permanente, o no lo es.

Eso es precisamente lo que no quieren para la entidad, tanto los gobernantes en turno como sus aliados grupos políticos. La Universidad Comunal fue un “logro” de los patronos de la organización política COMUNA, dirigida por gente de los Murat: Flavio Sosa y su hermano Horacio Sosa, este último el diputado local que promovió en el Congreso de Oaxaca la aprobación de esa “universidad” comunal, con autonomía para no avanzar hacia nada nuevo. En su mayoría, los grupos políticos y de presión solo son satélites que gravitan, dependientes y subordinados, en torno a poder estatal.

 

ITO, BUROCRACIA IMPRODUCTIVA

 

Mención y análisis aparte requiere el Instituto Tecnológico de Oaxaca (ITO), casi fuera de los reflectores estatales, que ha sostenido un bajo perfil. Fábrica de subempleados y desempleados, como no puede ser de otra manera en un entorno sin oportunidades para sus endebles egresados.

Como parte de un sistema federal, el ITO responde más a esa burocracia, sin ocuparse de las necesidades de su entorno. EL ITO es más una burocracia, salvo algunas investigaciones de excepcionales profesionistas que se ocupan de asuntos regionales. Con escasos profesores investigadores, la mayoría sigue “enseñando” lo mismo que hace 20 años o más.

 

IMPEDIR LA ILUSTRACIÓN DEL PUEBLO

 

No hay duda que ese fue el plan para Oaxaca, acabar con toda educación crítica y de excelencia, esto es: acabar con la educación, desde que en 1992 Heladio Ramírez entregó el IEEPO a la mafia de la Sección 22, vendedora de plazas: alrededor del 40 por ciento de sus docentes han comprado o heredado plazas, ni siquiera son egresados de sus caóticas normales.

Impedir la ilustración del pueblo es la clave de los poderosos. Eso lo saben todos los tiranos desde Porfirio Díaz hasta quienes han dominado y, así, con un pueblo sin conciencia, saqueado fácilmente a Oaxaca, como hasta ahora y en lo sucesivo.
Ello explica que en vez de combatir a los grupos caciquiles que dañan el desarrollo educativo oaxaqueño, los gobernantes de cualquier partido fomenten la persistencia en décadas de esa retrógrada dinámica, que les permite dominar sin desarrollar a una entidad desprovista de una masa crítica.

 

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